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El Diario de Cantabria
Pilar Cernuda
21:09
23/04/23

La propaganda de Sánchez con las dos Españas

Pedro Sánchez.
Pedro Sánchez.
La propaganda de Sánchez con las dos Españas

Todo sirve a Pedro Sánchez para hacer campaña electoral. Desde impulsar una figura para desbaratar la estrategia de un adversario, hasta soltar una sarta de mentiras en cada uno de los mítines o entrevistas que se le ponen  a tiro,  pasando por utilizar a Tezanos para que presente al PSOE como partido ganador y a Yolanda como la gran esperanza de la izquierda, presionar a la embajada de Estados Unidos para que haga coincidir el encuentro con Biden  justo en la campaña electoral … y planificar que la exhumación  de los restos de José Antonio Primo de Rivera se realice en plena precampaña.

El pasado mes de octubre, tras el traslado a distintos cementerios de los restos de Franco primero y del general Queipo de Llano después, la familia de José Antonio Primo de Rivera, sabiendo que el fundador de Falange iba a ser el siguiente, pidió que fuera enterrado en el cementerio de San Isidro de Madrid, donde yacen  algunos de sus familiares. El gobierno puso en marcha el procedimiento en aplicación de la llamada Ley de Memoria Democrática y, oh casualidad, no ha encontrado fecha hasta este lunes, cuando Sánchez busca votos debajo de las piedras. Nunca mejor dicho.

Que no venga Moncloa con  la excusa de la minuciosidad y complicación de las tramitaciones, no cuela. Han pasado muchas semanas desde que los Primo de Rivera cursaron  su solicitud, y si hasta ahora había sido imposible acelerar los trámites, cualquier gobierno respetuoso con  la imparcialidad electoral, habría aplazado el traslado hasta después de las elecciones. Pero la palabra imparcialidad no forma parte del vocabulario de este gobierno; al contrario, intenta que puntos clave de la agenda oficial coincidan con  la campaña.

Son  pocos los españoles que saben quién fue José Antonio Primo de Rivera, la fundación de Falange, su fusilamiento en  la cárcel de Alicante, los celos enfermizos que tenía Franco de su figura y las dudas sobre si el “Generalisimo” hico todos los esfuerzos necesarios para impedir su fusilamiento. Pero a Sánchez le interesaba  sacar nuevamente a colación  las dos Españas, la que desencadenó la guerra civil. La que acordaron dejar atrás los dirigentes de la Transición para apostar con fuerza por la reconciliación y  acabar con las secuelas de una guerra fratricida de dramáticas consecuencias.

Pedro Sánchez nunca apostó por una sociedad apaciguada tras el horror de la guerra, nunca compartió el espíritu de quienes quisieron cerrar las heridas de uno y otro bando y, desde todas las ideologías, apostaron patrióticamente por la reconciliación.  No le interesa al presidente porque  cree que dónde mejor pesca es en s aguas turbulentas, así que él mismo las remueve cuando se acerca la cita con  las urnas.

La exhumación en campaña electoral de los restos de un dirigente con  la historia de Primo de Rivera, no la habría aceptado un país verdaderamente democrático.  Allá Sánchez con sus subterfugios para conseguir votos, él mismo se está desacreditando.

La propaganda de Sánchez con las dos Españas
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