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El Diario de Cantabria

Los jóvenes se hunden, los viejos aguantan

Manuel Guazo Calderón

Anievas. inauguración  carretera Iguña- Toranzo en Anievas por Revilla el 13.10.21
Anievas. inauguración carretera Iguña- Toranzo en Anievas por Revilla el 13.10.21
Los jóvenes se hunden, los viejos aguantan
Me refiero a los puentes por supuesto, los antiguos y estos de nuevo cuño, y a las carreteras, las de siempre, las que están adaptadas al pie de monte y aguatan con algunas reparaciones y poco más.

Todo esto que ha demostrado que soporta, a veces durante siglos, lo apañan estos desalmados, gente sin alma, y viene el desastre.

Luego de este desastre, causado por un fenómeno totalmente natural, le echan la culpa de su cojera al encachado. Las patéticas declaraciones del consejero de Obras Públicas del Partido Regionalista de Cantabria, vasco como buen cántabro, le ponen, queriendo huir de la realidad, como el verdadero culpable de lo sucedido: “Todo está bajo control”, “no pasa nada”, etcétera, etcétera. Palabras que escondían el temor de algo peor. ¿Qué piensan hacer con el nuevo puente de Villanueva de la Peña, al que me refiero?. El agua se llevó por delante uno de los dos tajamares que lo sujetaban, mientras que el viejo puente, al que piensan derribar, aguantó esta riada y todas las anteriores.

Es la segunda vez que una crecida se lleva por delante una obra de mucho dinero. La otra vez fue hace 3 años, donde vimos al señor Revilla salvando en barcas a los lugareños afectados. Arrampló los estribos, ahora los tajamares, otra vez será el tablero.

Para el consejero era casi normal, como cuando en la obra de la carretera de Anievas, un argayo se llevó por delante un muro de contención de gran envergadura, dijo más o menos las siguientes palabras: “mejor, así es como una prueba por si resiste”.

En esta obra del puente de Villanueva le echaba la culpa a un tronco, sí, de acuerdo, al tronco que hay en el lugar del cerebro.  ¡Cuántos troncos, cuántas riadas han pasado bajo los ojos de los antiguos puentes!.

Y no olvidemos también otra de las obras cumbre de este derrochador Gobierno: la carretera de San Vicente de Toranzo a Castillo Pedroso. Ya se argayó también y han tenido que volver a cerrarla con la obra prácticamente terminada. También la vieja carretera aguantó carros y carretas antes de que estos listos metieran en ella su proyecto y sus brazos.

Este consejero, que habla en sus explicaciones como si tuviera conocimiento, a debido creerse Calatrava; efectivamente, se le cae a cachos la obra. La obra que pagamos todos, incluso sus sueldos, no se nos olvide. ¿Pagará él o alguien tanto error, tanto derroche, tanta incompetencia?   Será lo de siempre.

A todo esto, el caudillo cántabro mirando para otro lado, actuando como si el desastre no fuera con él, ayudando a los vecinos para la foto y saliendo en redes sociales y en televisión con toda la alegría que da la paz interior. Cualquier día le vemos en la Palma ayudando a quitar la ceniza a los vecinos.

Mientras tanto, el agua se lleva río abajo los dineros de todos los cántabros, los argayos sepultan nuestros ahorros, y además de lo perdido, habrá que hacer una nueva saca comunal de nuestro bienestar para que estos individuos deshagan entuertos y sigan con sus obras y sus juguetes. ¡Más madera, más dinero!, paga el erario público, es decir los simples de los bravos cántabros que tragamos con todo.

Los jóvenes se hunden, los viejos aguantan
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