Desde las primeras horas de la mañana, Unquera se ha transformado en el epicentro de una protesta crucial para el futuro del sector ganadero en Cantabria. Sara Alonso Noriega, ganadera de leche, proveniente del pueblo de Labarces, se encuentra entre los manifestantes que han decidido tomar medidas drásticas: bloquear rotondas y accesos con tractores y vehículos. "Es una muestra de protesta contra las adversas condiciones que enfrentamos en el sector primario", declara Sara con un tono de urgencia.

La movilización ha visto una notable asistencia, con aproximadamente cincuenta tractores y más de cien personas que se esperan a lo largo del día, un testimonio de la solidaridad y el descontento que prevalece entre los ganaderos y agricultores de la región. "Estamos aquí hasta las tres de la tarde, reclamando justicia para nuestro sector", asegura Sara, reflejando el compromiso inquebrantable de la comunidad.

La crisis del sector ganadero en Cantabria no es un tema nuevo, pero ha alcanzado un punto crítico bajo la presión de políticas europeas que, según los afectados, buscan minar la viabilidad de su trabajo. "Bruselas está oprimiendo aún más al sector. Si su intención no es acabar con nosotros, ciertamente lo parece", expresa Alonso Noriega, capturando la esencia de la frustración que sienten muchos.

Esta protesta en Unquera no es solo una llamada de atención sobre la crisis actual, sino también un grito por la supervivencia del sector primario en Cantabria. Los ganaderos y agricultores demandan un cambio radical en la política agraria, pidiendo medidas que realmente apoyen su esencial labor en vez de condenarla a la obsolescencia.

La situación en Unquera es un claro recordatorio de la lucha que enfrentan día a día los trabajadores del campo en Cantabria, y un llamado a la acción para todos aquellos que dependen de la tierra para vivir. La comunidad agraria permanece unida, esperanzada en que su voz será finalmente escuchada y que el futuro traerá los cambios necesarios para su prosperidad.