24.04.2024 |
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Por detrás de todo

El Racing necesita remontar hasta para mantenerse en la categoría de bronce |  A día de hoy, sería el sexto en la clasificación de los siete que pelearían por dos puestos en la segunda fase, ya que los del Subgrupo B van mejor que él

Aritz Solabarrieta, cabizbajo. / Hardy
Aritz Solabarrieta, cabizbajo. / Hardy
Por detrás de todo

En su última aparición pública, el presidente del Racing asumió ya, incluso faltando toda la segunda vuelta, que el objetivo del ascenso estaba ciertamente complicado. Ese mismo día confirmó la continuidad de Aritz Solabarrieta en el banquillo a pesar de la paupérrima imagen que había dejado el equipo en los tres primeros partidos en los que le había dirigido, que se saldaron con otras tantas derrotas, porque, en teoría, le consideraba el hombre ideal para levantar el vuelo. Sin embargo, él mismo confesó que había que cambiar de objetivos y que había que centrarse en clasificarse para la Primera División RFEF, que es lo que durante meses se llamó ‘Segunda B Pro’. Y es todo un baño de realidad reconocer que el equipo verdiblanco no está para remontarle cinco puntos al Bilbao Athletic, siete al Real Unión o nueve al Amorebieta. Está lejos de ellos. Lo que está cerca es el pozo clasificatorio y, por lo tanto, la verdadera apuesta del conjunto cántabro pasa por, como mínimo, salvar esta primera fase en el segundo vagón de la clasificación.

En el subgrupo del Racing, dicho vagón lo forman, por el hecho de contar con once equipos, el cuarto, el quinto, el sexto y el séptimo. A día de hoy, el Racing es sexto con sólo dos puntos de ventaja sobre el Laredo, que es quien marca la frontera hacia el abismo, el mismo que ya condena a perder una categoría una vez terminada la primera fase y que obliga a seguir jugando para no perder incluso dos. Es todo un drama. El conjunto cántabro está a las puertas de un profundo agujero que le puede llevar a lo más bajo que ha estado a lo largo de su historia. No sólo ha de mirar lo lejos que están los de arriba, sino lo cerca que están los de abajo. La temporada puede ser dramática.

De ahí el baño de realidad del presidente del club cántabro, que ya se da con un canto en los dientes si el equipo se mantiene en el tercer escalón del fútbol español. De hecho, llegó a decir que ni contemplaba la posibilidad de que no consiguiera, por lo menos, clasificarse para la Primera RFEF para no perder más años y, tras el fracaso al que apunta el presente curso, poder volver a empezar tras el próximo verano. Sin embargo, incluso ese objetivo se está complicando cada semana que pasa al mismo ritmo al que el equipo se deja puntos por el camino.

La mejor manera de garantizar un sitio en la categoría de bronce del próximo curso es clasificarse entre los tres primeros, pero eso ya está muy lejos. Quedan sólo ocho jornadas y hay un mínimo de cinco puntos que remontarle a un equipo que empató el pasado domingo en Santander a pesar de jugar con uno menos durante media hora. El Racing no enseña evolución alguna y por eso resulta utópico pensar que vaya a alcanzar alguno de esos puestos que, a la vez que le clasificarían para la Primera División RFEF de la historia, incluso le permitiría seguir soñando con el ascenso. El equipo que hoy día pilota Aritz Solabarrieta ha dado muestras de no tener potencial suficiente para subir tan alto y, aunque ha dispuesto del mes de enero para reforzarse, hasta la fecha apenas lo ha hecho. Ayer fue día 26 y no hubo anuncio de fichaje alguno. El club ha dejado pasar un mes en una temporada especialmente corta. Tanto es así, que sólo quedan ocho partidos para terminar la primera fase y para, en definitiva, decidir por qué cosas va a acabar jugando el equipo durante lo que queda de curso.

