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El Diario de Cantabria

TRIBUNALES TRATA

Las víctimas de trata pasaban un mes retenidas en un piso de Torrelavega

Los acusados comparecen ante el tribunal durante la primera sesión del juicio contra los siete sospechosos de formar parte de una red de trata que traía mujeres de Nigeria en patera para obligarlas a prostituirse en España, este lunes en la Audiencia de Cantabria en Santander. EFE/Pedro Puente Hoyos
Los acusados comparecen ante el tribunal durante la primera sesión del juicio. EFE/Pedro Puente Hoyos
Las víctimas de trata pasaban un mes retenidas en un piso de Torrelavega
 Las víctimas de la red de trata que está siendo juzgada en la Audiencia de Cantabria pasaban un mes encerradas en un piso de Torrelavega donde se las "preparaba y aleccionaba" para ejercer la prostitución en clubes de varios lugares de España, según ha relatado uno de los policías que investigó la trama.

En Torrelavega reside el matrimonio nigeriano que presuntamente dirigía la red y que se sienta en el banquillo junto a otros cinco acusados, cuatro mujeres y un hombre. La fiscalía pide para ellos penas de entre 36 y 2 años de prisión por delitos de trata de seres humanos, prostitución coactiva y ayuda a la inmigración ilegal.

Este martes estaba prevista la declaración de una de las víctimas, testigo protegido, pero problemas técnicos han impedido conectar con ella por videoconferencia, y la sesión ha estado centrada en la investigación policial que llevó a desmantelar la red.

Desde Valencia ha declarado uno de los agentes que interrogó a la primera víctima que fue identificada, a la que se localizó en un club cuando la policía estaba buscando precisamente a otra víctima de trata, que no está relacionada con este caso.

Según ha explicado, la mujer estaba muy delgada, parecía asustada y "prácticamente huía" de los agentes, indicios que les hicieron pensar que estaba siendo explotada.

Aunque al principio no quería hablar con la policía, poco a poco fue ganándose su confianza y tras declarar en varias ocasiones, proporcionó los datos de las personas que la habían tenido retenida en una vivienda de Torrelavega y sus números de teléfono, lo que permitió comenzar las escuchas en las que se ha basado la investigación.

A través de esas conversaciones, se pudo averiguar que había otras víctimas de camino a España, el destino final de un viaje que empezaba en Nigeria, donde eran captadas, atravesaba la ruta central africana hacia Libia, desde donde atravesaban el Mediterráneo en patera hasta Italia.

El agente ha señalado que las tres testigos protegidos en esta causa viajaron juntas y fueron captadas por la hermana del supuesto dirigente de la red, que "siempre usaba la misma ruta, los mismos pasadores y los mismos intermediarios".

La situación que vivían en Libia era "muy precaria". "Abusaban de ellas, eran auténtica mercancía, siendo prostituidas y violadas. Cuentan un periplo de Libia para olvidar", ha relatado.

También otro de los agentes que ha declarado, este desde Madrid, cuya brigada central coordinó una operación que abarcaba distintos territorios, se ha referido a esa parada en Libia.

Allí estaba establecido uno de los colaboradores de la red, que llamaba con frecuencia a los acusados de Torrelavega para apremiarles a enviarle dinero si querían que las jóvenes tuviesen medicinas y comida.

"Por duro que parezca, para los tratantes son mercancía que tiene que llegar en el mejor estado posible", ha dicho.

Los policías que han declarado este martes han puesto también de manifiesto la importancia de los rituales del vudú a los que se sometía a las víctimas, mediante los que juraban obediencia y se comprometían a pagar la deuda de 30.000 euros que supuestamente habían contraído con la organización.

Se identificó a varios hombres que actuaban como chamanes en estos rituales en Nigeria, que a veces "se reforzaban" incluso a su llegada a España.

Según uno de los agentes, el vudú y las amenazas que recibían los familiares de las jóvenes en Nigeria "eran suficientes" para mantener controladas a las víctimas.

Otro de los policías ha afirmado que con el vudú podían "teledirigirlas y mandarlas a todos los puntos de España a ejercer la prostitución".

Se trata, ha dicho, de una práctica habitual en la trata nigeriana, "tan potente y tan fuerte" que las víctimas "cumplen a pie juntillas lo que les dice el tratante" y "no hace falta que estén al lado controlándolas".

Las víctimas de trata pasaban un mes retenidas en un piso de Torrelavega
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