En un acontecimiento económico sin precedentes desde agosto de 2012, Argentina ha registrado un superávit financiero de 518.408 millones de pesos argentinos (aproximadamente 576 millones de euros) en enero de 2024. Este logro, el primero en un mes de enero desde 2011, representa un punto de inflexión para la economía argentina, que durante años ha lidiado con desafíos fiscales significativos.

La noticia, anunciada por fuentes oficiales del Ministerio de Economía, refleja el impacto positivo de las políticas fiscales y económicas implementadas por el gobierno de Javier Milei. El superávit primario alcanzado ascendió a 2,01 billones de pesos argentinos (unos 2.234 millones de euros), impulsado por un incremento interanual del 256,7% en los ingresos totales, que llegaron a 6,1 billones de pesos (6.830 millones de euros).

Este notable crecimiento en la recaudación tributaria, que experimentó una subida del 256,9%, se debe principalmente al buen desempeño del comercio exterior y de la actividad económica interna del país. La administración de Milei, que asumió el cargo el 10 de diciembre pasado, ha llevado a cabo importantes recortes del gasto público y un plan de 'shock' fiscal que incluye medidas como la eliminación de millonarios fondos fiduciarios.

Los gastos de capital en áreas críticas como energía, transporte, educación, vivienda, agua potable y alcantarillado vieron una reducción del 50,3% interanual en términos netos. Sin embargo, ajustando por la inflación, que alcanzó el 254% interanual en enero, la disminución real del gasto es aún más significativa.

Pese a un déficit primario de 2.384 millones de dólares en diciembre y un déficit financiero de 6.383 millones de dólares para todo el 2023, que resultó en una baja del 2,9% del PBI, el resultado fiscal de enero ha sido motivo de celebración para el gobierno argentino. El presidente Milei compartió su entusiasmo en las redes sociales, reiterando su compromiso con la política de "El déficit cero no se negocia", una consigna que el ministro de Economía, Luis Caputo, ha promovido activamente desde su gestión.

Este primer superávit financiero en más de una década no solo simboliza un cambio significativo en la dirección económica de Argentina, sino que también sienta las bases para futuras políticas orientadas a la estabilidad y el crecimiento sostenible del país.