Lo realista hoy es asegurarse un sitio en el segundo vagón. Éste se cruzaría también con el subgrupo B en la segunda fase para completar una liguilla que sólo daría pasaporte para la Primera RFEF a los dos que terminaran con más puntos. Y todos los puntos se arrastran, lo que quiere decir que incluso ese objetivo secundario de mantenerse en la categoría de bronce está complicado a día de hoy porque el Racing se ha dejado ya mucho por el camino. Incluso para alcanzar esa orilla va a haber que remontar.

menor porcentaje. A día de hoy, los tres equipos con los que se cruzaría el Racing en la segunda fase serían el Tarazona, el Mutilvera y el Tudelano. Y todos ellos tienen un promedio de puntos superior al del equipo que dirige Aritz Solabarrieta. Tanto es así, que el conjunto cántabro sería ahora mismo el penúltimo clasificado de esa clasificación que debería repartir dos pasaportes hacia la Primera RFEF. Tendría mucho que remontar hasta para conseguir un objetivo secundario, el mínimo que se le puede exigir a un proyecto con semejante presupuesto detrás. La realidad no puede ser más dura. Quien no aguante la presión, mejor que se baje ya del carro porque le viene una carga aún mayor.

Quien comandaría esa teórica clasificación sería el Tarazona por haber sumado 17 puntos en diez partidos, lo que le da un promedio de 1,7. Hay que acudir a los porcentajes para tener una visión más real de la situación, ya que no todos han disputado el mismo número de partidos. El segundo puesto sería para la Real Sociedad B, que tiene 18 puntos en once partidos (1,6). El tercer puesto sería para el Mutilvera, el mismo equipo que eliminó al Racing en la primera eliminatoria de la Copa del Rey al haber sumado quince puntos en una decena de encuentros (1,5). Empatados estarían el Tudelano, que suma catorce puntos en diez jornadas, y el Arenas, que ha sumado 17 en doce, ya que ambos promedian 1,4 puntos por encuentro. Sería después cuando llegara el Racing con 16 puntos en doce encuentros y un promedio de 1,3. Nunca, ni en sus peores momentos, había avanzado el conjunto cántabro tan lento en Segunda División B.

Quien cierra la actual clasificación que pelearía en la segunda fase por una de las dos plazas puestas en juego para la Primera RFEF sería el Alavés B, que ha sumado quince puntos (uno menos que el Racing) en doce encuentros. Esto quiere decir que el próximo domingo se enfrentarán dos rivales directos y que, de perder, el equipo verdiblanco se vería de nuevo en el pozo y echando cuentas para otras cosas. Necesita reaccionar cuanto antes porque tiene mucho terreno que remontar, ya sea para mantener sus más altas metas como para conseguir los objetivos mínimos exigibles. Y cada vez queda menos tiempo.

A preparar el duelo ante un rival directo

La plantilla del Racing disfrutó ayer de una jornada de descanso y a partir de las diez y media de la mañana de hoy comenzará a preparar el partido del próximo domingo en Ibaia contra el Alavés B. Lo hará después de haber reflexionado sobre lo sucedido el pasado domingo en Los Campos de Sport y con la intención de levantar el vuelo contra otro equipo filial. Aritz Solabarrieta, que sabe que en su sexto encuentro al frente del equipo se jugará el puesto, no podrá contar con Álvaro Cejudo, que en el duelo contra el Bilbao Athletic vio la quinta cartulina amarilla por querer entrar al terreno de juego tras ser atendido sin recibir el permiso del colegiado.

Con todo, en el último encuentro a domicilio que disputó el conjunto cántabro tampoco jugó ni un solo minuto. Será a partir de hoy cuando quizá se pueda percibir qué prepara el entrenador de Ondarroa para hacer frente al equipo pilotado por Iñaki Alonso, un equipo al que debería conocer bien tras llegar al Racing procedente del juvenil B del Alavés. Es siempre una sorpresa porque el técnico verdiblanco parece apostar por un sistema y un plan diferente para afrontar cada partido. Lo que no tendrá el entrenador son refuerzos porque ayer no se había cerrado ningún otro más allá de Riki, que ya entrenó el sábado y que incluso debutó el domingo. Su presentación, todavía no se ha anunciado.

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