EL Parque Natural de Liencres y Costa Quebrada se encuentra en un estado de abandono que es palmario y evidente, situación que lleva arrastrando varios años por la falta de mantenimiento y de limpieza, sin entrar en trabajos más específicos, como el desbroce, la limpieza de matorral, podas o cualquier tarea más específica del Parque.

Desde que fuera declarado Parque Natural en 1986, este entorno privilegiado ha sufrido distintas alteraciones y evoluciones pasando de las 195 Ha. iniciales, hasta la versión actual de Parque Natural de las Dunas de Liencres y Costa Quebrada con 1753,14 Ha. También la fisionomía del espacio ha sido modificada, merced al primer Plan Rector de Uso y Gestión, que marcaba las líneas maestras del modelo de Parque que se pretendía por aquel entonces. De esa época son la adecuación de los aparcamientos, el vallado del Parque o la primera señalética. Posteriormente llegaron trabajos selvícolas para prevenir incendios o la implantación de las bocas de incendios.

Sin embargo, parece que el tiempo se ha parado, desde que el Parque se configuró como Patronato, la ralentización de las acciones es indiscutible: Los aparcamientos están abandonados, con baches y totalmente desdibujados, el vallado ni existe, la suciedad impera por todo el Parque, no se retira la maleza potenciando el riesgo de incendio, cada vez se talan más árboles, tampoco permiten ni la limpieza ni la reapertura del vial de servicio. Al mismo tiempo, no se ha solucionado el problema de las autocaravanas, generando fricciones entre este colectivo y los usuarios habituales de las playas, la circulación en época de playas es un auténtico suplicio, ni se avanza en ningún tipo de medida que mejore la imagen tan caótica que se llevan nuestros visitantes. Otro escenario que ha crecido, y que no beneficia la apariencia del parque, es la actividad lúdico/sexual que se incrementa cuando se pone el sol y que enfrenta o incomoda a los asistentes con el resto de visitantes del Parque, muchos de ellos, familias con menores o deportistas.

Hay un reflexión al respecto que me tiene preocupado, es como si ‘la inacción sea la acción’, es decir conseguir que el Parque vuelva a ser selvático, o que se permitan avanzar las Dunas hacia las mieses si seguimos podando árboles que evitan su avance, y me hace recordar una tertulia radiofónica donde coincidí con un representante de una mediática asociación de Cantabria, donde vino a decir que lo peor que le había pasado al ecosistema dunar era haber plantado árboles y quizás lo mejor era talarlos. Cabe recordar, que el Gobierno de Cantabria es quien gestiona el Patronato del Parque Natural a través de la Consejería de Ganadería, Pesca y Desarrollo Rural, limitándose a realizar las reuniones reglamentarias sin que haya ningún avance significativo en su gestión. Es un enclave que requiere bastante trabajo e implicación, algo que no va en el ADN del Partido Regionalista o de sus socios de gobierno, ni mucho menos esperemos que el Sr. Revilla o cualquiera de su equipo se involucren en un asunto tan engorroso y de tanta laboriosidad. Mención merece también el Ayuntamiento de Piélagos que únicamente parece preocuparse por este paraje cuando necesita una foto de postureo político o le viene bien la marca ‘Parque Natural’ para conseguir que la Vuelta Ciclista a España recale en las inmediaciones del entorno del Parque, o para acudir a FITUR como catedral del surf, sin especificar donde podrán estacionar, como podrán aparcar o simplemente con que medios llegar, o mejor aún, donde podrán miccionar, por ser elegante. Únicamente se ha preocupado de ‘echar balones fuera’ otorgando las culpas a otros entes, practica muy habitual de la Srta. Samperio desde la llegada al Consistorio de Renedo de Piélagos, de ahí que, particularmente, he echado de menos algo más de consistencia a la hora de demandar mejoras para el parque, más teniendo en cuenta que el signo político del ente regional y municipal es el mismo. Considero que no podemos cruzarnos de brazos impasibles ante el continuo deterioro de un espacio tan importante para la región, y a la vez es tan frágil. Debemos de conseguir un modelo de Parque Natural sostenible, que permita albergar cualquier actividad que sea compatible con el entorno, de ahí que sea necesario emprender actuaciones urgentes para conseguir el fin pretendido: La primera actuación seria habilitar un parking disuasorio, cuya ubicación más apropiada seria el sur del Parque próximo a la intersección de acceso, dotándola de un espacio reservado a autocaravanas que solucionaría prácticamente el conflicto con estos usuarios, esta medida facilitaría, además, la evacuación ante cualquier eventualidad. Igualmente, es urgente retomar los trabajos de limpieza del Parque para evitar que los plumeros y el matorral invadan el parque y no sean un riesgo latente de incendio. No debemos olvidarnos tampoco de rediseñar e implantar una red de sendas para evitar que los usuarios vayan por cualquier lado alterando el Ecosistema y quebrantando el entorno.

Soy de los que pienso que el Parque Natural debe ser el motor económico de toda la zona si mantenemos y potenciamos de una manera sostenible algunas actividades, por el contrario, la omisión o la inacción nos puede llevar a la desaparición del entorno natural tal y como le hemos conocido, y que algunos, entre los que me encuentro, no nos perdonaríamos nunca.