02.05.2024 |
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Año de expectativas incumplidas en las traineras cántabras

Ninguna cumplió en 2021 con sus objetivos más ambiciosos | Pedreña no se clasificó para el playoff, Castreña y Camargo sufrieron para salvarse, Astillero descendió e IRC Santoña no salió del pozo de la ARC 2

‘La Marinera’ remontó seis puntos a Orio B hasta jugarse librarse del playoff en la última regata de Bilbao.
‘La Marinera’ remontó seis puntos a Orio B hasta jugarse librarse del playoff en la última regata de Bilbao.
Año de expectativas incumplidas en las traineras cántabras

El éxito o la decepción se definen a menudo por las expectativas que tenía cada uno cuando inició el camino. Y no se puede decir que las traineras cántabras satisficieran en el 2021 las suyas. Todas partieron con la intención de estar más arriba de lo que estuvieron. A Pedreña le habría gustado volver al menos a pelear por el ascenso en el playoff de la ACT, pero no le dio. Camargo y Castreña partieron con la intención de no sufrir demasiado para mantener la categoría pero ambas lo hicieron hasta el último momento. Astillero, por su parte, habría dado lo que fuera por no descender, pero le tocó caer al agujero y en el 2022 competirá en la ARC 2, donde se encontrará con IRC Santoña, que tampoco salió del pozo de la categoría de bronce. Como viene sucediendo ya desde hace prácticamente una década, no corren buenos años para el remo cántabro. Tampoco el 2021 ha sido un buen año.

La mayor baza volvió a ser Pedreña. Mantuvo un proyecto ambicioso después de haber dado al palo en el 2020, cuando quizá perdió su mejor oportunidad para conseguir el ascenso. A pesar de la decepción sufrida por no haber estado a la altura en la doble cita de dicho año en Bermeo y Portugalete, los trasmeranos fueron capaces de mantener un equipo con potencial suficiente para volver a estar peleando arriba. Joseba Fernández perdió remeros importantes y, lo que es peor, fue perdiendo también a otros a lo largo de un invierno más largo y complicado de lo que se podía imaginar al principio, pero los que se quedaron volvieron a dar el callo y se mantuvieron vivos en la pelea desde el primer al último día.

La pretemporada fue más complicada de lo habitual para los clubes cántabros porque apenas tuvieron oportunidades de probarse o de romper con la rutina de entrenamientos. No se celebró ninguno de los descensos tradicionales de la comunidad autónoma por culpa de la pandemia y apenas salió nadie a alguna de las pruebas que sí se celebraron en el País Vasco. El único test con el que contaron los entrenadores y los remeros antes del mes de junio fueron dos contrarrelojes organizadas en Punta Parayas. Una vez más, hubo que llegar al verano prácticamente a ciegas.

Eso aumentó la incertidumbre con la que, ya de por sí, comienza toda temporada de remo. La del 2021 no pudo ser mayor porque, además, se dio forma a una ARC 1 tremendamente atractiva, con un buen número de equipos aspirantes a pelear por las banderas y a pugnar por alguna de las dos primeras plazas. Con ambición de mirar alto salieron, además de Pedreña, otras embarcaciones como las dos de Pasajes (San Pedro y San Juan), Getaria, Kaiku, Arkote o Deusto. Fue una ARC 1 en la que nueve de sus trece participantes habían pasado en alguna ocasión por la ACT.

Pedreña se quitó un peso de encima cuando comprobó desde el primer día que tenía motor para estar entre los mejores. En la regata inaugural de San Pedro quedó tercero a sólo veinte centésimas del segundo y a cuatro segundos de San Pedro, que fue el ganador. Más dudas mostró en la segunda jornada al marcar sólo el cuarto mejor tiempo y, sobre todo, en la tercera al caer a la octava plaza. Es algo que no volvería a suceder. A partir de ahí, inició una trayectoria enormemente regular que sólo estropearía en el último momento.

La primera fase de la competición estuvo repleta de peligros, con campos de regatas llenos de trampas, con calles desiguales y donde, sobre todo, era importante salir vivo. Y los trasmeranos lo hicieron. La igualdad entre los mejores era tal que no resultaba extraño pasar de quedar séptimo a ganar una regata. Era importante no dejarse demasiados puntos y Pedreña apenas lo hizo. Ganó en Sestao y en Orio y quedó entre los tres primeros en nueve regatas consecutivas. Era el más regular. Incluso más que Getaria, que se hizo con más triunfos que nadie, y eso le hizo asentarse, poco a poco, en la cabeza de la clasificación.

Tras el segundo puesto en la Bandera Ciudad de Castro Urdiales, Pedreña parecía tener pie y medio en el playoff. Ese mismo día, Kaiku sufrió un descalabro al terminar sexto y la renta de los pedreñeros respecto a los sestaotarras se fue a los seis puntos a falta de sólo tres regatas para terminar. Teniendo en cuenta la regularidad que había caracterizado al bote cántabro, era imposible prever lo que terminó sucediendo. Del mismo modo que no se había bajado del tercer puesto desde la cuarta jornada, en las tres últimas regatas hizo otros tantos cuartos puestos al mismo tiempo que la ‘Bizkaitarra’, su gran rival, se hacía con tres banderas.

La embarcación de Sestao había comenzado el curso con Miguel Ángel Ruiz Camus al frente pero mediado el verano decidió el club prescindir de sus servicios y contratar a José Luis Korta. Y la arriesgada decisión no les pudo salir mejor, ya que la trainera vizcaína terminó como un tiro y, de hecho, acabó logrando el ascenso junto a Getaria. Las dos traineras de la ARC 1 lograron el ascenso a la ACT y eso permitió que Camargo se quedara en la categoría de plata.

