Javier G.Paradelo

Santillana del Mar (Cantabria), 8 mar (EFE).- El Museo de Altamira ha incorporado a su exposición permanente cuatro obras artísticas que permiten un diálogo entre el patrimonio prehistórico y la creación artística contemporánea, y que contribuyen a cambiar tradicionales discursos que han silenciado el papel de la mujer en la Historia.

Las cuatro obras fueron creadas por Arancha Goyeneche y Teresa Correa de forma expresa para dos de las muestras temporales exhibidas en el Museo, y ahora han sido adquiridas y asignadas a la colección permanente del Museo Nacional y Centro de Investigación de Altamira.

La obra de Arancha Goyeneche pertenece a la serie “28 rayas” que realizó para la exposición temporal “Territorio de Luz” en 2018, que reflexiona sobre el paisaje, el territorio y la luz y que exploró la presencia de la mujer en objetos creados por los cazadores recolectores que habitaron la cueva de Altamira.

La artista se detuvo en los colgantes fabricados sobre hueso hioides y decorados con series de 28 líneas, unas piezas que Goyeneche entiende como vínculo de los ciclos lunares, estacionales y naturales con la mujer, y que le permiten reflexionar sobre los posibles métodos de cálculo y registro prehistórico.

Teresa Correa aporta las fotografías de dos colgantes y una concha trivia que formaron parte de una serie de ocho imágenes para la exposición de 2017 “¿Acaso me nombras?”, donde la artista cuestionó el relato androcéntrico sobre la historia, sus estereotipos y prejuicios.

Durante el acto de presentación, la directora del Museo de Altamira, Pilar Fatás, ha explicado este martes que la incorporación de estas obras de arte a la exposición permanente “enriquece la contemplación e interpretación de su patrimonio cultural, y refuerza la perspectiva de género”.

Ha recordado que el museo ha desarrollado, en los últimos años, varias exposiciones temporales protagonizadas por mujeres creadoras que han aportado una renovada mirada al legado custodiado por la institución: Sara Morante (2015), Teresa Correa (2017), Arancha Goyeneche (2018), Andrea Juan (2018) y Pilar Cossío (2020).

La presentación de estas obras forman arte de la actividad programada por el museo para celebrar el Día Internacional de la Mujer, que continuará este sábado con “La visita de Suk”, un recorrido teatralizado a lo largo de las salas de la exposición permanente dirigido al público familiar.

La directora general de Igualdad y Mujer del Gobierno de Cantabria, Consuelo Gutiérrez, ha resaltado la importancia de la iniciativa de Altamira como “un espacio de reflexión que intenta cambiar el orden establecido y nos ayuda a pensar cómo podían vivir las mujeres de aquella época”.

A su vez, la comisaria de la muestra “¿Acaso me nombras?”, Asun Martínez, ha resaltado que las obras de Teresa Correa dirigen la mirada “desde los objetos hacia las personas, hacia las mujeres, la mitad de la humanidad, y parte activa de la historia”.

Fatás ha recordado que Altamira fue uno de los museos pioneros en materia de género, a través de la creación de una nueva exposición permanente que permite concebir un discurso que renuncia a los sesgos androcéntricos y presentar así un nuevo relato del inicio de la Historia, esta vez con todas sus protagonistas”.

También ha indicado que la perspectiva de género se ha convertido en un valor transversal en el Plan Director del Museo, que se plasma en recursos como el vídeo de realidad virtual “Altamira, la cueva animada”.

También en actividades como “Mujeres, ¡SÍ! Pero... ¿qué relatos?”, donde tres profesionales del museo invitaron a los participantes a reflexionar sobre cuestiones en torno la arqueología de género.

Según la directora de Altamira, con estas acciones la institución pretende corregir los errores del pasado en la narrativa expositiva, en el convencimiento de que la revisión del conocimiento de las sociedades paleolíticas devolverá, al menos en el Museo, su visibilidad a la mitad invisible de la humanidad. EFE

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