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El Diario de Cantabria

Último castigo y para casa

  • El Racing pone punto final a una temporada para olvidar recibiendo al Rayo Vallecano  
  • El equipo madrileño necesita ganar, que no lo haga el Elche y pierda el Fuenlabrada para jugar playoff  
  • Oltra, de nuevo con lo justo
Los jugadores del primer equipo que le quedan al Racing pondrán fin hoy a la temporada con el partido ante el Rayo Vallecano en El Sardinero. / hardy
Los jugadores del primer equipo que le quedan al Racing pondrán fin hoy a la temporada con el partido ante el Rayo Vallecano en El Sardinero. / hardy
Último castigo y para casa

Los más realistas dieron por hecho el descenso hace meses. Los más optimistas esperaron al partido del Lugo para chocarse de bruces con la realidad y los sueños de los soñadores duraron hasta el envite contra el Tenerife. Nadie esperó a las matemáticas. El equipo verdiblanco se sabe fuera de juego desde hace tiempo y por eso este tramo final de competición se ha convertido en una pesadilla difícil de llevar. Algunos jugadores del equipo optaron por tirarse del barco, terminar con el sufrimiento y abandonar a sus propios compañeros en plena travesía por el desierto con la permisividad del propio club y se han librado así de esta serie de castigos que no apetecen a nadie. Todos quieren que se acabe ya el sufrimiento y ya no queda nada, sólo los noventa minutos que se disputaran esta noche en Los Campos de Sport.

La temporada ha querido que el Racing se despida en casa. De nuevo lo hará en una situación penosa y con lo justo debido a los abandonos que se han ido dando. Quizá precisamente por eso hay que valorar a los que han estado hasta el final y a tipos como, por ejemplo, Jordi Figueras, que tenía muy fácil ahorrarse alguno de estos castigos porque lleva varios partidos a una sola cartulina amarilla de la sanción. Hoy estará otra vez al pie del cañón como lo estarán otros que han querido estar a las duras y a las maduras.

Hoy es la última jornada y el Racing juga ante un equipo que se la juega. El Rayo Vallecano ha llegado a la última jornada jugándose aún una última plaza de playoff por mucho que no dependa de sí mismo. Necesita ganar, que no lo haga el Elche y que pierda el Fuenlabrada. Se antojan carambolas complicadas porque, además, en las últimas jornadas tampoco suelen pasar cosas demasiado raras y suele quedarse con los tres puntos quien lo necesita. Los hombres de Paco Jémez van a salir con el cuchillo entre los dientes a jugar esta noche en Los Campos de Sport mientras que los de Oltra lo harán pensando ya en marcharse sin mirar atrás. No ha sido una temporada de la que recordar grandes cosas.

En Oviedo ya dio la sensación de que el Racing ya había respirado con la victoria ante el Huesca, que le permitió, por lo menos, asear este penoso tramo final de competición. Es cierto que fue a por la victoria y que su entrenador puso toda la carne en el asador, pero ya no era lo mismo. Se percibió una cierta sensación de punto y final y un tufo a minutos de la basura. A eso no ayudó haber recibido un gol tan tempranero, que es lo que intentará conseguir el Rayo esta noche como camino más corto hacia su victoria. A partir de ahí, deberá estar atento al transistor. No parece ninguna locura que el Fuenlabrada pierda en Riazor, donde el Deportivo se juega la vida, pero es más complicado que el Elche no gane en casa a un Oviedo que ya está salvado y pensando en el trozo de playa que le permita disfrutar la crisis sanitaria.

Al igual que el pasado viernes, Oltra tiene la alineación prácticamente hecha por las pocas cartas que tiene en su mano. Mantiene a quince jugadores del primer equipo por la salida de la convocatoria de Moi por cinco amarillas y la entrada de Kitoko, pero este último está en el grupo en el que también estaban Barral y Nkaka. Es decir, entre quienes están a la lista para, sobre todo, hacer bulto.

No ha querido llevar el entrenador verdiblanco a más jugadores del filial que los habituales (Lucas Díaz, Sivero, Goñi, Martín Solar y Camus) porque tampoco tendría sentido. Además de que sólo está dispuesto a jugar con tres de ellos para no correr el riesgo de caer en alineación indebida, el pasado viernes ya se vio que va a mantener su modo de pensar hasta las últimas consecuencias porque en el once inicial sólo entró uno (Martín Solar), que fue sustituido por otro (Camus). Éste acabaría coincidiendo con Siverio mientras que Miguel Goñi se mantuvo a la espera. En ningún momento jugaron tres. Siempre que ha podido, el técnico verdiblanco ha buscado soluciones a sus problemas en el primer equipo y así parece que se va a mantener. El único que ha roto la lógica es Siverio, que está entrando en juego antes que David Rodríguez e incluso que Jon Ander. Pasó de no querer ni mirarle a estar el segundo en la fila. Y lo único que cambió fue su renovación, la cual el jugador siempre quiso. Es sólo una de las cosas raras que han sucedido durante esta temporada para olvidar.

Lo cierto es que ya da igual que juegue quien juegue porque todo el mundo tiene ganas de acabar y de que mañana la directiva haga públicos los nombres de las personas que se van a encargar de confeccionar el próximo proyecto deportivo. Tiene pinta de que se va a producir un borrón y cuenta nueva de campeonato, pero habrá que esperar. Antes, toca cumplir con el último castigo que impone el campeonato. Porque la orquesta ha de seguir tocando mientras la nave permanece a diez metros de la superficie. Se hundió hace tiempo pero hay que seguir remando. Y no hay cosa más dura que remar para nada.

Es posible que hoy el partido termine con el equipo visitante celebrando a lo grande sobre el terreno de juego y otro marchándose sin mirar hacia atrás o que incluso el que ya se sabe perdido desde hace tiempo tenga que consolar al otro. «A mí me vas a hablar de penas», le podrá decir. Es factible que esta noche se encuentren dos perdedores en la barra del bar para contarse sus penurias. Entre ellos, puede haber gente que se despida del club tras haber dejado huella, como podría ser el caso de Iván Crespo, cuyo contrato termina y está por ver si le van a ofrecer renovar o no. Por ahora, no lo han hecho.

Último castigo y para casa
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