25.04.2024 |
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Amigos del Gobierno, enemigos del Estado

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Amigos del Gobierno, enemigos del Estado

Estos días ha sido noticia la tensión entre el gobierno de Sánchez y sus socios de legislatura a causa del seguimiento del que han sido objeto dieciocho independentistas catalanes por parte del CNI en unas fechas en las que en Cataluña se había perpetrado un golpe de estado, se amenazaba con uno nuevo y se estaban provocando graves alteraciones del orden público en una Comunidad Autónoma cuyas calles estaban tomadas y, en muchos casos literalmente incendiadas, por unos separatistas radicales que se enfrentaban con enorme violencia al Estado español.

Mientras Europa se desangra en una guerra de imprevisibles consecuencias, y mientras los españoles tienen que hacer frente a una carestía de la vida como no se recordaba en muchas décadas, el gobierno y los partidos que lo sustentan viven obsesionados con sus guerras intestinas que están teniendo como consecuencia una serie de efectos o daños colaterales cuya gravedad veremos con el paso del tiempo. El episodio del espionaje a políticos ha dado lugar a que fuerzas políticas empeñadas en romper la unidad del Estado español pasen a formar parte de la Comisión de Secretos Oficiales del Congreso de los Diputados, a que la Directora del Centro Nacional de Inteligencia se haya visto obligada a revelar en dicha Comisión una serie de datos que perturban el funcionamiento de los servicios de inteligencia del país, pues aunque supuestamente todo lo que se dice en ese órgano del Congreso es secreto, sin embargo, estamos conociendo todo lo que allí se ha hablado y, además, se plantea la desclasificación de todos los documentos que se aportaron.

A este paso corremos el riesgo de que la actuación de nuestros servicios de inteligencia sea lo único transparente de este ejecutivo que nos sigue conduciendo a un esperpento sin fin en su afán de contentar a unos compañeros de viaje que están dispuestos a todo para alcanzar sus fines, y que deben estar frotándose las manos al comprobar hasta qué punto son capaces de presionar y acorralar a este gobierno que está dispuesto a darles todo lo que le piden con tal de seguir contando con su apoyo para permanecer en la Moncloa al precio que sea, incluso aunque para ello haya que poner en riesgo algo tan importante como la propia seguridad de un país que no se merece a gobernantes como los que estamos padeciendo.

No sé hasta dónde nos llevará esta forma de hacer las cosas, pero lo que está claro es dónde se encuentra el origen de todos estos males que nos afligen, y es que estamos pagando las consecuencias de tener un gobierno absolutamente dependiente de fuerzas políticas que buscan la ruptura del Estado, unos partidos con los que, no hace tanto, los propios socialistas afirmaban que no se podía pactar, puesto que sus intereses eran contrapuestos a los de España y que, sin embargo, ahora determinan la política nacional, presionan al ejecutivo, le chantajean y le obligan a tomar decisiones que hace bien poco nos hubieran parecido imposibles o, como mínimo, escandalosas y que, sin embargo, ahora se asumen con la naturalidad de aquel a quien ya nada le sorprende y que ve como algo normal el hecho de que los separatistas exijan desclasificar secretos oficiales, de los que se da cuenta a fuerzas políticas que persiguen sin ningún tipo de cortapisa la ruptura del Estado español. Y es que a esto nos ha conducido el hecho de que hoy en España dependamos de unos partidos políticos que son amigos del gobierno, pero enemigos del Estado.

Amigos del Gobierno, enemigos del Estado
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