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El Diario de Cantabria

La coalición pende de un hilo de acero

La coalición pende de un hilo de acero

Este miércoles volvemos a las sesiones de control en el Congreso, y todo hace pensar que serán tan broncas como siempre en un panorama parlamentario que, con la pretendida moción de censura de Vox con Tamames como candidato, amenaza con retornar a lo circense. Pero, esta vez, la actualidad está, con las elecciones municipales y autonómicas ya a la vista, al rojo vivo. Y la oposición espera aprovechar la nueva quiebra interna en la coalición del Gobierno, ahora con la 'ley del sí es sí' a cuestas, para propinar un nuevo puntapié de desgaste al Gobierno de Pedro Sánchez. Y acaso, quién sabe, hasta precipitar la quiebra de la coalición del PSOE con Podemos. Pero lo que ocurre es...

Lo que ocurre es que la víspera, este martes, Sánchez tomará probablemente una decisión, inclinando la balanza a favor de la tesis del Gobierno sobre el agravamiento de penas a violadores y maltratadores, y desestimando, por tanto, la opción de Irene Montero y de Podemos, que este domingo protagonizaban un mitin en apoyo de 'su' muy controvertida ley. ¿Riesgo de ruptura en la coalición 'Frankenstein' que nos gobierna desde hace tres años? Casi nadie apuesta por eso, pero el inquilino de La Moncloa es imprevisible y sabe que los desplantes de Montero y Belarra están costando caros a la credibilidad y a la buena marcha del Ejecutivo.

En el PP, donde están casi eufóricos por bastantes cosas, entre ellas por esa 'foto de la unidad' del sábado, en la que aparece Feijóo con Aznar y Rajoy a cada lado, una especie de pipa de la paz que cierra un período convulso en el partido, van a apretar las clavijas. La pregunta de la portavoz parlamentaria del grupo Popular, Cuca Gamarra, este miércoles a Pedro Sánchez es: "¿Es usted responsable de los actos de su Gobierno?". El desarrollo del rifirrafe es esperable, porque lo que se busca es cargar sobre los hombros del presidente los patentes desatinos de 'su' ministra de Igualdad. Por eso, considero probable que en el Consejo de ministros de este martes se produzca algún viraje sensible en torno a una deficiente ley que, estando todos de acuerdo en su necesidad, es la que ha provocado controversias aún mayores que la de la reforma laboral o que los muchísimos otros desencuentros entre PSOE y Podemos, desde los que se refieren a la política internacional hasta los que afectan a la forma del Estado.

Claro que no parece probable que la sangre llegue al río. Sánchez necesita a ministras como Belarra o Montero para mostrar que la política del PSOE es más moderada, realista y técnicamente mejor fundada, sea ello o no aceptado por los ciudadanos. Además, el presidente teme, en el caso de cesar a las dos ministras podemitas, una posible reacción desaforada de su ex vicepresidente y ex confidente Pablo Iglesias, quien ya le ha advertido públicamente, desde los micrófonos de una radio, de que ha de 'atenerse a las consecuencias', se supone que si da un paso contra sus protegidas: ¿qué sabe Iglesias, si es que sabe algo, para atreverse a amenazar nada menos que al presidente del Gobierno?. Y, por el otro lado, la rama podemita encarnada por Belarra y Montero, con la que cada vez menos tiene que ver la vicepresidenta Yolanda Díaz, precisa seguir en el Gobierno, porque sin el presupuesto de los dos departamentos ministeriales, ¿qué haría formación morada, en pleno declive?

Lamentable es que la coalición se mantenga por razones tan alejadas del interés público, pero así están las cosas. Todo depende ahora del cálculo que haga Sánchez, que en cualquier caso tiene que remodelar el Gobierno a muy corto plazo ante el escándalo que supone mantener en el Consejo a las dos ministras (Reyes Maroto, Carolina Darias) que son, a la vez, candidatas en las elecciones de mayo. ¿Aprovechará la ocasión para deshacerse de Irene Montero y Belarra, que ocupan sistemáticamente los puestos de mayor impopularidad en el elenco ministerial? Hay, por supuesto, quinielas para todos los gustos circulando por los mentideros madrileños. Mi diagnóstico, para lo que valga, es que la 'coalición de la moción de censura' pende de un hilo. Pero este hilo es de acero. O más bien es un nudo gordiano, y a ver quién, y cómo, lo desata sin ser Alejandro Magno.

La coalición pende de un hilo de acero
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