25.04.2024 |
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Pilar Cernuda
17:50
2/10/22

En Cataluña pasan cosas

Concentración en Barcelona en el quinto aniversario del 1-O.ENRIC FONTCUBERTAEFE
Concentración en Barcelona en el quinto aniversario del 1-O.ENRIC FONTCUBERTAEFE
En Cataluña pasan cosas

La conmemoración del aniversario del 1-0, fecha aciaga para los constitucionalistas, ha pasado con más pena que gloria para los independentistas catalanes.

Escasa presencia -nada que ver con lo que ocurría en años anteriores con manifestaciones multitudinarias y  escenas turbulentas-, ruptura que parece irreversible entre los partidos de la coalición de gobierno,  y expectación ante lo que puede ocurrir en el futuro inmediato. De momento, ya se sabe, esta semana serán consultadas las bases de Junts per Catalunya  sobre si ese partido debe seguir o no en el gobierno de coalición.

Lo más significativo de este quinto aniversario de más pena que gloria para los independentistas es que cada vez importa menos el chantaje que practican  ERC y la Generalitat al resto de España; que cada vez son más los catalanes que se descuelgan de la dinámica que intentan imponer Aragonés y Junqueras  desde Cataluña y Puigdemont desde Waterloo, y que cualquiera que visite ahora cualquier ciudad catalana después de dos años de ausencia, percibe de inmediato el cambio de clima. Apenas se oyen  soflamas independentistas, la mayoría de la gente está más que preocupada por el cierre de miles de negocios y empresas, algunas de ellas de la máxima envergadura, se percibe un sentimiento de hartazgo ante las eternas reivindicaciones independentistas … y se percibe  también el desencanto generalizado  por la pérdida del prestigio perdido. Cataluña, sobre todo Barcelona,  ha dejado de ser referente de progreso, cultura, vanguardia y europeísmo.

Un ciudadano de cuatro apellidos catalanes y buen conocedor de esa sociedad, de sus empresarios y políticos, augura que JxC no va a romper con ERC. No le conviene perder poder pero tampoco perder los docenas de cargos oficiales con  capacidad de decisión e importantes sueldos. Saben además que Aragonés no se inmutaría ante la ruptura, siempre puede llegar a acuerdos puntuales con socialialistas y En Comú -el partido de Colau- para sacer adelante sus iniciativas parlamentarias más urgentes, entre ellas los presupuestos.

Feijóo ha viajado con frecuencia a Cataluña desde que fue elegido presidente del PP.  Se ha entrevistado con políticos y la sociedad civil, y en las reuniones con su equipo ha trasladado que Cataluña es prioritario en la estrategia inmediata: no puede ganar las generales si no consigue un buen resultado en Cataluña. Hay que insistir en las visitas, hablar aún más con la gente de allá y escuchar con atención qué esperan del PP y  qué deben puede hacer para conseguir la confianza de su gente sin cruzar ninguna línea roja,   que es la marcada por el texto constitucional.

El amigo de los cuatro apellidos catalanes es claro cuando se le pregunta qué candidatos del PP podrían  contar con mayor grado de aceptación en Cataluña: “Que no nos manden ningún paracaidista, ninguna figura.  Si el PP crece, que crecerá, es porque también aquí hay confianza en que Feijóo puede hacer las cosas mejor que como se han hecho hasta ahora”.

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