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El Diario de Cantabria

REMO

Otro paso atrás

  • Con la baja de Colindres, este año no habrá ninguna trainera femenina cántabra compitiendo en liga  
  • En el País Vasco habrá trece y en Galicia diez  
  • Faltan remeras que se asienten en edad juvenil o senior
Imagen de la histórica edición de la Bandera Sotileza del 2017 con cuatro traineras femeninas. / ALERTA
Imagen de la histórica edición de la Bandera Sotileza del 2017 con cuatro traineras femeninas. / ALERTA
Otro paso atrás

Cantabria dejó pasar hace ya mucho tiempo el tren del remo femenino. Lo malo es que, en vez de echar a correr para ver si algún día le da alcance, permanece parado, como las vacas que se quedan al borde de la carretera viendo pasar los coches. Se mueven cosas y de vez en cuando se ha dado algún fogonazo, pero en seguida se ha parado. En lugar de ser como una de esas farolas que se van encendiendo poco a poco mientras cogen potencia para terminar iluminando como la que más, se comporta como un fluorescente que se enciende y se apaga antes de hacer su función. Lo malo es que el remo cántabro sigue sin encenderse en cuanto a las mujeres se refiere. Tanto es así, que este verano ni siquiera habrá una trainera femenina en competición.

Durante todos estos años de sequía, al menos ha habido algo que llevarse a la boca porque Colindres siempre ha estado ahí. La ‘San Ginés’ femenina nunca ha sido capaz de levantar un proyecto competitivo que le permitiera ni tan siquiera estar en la zona media de las respectivas ligas en las que ha venido participando en los últimos años, pero al menos estaba ahí. Hacía acto de presencia y formaba parte de una liga recién formada hace un par de años que le podría permitir ir levantando una construcción, pero nunca ha terminado de crecer y este año ni siquiera formará parte de esa segunda categoría del remo femenino llamada ETE.

No habrá cántabras en la liga ETE. Ya es oficial. Todo serán traineras vascas. En la misma, participarán las vizcaínas de Deusto, Isuntza, Lutxana y Ondarroa, las guipuzcoanas de Zumaia, Tolosaldea, San Juan e Hibaika, además de Lapurdi. Son un total de nueve traineras en donde la otra baja, además de Colindres, será la de Kaiku. Como gran novedad, estará Lutxana. Es la trainera que ha aparecido para compensar, en la medida de lo posible, las bajas causadas. A todas estas embarcaciones habrá que sumar las cuatro que tomarán parte de la máxima categoría, que serán Donostia Arraun, Donostiarra, Hondarribia y Orio.

En total, serán trece las traineras vascas que tienen previsto salir a competir en liga el próximo verano si tienen la oportunidad. En la otra parte del Cantábrico, incluso han sido capaces también de dar forma a una liga absolutamente gallega con un total de diez embarcaciones: Cabo da Cruz, Salgado - Perillo, Tirán, Mugardos, Chapela, Rianxo, Riveira, Meira, A Cabana y Esteirana. Hay proyectos femeninos al este y al oeste, pero Cantabria es un solar.

Si Colindres no ha podido salir este año no es por falta de ganas, sino de gente. Lo de siempre. Ya el curso pasado salían a competir con muchas remeras juveniles que han pasado a senior y también a la edad universitaria, lo que siempre complica la permanencia en un proyecto al que, además, le costaba salir del agujero. No resulta sencillo hacer atractiva la idea de comprometerse a entrenar durante muchos meses para no salir del furgón de cola durante la temporada. De ahí que, finalmente, haya habido que echar el pie a tierra.

