En relación al tema que nos trata, los vientres de alquiler, lo veo como una explotación de la mujer, de la mujer con pocos recursos. Y donde al niño en ningún momento se le menciona; se la trata como una cosa que se puede usar y tirar.

Los contratos de vientres de alquiler son una manera de explotación de la mujer que vende o alquila su cuerpo por dinero, o por algún tipo de compensación. Debemos recordar también que este alquiler está prohibido ya que nuestro ordenamiento jurídico prohíbe taxativamente la esclavitud y el comercio humano en cualquiera de sus formas.

En los vientres de alquiler la mujer alquila su cuerpo, siendo el niño utilizado como producto comercial. Y normalmente personas con recursos alquilan mujeres con pocos recursos. Igualmente, un vientre de alquiler no es algo aséptico, hay consecuencias psicológicas para la mujer, posibilidades de imprevistos en el embarazo con riesgo para la salud de la mujer, posibles malformaciones del niño que hagan que las personas que alquilan a la mujer la obliguen a abortar... A eliminar la vida de un niño.

11.000€. Esa es la cantidad por la que ciudadanos de un país desarrollado se creen con derecho de alquilar una persona y comprar una vida. Precio que ponen personas con recursos a una persona con pocos recursos para que alquile su cuerpo. ¿Mucho? ¿Poco? No es esa la cuestión, la cuestión es que estás mercadeando con la dignidad de una persona y con vidas humanas de niños.

El vientre de alquiler gestó gemelos para la pareja australiana. Uno de ellos con síndrome de Down.

Los 11.000€ alquilaron su vientre, pero no compraron la dignidad de esta mujer tailandesa, que no aceptó la petición de los padres genéticos de que abortara a su hijo.

Pattaramon se quedó con un hijo que había parido, pero que no era suyo. Un hijo repudiado por sus padres, como un objeto defectuoso que se queda en las estanterías de un supermercado.

Gracias a personas como Pattaramon veo que merece la pena seguir luchando. Gracias por esa lección de dignidad, de valores, de principios.

Seguiremos dando la batalla en defensa de la vida, en defensa de la dignidad de las personas y en contra de estas nuevas formas de esclavitud.