El partido morado, que en 2015 emergió en el panorama político, cerró el año 2023 con tan solo cinco diputados en el Grupo Mixto, distanciándose de la marca Sumar, con la cual se presentaron en las elecciones de junio. La pregunta que resuena es: ¿Qué ha llevado a Podemos a estar al borde de la desaparición?

El entusiasmo inicial de los votantes hacia el partido fundado por Pablo Iglesias en 2015, que logró 69 escaños en las elecciones generales, ha disminuido significativamente en los últimos ocho años. Crisis internas, la marcha de fundadores como Juan Carlos Monedero, la traición de Íñigo Errejón, y la controversia en torno a la compra de un chalet por parte de Iglesias e Irene Montero, minaron la confianza de los electores.

El liderazgo de Iglesias fue sucedido por Ione Belarra en 2021, marcando el inicio del declive del partido. La aprobación de leyes como la transgénero, que permitía el cambio de sexo sin informe psicológico, y la ley del 'solo sí es sí', que resultó en la rebaja de penas para agresores sexuales, generaron críticas y descontento incluso entre sus propios militantes.

Otras polémicas medidas, como la reforma de la ley del aborto, que permitía la interrupción del embarazo sin consentimiento parental para menores de 16 y 17 años, y la creación de un registro de médicos objetores, conocido como 'listas negras', también contribuyeron al desencanto social.

El desplome de Podemos se evidenció en las elecciones municipales y autonómicas del 28 de mayo, perdiendo relevancia en comunidades y ayuntamientos clave. La alianza con Sumar en las elecciones de julio resultó en un fracaso, obteniendo solo 5 de los 31 escaños bajo el paraguas de Sumar.

A pesar de los intentos de resurgir con Irene Montero como candidata a las elecciones europeas de 2024, Podemos enfrenta tensiones internas y la posibilidad de denuncias por transfuguismo. El futuro del partido pende de un hilo, y su resurgimiento parece cada vez más desafiante.