29.04.2024 |
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SOBRA AGUA EN CANTABRIA

El «bulo preelectoral» de Revilla sobre el acuífero de San Vicente de la Barquera

En el panorama actual de gestión de recursos naturales, Cantabria se enfrenta a una polémica sobre la exploración de un vasto acuífero subterráneo innecesario ya que el abastecimiento está asegurado | Este proyecto, impulsado por el PRC en vísperas de las elecciones, prometía un milagroso abastecimiento de agua pero todo quedó en humo

Las precipitaciones y las nevadas registradas han dado como resultado un ascenso de las reservas de los embalses de la cuenca del Ebro hasta el 71,1 % de su capacidad. / A.E.
Las precipitaciones y las nevadas registradas han dado como resultado un ascenso de las reservas de los embalses de la cuenca del Ebro más del 70% de su capacidad. / A.E.
El «bulo preelectoral» de Revilla sobre el acuífero de San Vicente de la Barquera

El ex presidente regional, Miguel Ángel Revilla, había anunciado durante su última legislatura un proyecto para investigar un supuesto acuífero gigante entre Santander y San Vicente de la Barquera. Este proyecto, descrito como una gran bolsa de agua subterránea de 550 hectómetros cúbicos —comparable en tamaño al Pantano del Ebro—, fue propuesto para ser estudiado en Santillana del Mar para determinar su viabilidad para el consumo humano.

Sin embargo, el actual Gobierno de Cantabria, con el portavoz de Fomento, Roberto Media, ha calificado el proyecto del PRC de Revilla como un “bulo preelectoral” más que una necesidad real de abastecimiento de agua para Cantabria, y lo comparó con el fallido proyecto de la mina de Reocín para la extracción de zinc, que nunca se materializó. Revilla había afirmado que la reapertura de la mina de zinc podría generar 2,000 empleos en Cantabria, y citó a una empresa interesada en invertir 400 millones de euros en la mina. Aunque hubo grandes expectativas, al final, no se materializaron ni el zinc ni los puestos de trabajo prometidos.

Desde el departamento de Fomento, liderado por Roberto Media, se ha informado que no existen informes del gobierno anterior que apoyen el proyecto del acuífero, ni registros de actas de las reuniones donde supuestamente se discutió el proyecto. Técnicos consultados en dichas reuniones habrían advertido al entonces gobierno bipartito PRC-PSOE de la “barbaridad” de realizar sondeos en esa zona. La actual responsable de Aguas del ejecutivo regional también ha señalado en un informe que, además de los problemas potenciales sobre el patrimonio, hay “perjuicios” sobre la ampliación prevista de la depuradora de Santillana y el futuro depósito asociado a esa estación y a la Autovía del agua. El Ejecutivo de Cantabria también se apoya en un informe de su Dirección de Aguas que considera «inviable» seguir con el expediente del concurso, amparándose en un presunto rechazo del Patronato de la Cueva de Altamira, ya que es posible que el acuífero se extienda por debajo de Altamira y Chufín -ambas Patrimonio de la Humanidad- y otras cavidades con arte rupestre de alto valor patrimonial.

La directora general de Aguas y Puertos, María Tejerina, ha mencionado la «oposición firme» del Patronato de las Cuevas de Altamira y ha planteado la posibilidad de utilizar la vía jurídica en caso de continuar adelante con el expediente. Sin embargo, el Patronato no se reúne desde enero del año pasado, cuando todavía no tenía conocimiento de este proyecto y, por tanto, «nunca ha tratado este asunto», asegura la directora de Altamira, Pilar Fatás.

EL AGUA ESTÁ ASEGURADA

A pesar de la polémica, los embalses de la región continúan reportando niveles saludables de agua. La Confederación Hidrográfica del Ebro (CHE) indica que los embalses de la cuenca del Ebro almacenan un total de 5,837 hectómetros cúbicos, representando el 74.8% de su capacidad total, con algunos, como el de El Grado y Mediano, casi llenos al 99% de su capacidad. Esta situación contrasta con la del año anterior, cuando los embalses solo estaban al 57.6% de su capacidad total, lo que demuestra una mejora significativa en la gestión de recursos hídricos de la región. Así, a pesar de las controversias políticas y los proyectos fallidos del pasado, Cantabria parece estar en una posición más sólida en cuanto a sus recursos hídricos actualmente.

ACUÍFERO Y CORRUPCIÓN EN OBRAS PÚBLICAS CON EL PRC

El que fuera consejero de Obras Públicas del PRC, Ordenación del Territorio y Urbanismo, José Luis Gochicoa, presentó en octubre de 2022, previo a su dimisión por un caso de corrupción, un ambicioso proyecto para investigar un vasto acuífero situado entre San Vicente de la Barquera y Santander, conocido como Santillana-San Vicente. Este anuncio, realizado en medio de un clima político tenso, planteaba la ejecución de dos sondeos en 2023 con un presupuesto de un millón de euros, en un intento por determinar la viabilidad de aprovechar este recurso hídrico subterráneo, comparado en volumen con el del pantano del Ebro.

Los sondeos propuestos, que se realizarían en la parcela de la planta potabilizadora de Vispieres, en Santillana del Mar, buscarían confirmar la profundidad y calidad del agua del acuífero, evaluando potenciales contaminantes y la capacidad de recarga del mismo. Sin embargo, el proyecto se ha topado con escepticismo y ha sido catalogado por algunos críticos como un posible “bulo preelectoral” más en línea con promesas grandilocuentes no cumplidas del pasado, como la nunca materializada reapertura de la mina de zinc en Reocín, que también prometía miles de empleos. Además, el proyecto del acuífero ha enfrentado serias dudas sobre su impacto ambiental, especialmente por su potencial para afectar áreas protegidas bajo la denominación de Patrimonio de la Humanidad, como las cuevas de Altamira y Chufín. La Dirección de Aguas del Gobierno de Cantabria ha emitido un informe calificando la iniciativa como “inviable”, y destacando la firme oposición del Patronato de la Cueva de Altamira, que incluso consideró acciones legales contra la propuesta. Este contexto complicado refleja no solo las dificultades técnicas de la exploración subterránea avanzada, que habrían sido “misión imposible” hace décadas según Gochicoa, sino también los desafíos de equilibrar desarrollo y conservación.

El exconsejero defendió el proyecto alegando la necesidad de explorar nuevas fuentes de agua ante la creciente escasez, sugiriendo que el coste de extraer agua del acuífero podría ser menor que el de otras fuentes regionales. Pese a la polémica inventada por los medios afines al regionalismo y su posterior dimisión, los planes para investigar el acuífero avanzaron hacia la licitación, con estudios preliminares programados para aclarar la situación real bajo el subsuelo cántabro. Estos esfuerzos podrían ofrecer una nueva perspectiva sobre la gestión de los recursos hídricos en Cantabria, siempre que se manejen con la transparencia y precaución que el contexto ambiental y patrimonial exige.

Algo que el Gobierno actual con Roberto Media a la cabeza, está asegurando para todos los cántabros. “Estamos comprometidos no solo con mejorar la infraestructura de nuestra comunidad y la calidad de vida de nuestros ciudadanos, sino también con proteger nuestro entorno natural para las generaciones futuras”, afirmó Media en una reciente intervención pública. “Cada proyecto que iniciamos está imbuido de este doble propósito, y continuaremos trabajando arduamente para alcanzar estos objetivos con el equilibrio adecuado”. 

El «bulo preelectoral» de Revilla sobre el acuífero de San Vicente de la Barquera
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