24.04.2024 |
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Una pretemporada ausente

El Racing empezó la liga sin el motor que se le presuponía tras comenzar a entrenar antes que nadie y sin conceptos futbolísticos claros | Afrontó el primer partido sin saber cómo quería jugar e innovando con los carrileros

Rozada, siguiendo atento el duelo entre Ceballos y Martín Solar. / Hardy
Rozada, siguiendo atento el duelo entre Ceballos y Martín Solar. / Hardy
Una pretemporada ausente

Prometía Álvaro Bustos la pasada semana que a partir del domingo iba a cambiar la historia, que por fin se terminaba la pretemporada y que se iba a notar que contra el Portugalete ya iba a haber puntos en juego. Era una cuestión de motivación. El inicio de lo bueno y de la temporada oficial iba a hacer que se viera a un mejor Racing, pero eso no fue así. Fue el mismo que el de la pretemporada y, peor aún, que el de los dos últimos partidos de la pretemporada. Esto quiere decir que, lejos de mantener una inercia contraria y, por tanto, más lógica, el equipo que pilota Javi Rozada parece tener una evolución negativa en vez de positiva. En lugar de ser cada vez mejor, parece cada vez peor. Y eso es preocupante.

Es como si la pretemporada no hubiera servido para nada. En primer lugar, buena parte de los futbolistas que formaron el once inicial contra el Portugalete han contado con un periodo de preparación y puesta a punto más largo que lo normal, lo que invitaba a pensar, al menos durante el mes de agosto, que cuando por fin hubiera puntos en juego, los futbolistas verdiblancos iban a estar como motos. Sin embargo, el domingo empezaron a jugar como si llevaran pesas en las botas. Su ritmo era anodino y daban la sensación de estar jugando un amistoso mientras que quien tenían delante llevaba el cuchillo entre los dientes. Se podía jugar mejor o peor, pero a todos cogió por sorpresa verse superado, incluso de partida y jugando en casa, en intensidad, en agresividad y en fortaleza.

No se dio el cambio anunciado por Bustos. Tanto contra el Alavés B como contra el Amorebieta, el Racing había empezado bien pero había acabado superado por todos lados. Y esa tónica tuvo su continuidad contra el Portugalete, pero incluso al revés. Fue el equipo visitante quien se encontró a gusto en casa y el local quien empezó asustado. Hubo jugadores superados por la situación y, sobre todo, un equipo sin soluciones. Y aquí radica la otra faceta del encuentro que invita a pensar que comenzó la temporada sin que la pretemporada hubiera servido para nada. El equipo fue superado físicamente pero también futbolísticamente. Con lo preparado durante dos meses hubo que hacer una bola de papel y tirarlo a la papelera. Contar con un largo proceso de preparación previo al inicio de la competición oficial no sirvió para, por lo menos, tener algunas ideas claras y una hoja de estilo con la que comenzar por mucho que, si vienen mal dadas, haya que cambiar sobre la marcha. Esta vez no, el cambio hubo que hacerlo el primer día saliendo a jugar como prácticamente no había jugado el equipo durante los dos meses de pretemporada.

Rozada excusó la apuesta por el esquema con tres centrales y dos carrileros por la falta de extremos, ya que echó de menos tanto a Marco Camus como a un Soko que ni siquiera está todavía en Santander por mucho que fichara por el Racing hace casi un mes. Así, le quedaba sólo Álvaro Bustos porque ha decidido no sumar a Cejudo en esa lista. No tenía cartas y tuvo que cambiar. Lo malo fue que tuvieron que jugar por banda dos jugadores poco o nada acostumbrados a tener todo el carril para ellos solos. En el caso de Iñigo Sainz - Maza, además, se había pasado toda la pretemporada jugando como medio centro para, justo en el momento en el que por fin llega lo bueno y hay puntos en juego, desplazarse al carril derecho. Es como si la pretemporada fuera una historia independiente y se pusiera un punto y a parte a partir de su final cuando lo saludable es aprovecharla para llegar al inicio liguero con carrerilla y, sobre todo, con los conceptos claros.

Porque, más allá de salir a jugar con carrileros que no lo son, ya que Bustos no tiene maquinaria suficiente para encargarse él solo de toda una banda, lo preocupante fue ver a un equipo que tampoco tenía muy claro cómo quería jugar y a qué quería jugar. Insistió en jugar en corto cuando en seguida quedó claro que no tenía argumentos para ello y que, con la buena presión del Portugalete, no se encontraba ni a gusto ni seguro. Y lo primero que ha de transmitir una defensa es seguridad, algo que no logró el Racing en el debut liguero. Aquel estancamiento hizo al equipo muy largo y se produjeron unas distancias entre líneas que hizo aún más complicado elaborar juego y dar más de tres pases seguidos. Era difícil adivinar cómo pretendía el equipo verdiblanco ganar el partido.

Lo mejor de todo es que Rozada es el primero que conoce las carencias de los suyos y no tiene reparo en expresarlas públicamente. Lo había hecho ya en los dos últimos partidos de pretemporada y, sobre todo, en el último de ellos, cuando reconoció sentirse preocupado. Y sólo quedaban siete días para empezar la competición. Eso sí que era preocupante. El técnico asturiano ve dónde están los agujeros pero lo que se le pide es que, más allá de eso, encuentre soluciones. El domingo no esperó a ver agonizar a los suyos y en el descanso ya introdujo tres cambios que, por lo menos, dieron una marcha más al juego, pero siguió siendo insuficiente. Tuvo que quedarse el rival con diez para que el equipo verdiblanco se sintiera verdaderamente poderoso.

El margen de mejora que tiene el Racing es tremendo pero comenzar con un empate en casa y, además, a las puertas de uno de los desplazamientos más complicados que tendrá en estos primeros meses de competición, que será el que realice a Lezama, añade, a las primeras de cambio, una necesidad de la que el equipo quería huir a toda costa. Lo bueno es que Rozada irá teniendo cada vez más cartas. Muchos jugadores llamados a ser piezas básicas de su equipo han llegado tarde y, aunque el pasado domingo comenzaron desde el banquillo, es probable que contra el Bilbao Athletic ya partan de inicio. Son los casos de Cedric o de Nana, a los que hay que sumar a Marco Camus, que ayer ya entrenó con todos y que podría entrar en la convocatoria si todo va bien en los próximos días. Porque lo cierto es que el Racing dispuso de una larga pretemporada pero ni siquiera a día de hoy ha podido tener nunca Rozada a todos sus futbolistas. De hecho, dos llegaron todavía la semana pasada (Balboa y Matic) y otro se espera que lo haga mañana. Por eso podían resultar excusables algunas carencias en el equipo, pero no comenzar con menos intensidad y con menor motor que los demás y, por lo menos, con un par de ideas claras. Ante el Portugalete se vio a un equipo con todo aún por hacer y eso es preocupante.

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