En un meticuloso examen de la coyuntura económica de Cantabria, el Colegio de Economistas de la región ha presentado su primer informe, arrojando luz sobre la compleja trama que conforma el panorama económico de esta comunidad autónoma.

El presidente del colegio, Fernando García Andrés, acompañado por el autor del informe, el profesor titular de Economía Aplicada de la Universidad de Cantabria, Marcos Fernández Gutiérrez, detalló las conclusiones de este análisis que abarca 64 indicadores económicos. Estos fueron minuciosamente comparados con datos de la media nacional española y de regiones colindantes como Asturias, Castilla y León, y el País Vasco.

Este informe, que se propone tener una periodicidad semestral, emerge como una "herramienta técnica" fundamentada en datos oficiales, estructurados en diez categorías. Su objetivo principal es "tomarle la temperatura" a la economía regional, discerniendo con precisión las fortalezas y debilidades que perfilan el curso económico de Cantabria.

Crecimiento moderado y desafíos sectoriales:

El 2023 presenció un crecimiento económico cantabrés del 1,9%, según datos de la AIReF. Aunque este porcentaje queda ligeramente por debajo del promedio nacional del 2,5%, se destacó una sorprendente mejora respecto a la proyección inicial del 1% para el año.

En este contexto, el informe enfoca la atención hacia sectores específicos. La industria, con un impactante 23% de peso en el PIB, experimentó cifras inquietantes, evidenciando un descenso constante desde el verano. La construcción, a pesar de cierto estímulo electoral, aún no ha recobrado su vigor.

Innovación como reto fundamental:

El presidente de los economistas, García Andrés, subrayó el desafío que enfrenta Cantabria en el ámbito de la innovación. El gasto en I+D se sitúa en el 0,90% del PIB, notablemente inferior al 1,4% de la media nacional y lejos del ambicioso 2,4% marcado por los objetivos europeos.

Este déficit innovador, señaló García Andrés, está vinculado a la estructura empresarial, donde el 98% de las compañías son de pequeño tamaño. La importancia de innovar se convierte en la piedra angular si Cantabria aspira a mejorar su productividad.

Desafíos en el comercio exterior y necesidad de integración internacional:

El informe también destaca la debilidad en el comercio exterior de Cantabria, con un peso inferior al promedio nacional. Este aspecto, agravado por una evolución desfavorable en el 2023, resalta la necesidad de una mayor integración en la economía internacional.

Educación como bastión:

En contrapartida, el informe resalta la joya de la corona de Cantabria: su capital humano. El alto nivel educativo de los jóvenes trabajadores, uno de los más elevados en España, emerge como una herramienta estratégica para potenciar la competitividad económica regional.

Reformas fiscales y perspectivas futuras:

Ante la reciente reforma fiscal en Cantabria, García Andrés pronostica un impacto económico no "reseñable". Argumenta que los impuestos de sociedades y el IRPF son los que más peso ostentan, y la parte autonómica es relativamente pequeña.

En resumen, el primer informe del Colegio de Economistas de Cantabria ofrece una radiografía compleja y detallada de la economía regional, señalando desafíos apremiantes en innovación y comercio exterior, pero también destacando el capital humano como un activo invaluable para el futuro desarrollo económico de la región.