Recurrir a una hipoteca es una práctica común para acceder a la compra de viviendas en España. La posibilidad de pagar en cuotas a lo largo de varios años brinda flexibilidad a los ciudadanos para adquirir un bien de alto coste. No obstante, ser propietario de una vivienda también puede influir en la declaración de la renta.

En la actualidad, existen diversas opciones para deducir parte de los gastos de una hipoteca en la declaración de la renta, aunque esto depende de varios factores. Un factor clave es el año en que se firmó la hipoteca, ya que la Agencia Estatal de la Administración Tributaria (AEAT) permite desgravar la hipoteca si se realizó antes de enero de 2013. Es decir, si la firma tuvo lugar en 2012 o años anteriores. Si eres uno de los hipotecados de esos años y cumples con ciertos requisitos, podrás beneficiarte de ventajas fiscales.

Los requisitos incluyen haber aplicado la deducción en la declaración de la renta de 2012 o años anteriores y que la vivienda hipotecada sea tu residencia habitual. Si cumples con estas condiciones, puedes marcar la casilla 'Deducción por inversión en vivienda habitual' en tu declaración de la renta. Según HelpMyCash, podrías obtener al menos un 15% de lo pagado en el año, con una base máxima de 9.040 euros, lo que equivale a un ahorro de unos 1.350 euros en el IRPF.

En el caso de hipotecas con dos titulares, la cantidad se duplicaría al deducir la hipoteca, permitiendo un ahorro total de más de 2.700 euros. Es importante señalar que las modificaciones en la hipoteca pueden afectar a la deducción, excepto en el caso de ampliación del capital, donde solo se aplicaría a la parte original del capital.