27.04.2024 |
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Un debate previsible

Un debate previsible

MADRID, 10 (OTR/PRESS)

No me importa entregar el texto de mi columna antes de haberse celebrado el debate del lunes por la noche entre Sánchez y Feijóo porque su desenlace no vamos a verlo en la pantalla de la televisión sino en la tormenta mediática posterior. Incluidas las redes sociales, por supuesto, que van a jugar -ya lo están haciendo- un papel decisivo a la hora de generar estados de opinión a ambos lados de la barricada. Tengan ustedes por seguro que sus respectivos mensajeros darán por ganador al suyo.

Por otra parte, es verdad que tanto el titular como el aspirante son figuras políticas perfectamente previsibles. Quiero decir que todas las cartas están boca arriba después de dos campañas electorales encadenadas. Muy relevante e inesperada tendría que ser la novedad que salga de este debate para que la tensión de vísperas no acabe dejándonos con la cabeza caliente y los pies fríos.

Curioso cruce de líderes políticos con los papeles cambiados. Véase como en los medios afines al Gobierno de coalición presentan este debate como la última oportunidad de Sánchez para silenciar a los profetas del fin del "sanchismo". Así que le proponen salir al ataque. Y eso quiere decir que lo ven de perdedor. Eso está reñido con los manuales ¿dónde se ha visto que el titular vaya de agresivo contra la aspirante en vez de jalear su propia hoja de servicios después de cuatro años en el poder?

Por el contrario, no menos chocante es que el aspirante, Núñez Feijóo, adopte esa cierta pasividad que se aconseja siempre a quien va de ganador. Ese punto de partida es el que le permite quedarse a verlas venir mientras que, en vez de atacar directamente al titular (no dejará de hacerlo, pero no será el eje de su discurso) se centre en impugnar la política de bloques, repudiar los extremismos, apelar al voto moderado que acampa en la frontera PP-PSOE y explotar su imagen de contrafigura respecto al personalismo del actual presidente del Gobierno.

Tanto la previsible agresividad de Sánchez como la calculada templanza de Feijóo tienen sus riesgos. Pueden ser percibidos como la reacción de un gobernante desesperado en fase terminal, en el caso del primero, o como la falta de proyecto, en el caso del segundo. Por lo tanto, a uno no le bastará con salir al ataque y al otro no le bastará con dejarse llevar por la ola sobre la que surfea como ganador en todas las encuestas. El acierto o el error está en las dosis.

Al fondo, el reto que nos interpela a todos: ¿Vamos hacia un cambio de ciclo político? Eso lo dirán los números agrupados en cada uno de los dos bloques en lucha por el poder. El de las derechas, con el PP al frente sólo o acompañado por Vox. El de las izquierdas, con el PSOE ineludiblemente acompañado por Sumar y probable apoyo parlamentario de los nacionalismos periféricos. Hagan sus apuestas.

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