25.04.2024 |
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La pobreza por erradicar

Pobreza.
Pobreza.
La pobreza por erradicar

Estos días es noticia el hecho de que el 17 de octubre se conmemora a nivel mundial el Día Internacional para la Erradicación de la Pobreza, una cuestión que, aunque algunos piensen que nos resulta ajena, puesto que pertenecemos al privilegiado grupo de naciones del llamado primer mundo,  sin embargo, debemos tenerla muy presente, puesto que en España, según el reciente informe de la Red Europea de Lucha contra la Pobreza y la Exclusión Social, resulta que casi 12 millones de personas, es decir, más de un 25 % de la población, se encuentran en riesgo de pobreza o exclusión social y, de esa cifra escalofriante, 6 millones de personas viven en situación de pobreza severa (el umbral de renta para considerar que un hogar está en pobreza severa es de 6.417 € al año).

Estos datos coinciden con los que pocos días atrás ofrecía el informe de Cáritas y la Fundación FOESSA (Fomento de Estudios Sociales y Sociología Aplicada), en el que se advertía que en España hay unos 11 millones de personas en exclusión, y algo más de la mitad, seis millones, es población en pobreza severa, lo que supone un aumento en dos millones de personas en esta situación respecto a 2018, todo lo cual da idea de la enorme magnitud del problema y del gran reto que, como sociedad, tenemos por delante.

Se trata, ciertamente, de un problema estructural, de modo que dista mucho de ser algo nuevo, si bien la pandemia que sufrimos contribuyó a empeorarlo más aún, y las actuales y constantes subidas del precio de la luz, de los combustibles y, consecuentemente, de la inflación, todavía lo agudizan más y, probablemente, si el actual gobierno fuese de otro signo político, estaríamos permanentemente viendo en los medios de comunicación las demoledoras consecuencias de esta situación, que se plasman y se reflejan con toda su crudeza en algo tan tangible como son las tristemente denominadas colas del hambre, o la llamada pobreza energética, de la que tanto oímos hablar años atrás ante subidas de la luz que hoy hasta nos parecen insignificantes, pues actualmente han dado paso a otras que multiplican por varias veces las que antaño causaban una auténtica alarma social.

Hoy esa pobreza energética, si no se pone remedio a la preocupante e incontrolada escalada de precios, se atisba como un grave problema para muchas familias que ante la llegada del frío y las bajas temperaturas tendrán serias dificultades para llevar a sus hogares el calor que tanto se necesita a partir de estas fechas.

Desde luego, estamos en presencia de una lacra que dista mucho de ser fácil de resolver y, de hecho, nunca hemos sido capaces de hacerlo, pero para plantarle frente tenemos que empezar por reconocer la dimensión del problema al que nos enfrentamos, y no intentar ocultarlo o minimizarlo con una propaganda que no alivia en absoluto las necesidades de estas personas, para las que mensajes como los de que nadie se quedará atrás, suenan vacíos y vacuos pues suponen olvidar y ocultar una realidad que sigue presente con toda su crudeza, como demuestra el día a día para quien quiera verlo, y como nos recuerdan estudios e informes como los antes mencionados, que analizan con profundidad y rigor todas estas situaciones.

Para hacer frente a esto se necesita aumentar la protección social y, sobre todo, generar las condiciones para crear riqueza, pues solo la creación de esta, y su adecuado y justo reparto, será capaz de ir reduciendo poco a poco esa pobreza que hay que hacer todo lo posible por erradicar.

La pobreza por erradicar
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