24.04.2024 |
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Mentiras, ingeniería social y experimentos

Varias personas acuden a la manifestación contra el fallo del 25% de castellano, a 18 de diciembre de 2021, en Barcelona, Catalunya (España). El colectivo Somescola convoca esta protesta contra la sentencia del Tribunal Supremo que ratifica la decisión del TSJC de fijar un 25% de castellano en las escuelas catalanas. A ella acuden miembros del Govern. / Lorena Sopêna / Europa Press
Varias personas acuden a la manifestación contra el fallo del 25% de castellano, a 18 de diciembre de 2021, en Barcelona, Catalunya (España). El colectivo Somescola convoca esta protesta contra la sentencia del Tribunal Supremo que ratifica la decisión del TSJC de fijar un 25% de castellano en las escuelas catalanas. A ella acuden miembros del Govern. / Lorena Sopêna / Europa Press
Mentiras, ingeniería social y experimentos

Nadie maneja mejor la mentira que el presidente Sánchez y por eso nadie se cree que, aunque lo haya negado rotundamente, no vaya a haber un referéndum en Cataluña en 2023, como ha anunciado Pere Aragonés. Todo dependerá de si Sánchez, acercándose las elecciones generales, hace cuentas y ve que necesita los votos de ERC para seguir en el poder. Si es así, que vayan preparando las urnas, se llame como se llame la consulta. Si el "el secesionismo es un proyecto contra los tiempos", no se entiende qué hace Sánchez convirtiéndolo en socio preferente y dándole alas y recursos.

No es verdad que la sedición y la malversación se hayan reformado para acomodar nuestra legislación a Europa. Se ha hecho para contentar al socio catalán y hacer que no paguen quienes intentaron dar un golpe de Estado y malversaron el dinero público de todos los españoles. El presidente que llegó para acabar con la corrupción, la ha convertido en un delito menor para unos pocos.

No es verdad que en Cataluña la situación esté mejor. De allí se fueron cinco mil empresas y no ha vuelto ninguna. Nadie de los que están en contra del secesionismo puede expresarse con más libertad. Ningún ciudadano catalán que quiere que sus hijos estudien parcialmente en castellano, lo consigue si no es recurriendo a la Justicia. Ni los gobernantes catalanes, ni el Ministerio de Educación ni la Alta Inspección del Estado ni nadie ha movido un dedo para defender sus derechos. Y cuando la Justicia falla a su favor, los gobernantescatalanes, los socios de Sánchez, se pasan sus decisiones por el arco del triunfo. Y los otros callan.

No es verdad que se busque el respeto a la Constitución y una justicia independiente, sino una justicia al servicio de quien gobierna. El presidente -que ha recibido varios varapalos del TC por la inconstitucionalidad de algunas de sus normas- ha conseguido ya la mayoría holgada en el Constitucional -7 a 4 de momento- y "se asegura" hasta 2031 que sus leyes y sus actos sean reafirmados por el TC con el voto favorable de, al menos, siete de sus miembros. Si algunoscreíamos todavía en la independencia del Constitucional, ahora ya es imposible. Se han cargado, entre unos y otros, cualquier posibilidad de respeto y confianza en sus jueces y en sus decisiones.

Sánchez ha montado una ingeniería social y un experimento sociológico que espera que le lleven a ganar las próximas elecciones generales: baja el IVA de los alimentos básicos -"un disparate imposible" cuando lo pidió el PP hace unas semanas-; prorroga el tope a los alquileres; da ayudas de 200 euros a las familias; mantiene las ayudas al transporte urbano y de cercanías; mantiene las rebajas de los impuestos a la luz y el gas; sube las pensiones, también las no contributivas, con arreglo al IPC, etc. Es decir regar con subvenciones a millones de españoles alos que dirá, dentro de unos meses que "todo eso peligra si gana la derecha y la ultraderecha". Y todo ello con el dinero de Europa -aunque con una deficiente gestión de los Fondos Europeos-, con lo que se ha recaudado de más con los impuestos que hemos pagado los contribuyentes y pidiendo a Europa un préstamo de 84.000 millones con carencia de diez años. Si gana otra vez Sánchez, ya buscará como salir. Y si gana Feijóo, se encontrará de nuevo un país en bancarrota.

Por otro lado, Podemos ha llevado a Sánchez, con escasa resistencia por parte de éste, a un experimento social que va a dejar en marcha una nueva sociedad con otros valores y otros principios. La ley trans, la del sí es sí, la de la eutanasia, la ley del aborto, la de la familia, la LOMLOE; la de bienestar animal, todas ellas sin debate público, sin consenso social, con presupuestos ideológicos excluyentes, sinpedir o desoyendo los informes de instituciones como el Consejo de Estado o el del Poder Judicial, de la ciudadanía y de los expertos conducen a una sociedad diferente y a problemas sociales de alto calado. Si alguien, cuando pueda, no lo cambia, el daño social será irreparable.

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