25.04.2024 |
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Se nos ha olvidado la labor de los sanitarios

Sanitarios de corazón.
Sanitarios de corazón.
Se nos ha olvidado la labor de los sanitarios

Estos días ha sido noticia el hecho de que en España se han superado los 8 millones de contagiados por el COVID 19, y que la incidencia no para de aumentar, hasta alcanzar la cifra de más de 3.100 contagios por cada 100.000 habitantes, cuando hace unos pocos meses se había rebajado a menos de 50 y empezábamos a tener la sensación de que la vacunación podía ganar definitivamente la partida al coronavirus. El único dato tranquilizador es que este incremento de los contagios no provoca una subida en paralelo del número de casos muy graves, aunque sigue aumentando, poco a poco, la ocupación en las UCI´S y, por desgracia, también continúa la progresión del número de fallecimientos, que superan ya los 90.000 reconocidos oficialmente, aunque las estadísticas hace tiempo que han demostrado que en España ya estamos por encima de la terrible cifra de más de 150.000 muertes como consecuencia de este azote interminable.

    Hace casi dos años que esta pandemia ha entrado en nuestras vidas, y si para todos resulta agotadora y frustrante, podemos imaginar fácilmente lo que significa en el día a día de todos esos sanitarios que tienen que combatirla permanentemente, en especial esas unidades que se encuentran en la primera línea de batalla y tienen que atender y cuidar a esa ingente marea de personas a las que la enfermedad lleva a situaciones dramáticas y, en muchas ocasiones, termina segando vidas e ilusiones, destrozando familias que nunca se recuperarán de estas dolorosas pérdidas. Hace tiempo que nuestros sanitarios no reciben los merecidos aplausos diarios, o los reconocimientos y homenajes a los que se hicieron acreedores en los primeros meses de la lucha contra el virus, cuando esta situación nos desbordaba a todos mientras permanecíamos en nuestras casas confinados, viviendo una situación que más bien semejaba un mal sueño, una pesadilla que parecía no tener fin, y contemplábamos, admirados y emocionados, la inmensa labor que hacían todas esas personas que estuvieron al pie del cañón en aquellos dificilísimos momentos. Pues bien, esas personas siguen trabajando con la misma intensidad y con la misma entrega y dedicación casi dos años después, pues para ellos la situación, lejos de mejorar, se ha cronificado, se ha convertido en un hábito permanente, y siguen teniendo la misma presión, la misma exposición, el mismo cansancio, que además se ve incrementado por haberse prolongado una eternidad, y porque con las bajas que existen entre ese personal, que también enferma y se contagia, muchas veces tienen que prolongar sus jornadas más allá de lo humanamente soportable. Hoy nuestros sanitarios no reciben aplausos ni homenajes diariamente, pero tienen que seguir recibiendo cada día a todos aquellos que podemos precisar de su auxilio, de su atención, de sus cuidados, de modo que ahora, cuando ya somos conscientes de que esta situación se va a prolongar en el tiempo, porque así lo ha hecho ya, es cuando tenemos que volver la mirada a todos esos ángeles con batas, o con EPI´S, que han seguido dando lo mejor de sí durante estos casi dos años interminables y debemos tener presente, más que nunca, ese esfuerzo continuado, ininterrumpido y, por ello, aún más heroico, que vienen realizando para atender a una población que tiene que demostrarles en el día a día, aunque sea con pequeños detalles, y con muestras cariñosas de afecto, que se han ganado nuestro reconocimiento permanente.

Se nos ha olvidado la labor de los sanitarios
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