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El Diario de Cantabria
Pilar Cernuda
00:47
14/02/22

𝑵i 𝒓𝒆𝒇𝒐𝒓𝒎𝒂 𝒍𝒂𝒃𝒐𝒓𝒂𝒍, 𝒏𝒊 𝒍𝒆𝒄𝒉𝒆𝒔: 𝑳𝒂 𝒅𝒆𝒓𝒆𝒄𝒉𝒂 𝒈𝒂𝒏𝒂 𝒑𝒐𝒓 𝒎𝒂𝒚𝒐𝒓í𝒂 𝒂𝒃𝒔𝒐𝒍𝒖𝒕𝒂

El presidente de Vox, Santiago Abascal (2i), arropa al candidato a la Presidencia de Castilla y León, Juan García-Gallardo (i), en el mitin de cierre de campaña de esta formación celebrado hoy en Valladolid. EFE/Iván Tomé
El presidente de Vox, Santiago Abascal (2i), arropa al candidato a la Presidencia de Castilla y León, Juan García-Gallardo (i), en el mitin de cierre de campaña de esta formación celebrado en Valladolid. / ALERTA
𝑵i 𝒓𝒆𝒇𝒐𝒓𝒎𝒂 𝒍𝒂𝒃𝒐𝒓𝒂𝒍, 𝒏𝒊 𝒍𝒆𝒄𝒉𝒆𝒔: 𝑳𝒂 𝒅𝒆𝒓𝒆𝒄𝒉𝒂 𝒈𝒂𝒏𝒂 𝒑𝒐𝒓 𝒎𝒂𝒚𝒐𝒓í𝒂 𝒂𝒃𝒔𝒐𝒍𝒖𝒕𝒂

El PP ha ganado las elecciones en Castilla y León, pero Mañueco tendrá que pactar con Vos si pretende continuar en el gobierno.

Ha quedado lejos de sus  expectativas. Como ha ocurrido en otras ocasiones en las que los candidatos mostraban un excesivo triunfalismo,  la  victoria del PP  es un fracaso. Un desastre total, sin paliativos. Hace dos semanas acariciaba la mayoría absoluta según las encuestas. A la hora de la verdad se ha quedado lejos de conseguirla y Alfonso Fernández Mañueco se verá obligado a contar con el apoyo de Vox.  Apoyo, no lo vale la abstención, como esperaba cuando barajaba el escenario menos favorable.

Pedro Sánchez, que sabía que partía de una situación mala para su partido, hasta el punto de que había programado apenas un par de intervenciones durante la campaña, inicio y cierre, al advertir el declive del PP a medida que  se acercaba la fecha del 13 de diciembre empezó a acariciar la idea de que podría ser presidente Luis Tudanca, y se sumó a la campaña para dar un último empujón que él creía definitivo. No ha sido suficiente, el Psoe ha perdido en una región en la que ganó hace tres años pero en la que no gobernó gracias al pacto del PP con Ciudadanos. Hoy Ciudadanos ha seguido la línea de derrota que sufre desde que Albert Rivera antepuso su animadversión política y personal a Pedro Sánchez y no le ofreció su ayuda para impedir  la coalición con Podemos que auguraba todo tipo de males,  desgraciadamente confirmados. Rivera se vio obligado a abandonar la política, pero ni el PP ni el Psoe han sabido captar a sus numerosos votantes.

Ni Pedro Sánchez ni Pablo Casado han demostrado estos últimos años que cuentan con el aprecio y respeto de los españoles, que han huido hacia nuevos partidos regionalistas que, si en las anteriores generales abrieron  el camino a Teruel Existe, ahora en  las elecciones de Castilla y León se han abierto a tres partidos regionales; como socialistas y populares no cambien de rumbo,  en las próximas generales habrá una representación significativa de escaños en el Congreso para partidos que se engloban en la España Vaciada.

Ciudadanos solo contará con un procurador en las Cortes de Castilla y León. Francisco  Igea no ha parado de repetir que nunca estuvo en una operación para presentar una moción de censura contra Fernández Mañueco,  pero ni aún así ha conseguido la media docena de escaños que esperaba. Tampoco ha cumplido sus expectativas Unidas Podemos. Ni de lejos. A medida que transcurren los meses se comprueba que la coalición de gobierno hace tanto daño a Unidas Podemos como al Psoe, a Pablo Iglesias-Belarra como a Pedro Sánchez.  Con Yolanda Díaz preparada para crear su propia plataforma, aunque tampoco da señales de que  esté acertando en la fórmula. Ni en las formas. Excesivo protagonismo,  déficit de atractivo político más allá del sindicalismo … y sonoro fracaso de “su” reforma electoral, que ha salvado por los pelos y que está muy lejos de la derogación de la que alaedeaba.

Punto y aparte merece Vox. Ha sido la gran triunfadora de las elecciones castellano y leonesas, y su papel va a ser determinante para la formación del gobierno. Es más, el éxito en estas elecciones puede determinar el futuro de España.