La ‘Virgen del Carmen’ salió con ánimo de no sufrir demasiado e intentar asentarse en una tanda templada en la que no sufriera. Y lo empezó logrando asomando por la pelea que mantuvieron de inicio Zumaia y Orio B un piso por encima del barro, donde navegaban las traineras que querían evitar el descenso. Sin embargo, el rendimiento de los entrenados por Pedro Gabantxo se fue reduciendo. Fue de más a menos afectados también por las bajas y por tener una plantilla muy joven y muy corta, lo que fue agravado por la lesión del entrenador y remero. Al final, los de verde acabaron en undécima posición, librando el descenso directo pero condenados demasiado pronto a la disputa del playoff para mantenerse en la categoría de plata.

De menos a más. Ahí también cayó Castreña. La diferencia fue que los de verde se pasaron agosto con la certeza de que tendrían que disputar esas dos regatas finales para intentar mantener su sitio en la ARC 1 mientras que ‘La Marinera’ se quedó a un solo paso de realizar una enorme remontada que le librara incluso de ese peligroso playoff. La embarcación dirigida por Quique Vitoria comenzó con muy mal pie, ya que marcó el peor tiempo en la primera regata, que se celebró en San Pedro. No sólo fue última, sino que se quedó a diez segundos de la penúltima y a catorce de la undécima. Aquello fue como para preocuparse.

Como no podía ser de otra manera, dicho traspié sumó muchos nervios al vestuario, que siempre son un problema cuando alguien está buscando la remada buena. A esto hay que sumar que en Castro se abrió un proceso electoral, ya que el vicepresidente de Eduardo Lazcano, Fernando Ruiz, se presentó como alternativa a quien había sido su presidente. Parte del vestuario iba con uno y la otra parte con el otro. Era de esperar que surgieran algunos roces pero, aún así, la plantilla siguió dando la cara y casi se salva gracias a un gran mes de agosto en el que llegó a remontar media docena de puntos a Orio B.

Uno de los grandes protagonistas de esa reacción castreña fue un joven patrón de sólo 16 años a quien no le tembló el pulso a la hora de colocarse en la popa de ‘La Marinera’ en un momento tan delicado. Se trataba de Markel Lujua, que asomó en el Campeonato de España que se celebró en Brazomar con la ausencia de las mejores traineras del Cantábrico, ya que la ACT decidió no parar. Después, el positivo por Covid de Mikel García, el patrón habitual, le dio continuidad y, como lo estaba haciendo tan bien tanto en ría como en campos de regata marineros, fue él quien acabó el verano con el remo de gobernar.

Castreña y Orio B llegaron a la contrarreloj de Bilbao con la que se cerró la competición liguera empatados a prácticamente todo. Quien ganara ese día, se salvaría de manera directa. No había más cuentas. Lo mismo sucedió ese día con Pedreña y Kaiku. Y la tarde no pudo ser más amarga para los cántabros, ya que ambos perdieron. Lo de los trasmeranos se pudo prever teniendo en cuenta la inercia con la que llegaron, pero no así en el caso de los castreños, que habían sido más rápidos en las últimas regatas, sobre todo a partir de las dos que organizaron en su casa.

‘La Marinera’ fue la más rápida en las dos jornadas del playoff, por lo que no tuvo que esperar para saber que se quedaría en la ARC 1. Aún así, aún viviría cierto momento de incertidumbre en la segunda jornada porque, al paso por el ecuador, marcó el tercer mejor tiempo. Aquel día fue Hondarribia B quien dio un susto enorme a Camargo, ya que éste sólo salvó el segundo puesto por cuatro segundos en el cómputo de las dos jornadas por el gran domingo firmado por el filial de la ‘Ama Guadalupekoa’. En ese momento, nadie sabía que incluso habría premio para tres al ascender a la ACT tanto Kaiku como Getaria, que fue el campeón liguero.

Penúltimo terminó Astillero. Puede parecer poca cosa, pero tiene mucho mérito lo que hizo el equipo pilotado por Vasile Matei. Como era de prever, tuvo más problemas que nadie. No sólo por disponer de los remeros justos, la mayoría de la casa y muchos de ellos muy jóvenes, sino por el embargo que se les vino encima en mitad de temporada. La amenaza llevaba tiempo presente pero se ejecutó a principios de agosto. La deuda mantenida con su exentrenador Miguel Ángel Ruiz Camus inutilizó las dos traineras del club más tres embarcaciones de banco móvil. Tanto es así, que los astillerenses tuvieron que terminar la temporada con una trainera cedida por Santoña.

A todos los problemas acumulados por Astillero, se sumó la lesión del propio Vasile Matei, que no pudo ayudar desde dentro. Éste se sintió en todo momento muy solo y, además, sin ver ni un euro de lo prometido de partida, que tampoco había sido mucho. El descenso estaba cantado desde el primer día pero el hecho de que llegaran hasta muy lejos con opciones de permanencia y de que el bote resultara competitivo hasta el final ya tiene premio. Además, el verano terminó solucionando el problema de los embargos y, por lo tanto, con la posibilidad de reciclarse y salir a competir en la ARC 2 el próximo verano con aires renovados y con el objetivo de pasar de ser cola de león a cabeza de ratón.

En la categoría de bronce competirá Astillero con IRC Santoña, que durante el verano pasado navegó en todo momento en tierra de nadie, muy por encima siempre de Illunbe pero sin motor suficiente como para llegar al siguiente vagón y pelear al menos con Hibaika, que era el bote que completaba la primera tanda de la ARC 2. Fue un verano demasiado predecible para la ‘Virgen del Puerto’, que, como sucederá en todos los equipos excepto en Pedreña, ha cambiado de entrenador con vistas al 2022.

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