ESTOS días ha sido noticia la sentencia del Tribunal Supremo sobre el asunto de los llamados ERE (expedientes de regulación de empleo), en la que el Alto Tribunal confirma la sentencia de la Audiencia Provincial de Sevilla y condena a casi una veintena de altos cargos socialistas por delitos de prevaricación y malversación de fondos públicos que, de forma continuada, se llevaron a cabo en la Junta de Andalucía durante muchos años, desviando sin ningún tipo de control ni fiscalización dinero público, que debía de ir destinado a parados y empresas en crisis, hacia otros destinos, con la finalidad de establecer una red clientelar en beneficio del partido socialista andaluz, lo que contribuyó a mantener a esta formación política en el poder durante casi cuatro décadas.

Hoy resuena una pregunta formulada por Rajoy durante la moción de censura que le presentó Sánchez como consecuencia de la sentencia de la trama Gürtel, en la que el expresidente interpelaba a la bancada socialista preguntando: ¿Cuándo llegue la sentencia de los ERE se van a poner ustedes una moción de censura a sí mismos? Yes que la sentencia que propició la salida del gobierno de los populares se refería a un supuesto de corrupción en dos ayuntamientos de la Comunidad Autónoma de Madrid en la que el Partido Popular, aunque no era responsable de ninguna conducta delictiva, resultó beneficiado en unos 200.000 euros, por lo que los socialistas acuñaron el término de que concurrió a las elecciones ‘dopado’. Ahora, con la  sentencia de los ERE del Tribunal Supremo, en un asunto de corrupción infinitamente más grave, pues se trata de la creación de una auténtica red de corrupción institucional en la que estuvieron implicadas muchas de las más altas autoridades autonómicas durante años, cuyo montante puede acercarse a los mil millones de euros, y en la que el partido socialista andaluz obtuvo un beneficio inmenso porque gracias a ese ‘doping’ monumental y de dimensiones estratosféricas con el que concurrió a las elecciones en varias ocasiones se mantuvo en el poder durante décadas, cabría plantearse cuáles serán las consecuencias y las responsabilidades a asumir por el mismo PSOE que hace poco más de tres años consideraba que como consecuencia del caso Gürtel el gobierno popular debía de ser desalojado con cajas destempladas de sus responsabilidades para dar un ejemplo de moralidad pública.

Pues ya estamos viendo cual es la reacción de los socialistas, quienes con una unanimidad digna de mejor causa, se han apresurado a defender la honorabilidad y honradez de los condenados y declarados delincuentes por todos los tribunales de justicia encargados de enjuiciarles con todas las garantías procesales, de modo que los actuales líderes socialistas, haciendo uso de esos relatos con los que demuestran ser unos auténticos maestros de la propaganda y de la manipulación, pretenden trasladar a la sociedad la imagen de que en un asunto de esta gravedad los socialistas condenados por prevaricación y malversación han sido injustamente tratados al ser considerados delincuentes por nuestros jueces, con el asombroso argumento de que no se habían beneficiado para nada quienes gracias a este desvío de fondos públicos hacia sus amigos y clientes apuntalaron su poder en la Junta de Andalucía, del que disfrutaron durante años, hasta que fueron desalojados del mismo cuando ya resultaba evidente la trama de corrupción sistémica que habían creado y que ahora se confirmó cuando finalmente llegó la Sentencia de los ERE.