19.04.2024 |
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O Buruaga, o Frankenstein

Bajo el lema Son lo mismo. Si apoyas a uno, apoyas lo otro, los rostros de Revilla y Sánchez van superponiéndose, como por arte de magia, según se mueve el cartel.
Bajo el lema Son lo mismo. Si apoyas a uno, apoyas lo otro, los rostros de Revilla y Sánchez van superponiéndose, como por arte de magia, según se mueve el cartel.
O Buruaga, o Frankenstein

En la calle se perciben aires de cambio. La opinión pública, en su inmensa mayoría, ha llegado a la conclusión de que el ciclo político que se abrió en Cantabria en 2003 de la mano de la coalición entre PSOE y PRC ha llegado a su fin. Nadie es ajeno al desmoronamiento que todas las encuestas pronostican al actual presidente del Gobierno de Cantabria, cuyo partido, muy probablemente ocupará el tercer puesto en el recuento de los votos, a juzgar por la evolución de las opiniones ciudadanas y las tendencias electorales. En la calle se ha instalado la idea de que la coalición de gobierno PSOE-PRC no da más de sí, y el presidente tampoco. Ha llegado la hora del cambio.

Las opciones que se dibujan son dos. O un gobierno del PP basado en la moderación, la gestión y la cordura, presidido por María José Sáenz de Buruaga: o un gobierno de coalición entre PSOE, PRC, Podemos e Izquierda Unida (IU), presidido no se sabe por quién. El presidente saliente dice: “O ella o yo”. Aunque no está claro que pueda ser él mismo quien aglutine esa hipotética coalición. La líder del PP dice: “O Buruaga, o Frankenstein”. Se refiere a la idea con la que un antiguo secretario general socialista, Alfredo Pérez Rubalcaba, definió a los acuerdos de gobierno impulsados por su sucesor, Pedro Sánchez, con la participación de un PSOE en minoría, Podemos, Izquierda Unida y los nacionalistas de Esquerra y Bildu.

Y es que en Cantabria eso es, precisamente, lo que está en juego.

Veinte años de declive industrial en Cantabria ¿Se van a revertir mejor con Buruaga o con Frankenstein? ¿Van a multiplicarse las inversiones empresariales en Cantabria con un consejero de Podemos o de Izquierda Unida al frente del departamento de Industria o del área de Medio Ambiente?

¿Va a reponerse la ganadería del daño sufrido durante todos estos años? ¿Y de los ataques del lobo? Su inclusión en el Listado de Especies Protegidas (Lespre) ha sido un golpe muy duro para el ganadero, que no quiere eliminarlo sino sólo controlar su población. El presidente habla de que la ganadería está mejor que nunca. Sólo lo cree él.

Las listas de espera sanitarias. Hoy, en Cantabria, 61.000 personas esperan para ser atendidos en una consulta hospitalaria; 45.500 esperan a que se les realice una prueba diagnóstica; y 19.500 aguardan a que se les practique una intervención quirúrgica. El tiempo medio de espera para una operación es de 146 días en Cantabria. Sólo Cataluña y Aragón ofrecen datos peores. En el País Vasco la espera es de 71 días, en Madrid de 73 y en Galicia de 77. El consejero Raúl Pesquera ha maltratado a los profesionales, por otra parte excelentes, y ahí están los resultados. Buruaga ha prometido firmar en cien días un pacto para la mejora de la Sanidad Pública de Cantabria. Ya gestionó la sanidad, por cierto, concluyendo en 16 meses las obras del Hospital Marqués de Valdecilla que, con el gobierno PRC-PSOE, llevaban quince años paradas.

La adopción de medidas para poner fin al fenómeno ‘okupa’, y al daño que se produce contra propietarios y vecinos ¿Se va a intensificar con la entrada de Podemos en el Gobierno de Cantabria? Suena a chiste.

¿Y las medidas para el desarrollo de suelo industrial, la transición energética del tejido productivo de Cantabria, la apuesta por la innovación o el desarrollo de la Formación Profesional (FP) Dual para facilitar las prácticas formativas en las propias empresas y contribuir a establecer nuevas sintonías entre la formación y las demandas de empleo de las empresas?

En el ámbito fiscal tampoco pueden quedar dudas. Con la coalición PSOE-PRC, Cantabria es la región de España con el Impuesto de Transmisiones Patrimoniales más alto y la segunda en el tramo autonómico del IRPF. El actual ejecutivo dispone de un presupuesto anual de 3.500 millones de euros, mil más que el último que gestionó el PP en 2015. Todo ese dinero sale del bolsillo del contribuyente. ¿Van a reducirse los impuestos regionales con la entrada de IU y Podemos en el Gobierno? Lo más probable es que hasta restablezcan el Impuesto de Sucesiones para que los hijos tengan que volver a pagar por heredar de sus padres. El PP propone mantener la exención de padres a hijos y extenderla a las herencias entre hermanos; reducir el tramo autonómico del IRPF para todas las rentas inferiores a 60.000 euros; rebajar Transmisiones Patrimoniales; y suprimir el Impuesto de Patrimonio. Medidas para reactivar la economía y aumentar el número de contribuyentes.

En España ya hemos visto lo que ha dado de sí el ‘Gobierno Frankentein’ de Pedro Sánchez: la Ley del Solo sí es sí con Podemos; la supresión del delito de sedición y la rebaja del delito de malversación con Esquerra, los acuerdos con Bildu para favorecer los beneficios penitenciarios a los presos condenados por actividades terroristas… En España ya sabemos lo que ha supuesto esa fórmula de gobierno. Ya se juzgará en las urnas, en diciembre. Ahora se trata de decidir qué queremos hacer con Cantabria. Y sólo hay dos opciones: O Buruaga, o Frankenstein.

O Buruaga, o Frankenstein
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