Con sus    escaños, se convierte en el partido del que dependerá Mañueco para gobernar. Convocó elecciones anticipadas con el objetivo de quedarse a tan poco de la mayoría absoluta que podría conservar la presidencia sin las ataduras de un gobierno de coalición como el que formó con Ciudadanos. De ninguna  manera se planteó volver a la fórmula de la coalición, pero esta vez con Vox, hasta el punto de que antes de que empezara la campaña, cuando los sondeos le eran muy favorables, declaró que si se veía obligado a pactar con Vox prefería convocar nuevas elecciones.

Los políticos no son tan rehenes de sus palabras como el resto de los mortales, hay que recordar que Pedro Sánchez no solo negó que pudiera gobernar un día con Podemos sino que dijo que solo pensar en esa posibilidad le quitaba el sueño;sin embargo ahí está la coalición. Mañueco no debería repetir las elecciones; lo sucedido este domingo demuestra que Vox crece y crece, mientras que el PP no alcanza sus expectativas, y debe medir bien las consecuencias de una repetición, las urnas las carga el diablo.  No pasa nada por admitir que hay que adaptarse a las circunstancias como hizo Sánchez en su momento.

Habrá que contar con Vox, el caso es que Mañueco quiera hacerlo.- Y que Vox quiera hacerlo. Y si quiere hacerlo,  con qué condiciones. Porque en las últimas semanas varios dirigentes de Vox confesaban abiertamente que preferían no entrar en una coalición con nadie,  les favorecía más apoyar desde fuera como han hecho en Madrid. Gestionar, y tomar iniciativas,  es la asìración de cualquier político … pero es también  un foco de problemas cuando se es el partido minoritario de una coalición. Así que habrá que estar a la espera.

En el futuro inmediato se vislumbran  ya las elecciones andaluzas. Juanma Moreno aspiraba a celebrarlas  en otoño, cuando corresponde, pero estaba pendiente del resultado de CyL para ver qué pasaba con Vox y si  la continuidad de Mañueco dependía de un pacto con Vox.  Si finalmente se concreta, el Psoe andaluz ya tiene la campaña hecha. No sería extraño por tanto que Moreno adelantara la convocatoria lo más posible, antes de que se formalice un pacto que, de acordarse, se puede ir negociando durante varias semanas.

Pedro Sánchez sale regular parado  de estas elecciones. Ganó las anteriores, y ahora se ha dejado en el camino varios escaños. Ha demostrado además escasa visión política al creer a quienes le cantaban al oído que podía ganarlas, y se empeñó personalmente en subirse al carro de la campaña para apuntarse al éxito. Lo mismo podría decirse de Pablo Iglesias, que ha interpretado una especie de regreso a la política activa sumándose a la campaña y marcando distancias además con Pedro Sánchez. Ni uno ni otro han conseguido entusiasmar a sus huestes, que les han dado la espalda.

En cuanto a Pablo Casado, su declive es tan evidente que es dificil que llegue entero a las generales si no toma decisiones imprescindibles a corto plazo.  Es generalizado el clamor de que su equipo, que es lo mismo que decir él mismo, ha destrozado al PP,  dejando de lado personas de experiencia y peso para poner la dirección en las manos más ineficaces. Pero no hay que echar la culpa a García Egea, es Casado quien lo designó secretario general y quien lo mantiene contra viento y marea.

Para Casado era fundamental apuntarse un éxito en Castilla y León, no solo para visualizar que el PP va hacia arriba tras el éxito de Madrid, sino para demostrar lo que  Casado está empeñado en demostrar, que el éxito de Madrid se debe a su persona y a las siglas PP, no a Isabel Díaz Ayuso. Mantener la tensión con la presidenta madrileña es un error inmenso error, y lo más inteligente para Casado y Egea sería permitir que celebre su congreso de una vez, que la dejen trabajar en paz,  y que se feliciten de sus éxitos en lugar de recibirlos con un ridículo ataque de celos. Y, de paso, reflexionar si no es mejor la postura de Ayuso de no renegar de cualquier tipo de colaboración con Vox, aunque no tanga ninguna simpatía por el partido.

El PP se encuentra en una situación muy delicada, de peligro grave. Varios dirigentes  regionales no ocultan su preocupación. Son dirigentes influyentes. En su mano está  exigir que, en el congreso de julio, se reconduzca la situación.  Eso no significa cambiar de líder, sino hacer ver a Pablo Casado que es indispensable que en ese congreso se apruebe una nueva ejecutiva en la que desaparezcan determinados nombres que han sido nefastos para el partido y que abocan al PP al desastre en las próximas generales.

𝑵i 𝒓𝒆𝒇𝒐𝒓𝒎𝒂 𝒍𝒂𝒃𝒐𝒓𝒂𝒍, 𝒏𝒊 𝒍𝒆𝒄𝒉𝒆𝒔: 𝑳𝒂 𝒅𝒆𝒓𝒆𝒄𝒉𝒂 𝒈𝒂𝒏𝒂 𝒑𝒐𝒓 𝒎𝒂𝒚𝒐𝒓í𝒂 𝒂𝒃𝒔𝒐𝒍𝒖𝒕𝒂
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