La pista de Castro. Colindres ha seguido compitiendo en bateles. La temporada del bote pequeño se vio interrumpida por el confinamiento y quien venía dominándola era Castreña. De hecho, fue ‘La Marinera’ la única trainera pilotada por mujeres que se dejó ver en alguna de las pruebas invernales disputadas durante la pretemporada completada en invierno. Fue para remar en casa en la Bandera Ciudad de Castro, donde apenas tuvo rivales. Es cierto que sólo tuvo a Mundaka como oponente, que tampoco va a salir a competir en liga y a quien sacó dos minutos, pero ya fue un paso hacia delante y algo a lo que aferrarse en un futuro. En Castro están con ganas de levantar un proyecto, pero aún les queda. Han de tirar de paciencia y, para que no sea algo volátil, darle continuidad y construir una sólida base. Y en ello están. A bordo de aquella trainera hubo un buen número de remeras cadetes que pronto serán juveniles y, a partir de ese momento, si se mantiene el bloque, se podrá empezar a pensar en la trainera. A corto plazo, todavía cuesta verlo.

Castro ya sacó trainera a competir en el verano de hace tres años, pero aquello pronto se vio que no iba a tener mucho futuro. Fue un proyecto cogido por calzador que en seguida se vino abajo. Había muchas remeras de fuera y de esa experiencia han sacado conclusiones porque si algo tienen claro las rojillas es que al menos un 80% de la tripulación futura que pueda tener ‘La Marinera’ deberá ser de casa.

Antes que ellas, también Santoña sacó su embarcación a competir en liga, cuando no estaba tan regulada como ahora, durante tres temporadas, pero el proyecto también se vino abajo. Fueron intentos de continuar con lo que, en un principio, cuando empezó a despuntar el remo femenino y, por ejemplo, se empezó a disputar la Bandera de La Concha protagonizada por mujeres, hizo Astillero. Por aquel entonces, el club azul se codeaba con las mejores, pero desapareció. Parecía que podía ser el mejor sostén sobre el que se podía construir el remo cántabro femenino pero no tuvo continuidad. El tren se fue. Se cogió en un primer momento, pero no pasó de la primera estación.

En los últimos tiempos, aunque era Colindres quien salía a competir, daba la sensación de que quien más cerca estaba de sacar una trainera a competir a medio plazo era Camargo. Conseguía reunir remeras para saltar a los descensos invernales e incluso a alguna de las regatas primaverales, pero nunca se atrevió a dar el salto a las ligas. Lo quería hacer bien y con garantías de resultar competitiva. Pensaban que sería sólo cuestión de tiempo y de asentar el proyecto, pero este año ya no ha habido posibilidad de salir a entrenar en la embarcación grande y mucho menos de salir a competir. Muchas remeras se han ido a estudiar fuera o surgían obligaciones que hicieron imposible reunir un número mínimo para seguir creciendo.

El problema con la cantidad va a ser un constante en un remo cántabro muy poco atractivo como para cosechar bogadoras de fuera. Por eso da la sensación de que elaborar un proyecto competitivo sólo podría pasar por la unión de varios clubes. En su día, cuando el remo femenino de traineras estaba dando sus primeros pasos en serio, ya se inventó la modalidad de hacerlo por selecciones territoriales. Sin embargo, a día de hoy, con muchos clubes con un proyecto ya más que asentado, eso ni se plantea. Y el problema con el que se encontrarían en Cantabria para hacer esa unión es el de los cupos de canteranas, propias etc. No sería sencillo darle forma.

Con todo, otro problema que estaría muy presente es el que ya existe en el remo masculino. En cuanto hay alguien que destaca en Cantabria, rápidamente es captado por algún club del País Vasco, eminentemente de Bizkaia. Con el femenino ya sucede y varias de las que venían remando con Camargo en los últimos años reforzaban en verano a alguna trainera de la liga Eusko Tren o la liga ETE. Y así, viendo cómo las grandes referencias tampoco tienen un lugar en el que crecer en casa, es difícil conseguir material humano para levantar un proyecto. Generar ilusión y un futuro que construir se hace complicado ante el actual vacío existente.

Un paréntesis en este panorama desolador sucedió hace tres años, cuando la Bandera Sotileza disfrutó de una versión femenina en la que hubo cuatro traineras. Tomaron parte de ella Camargo, Astillero, Castreña y Colindres. Aquello parecía ser el inicio de un nuevo tiempo porque había muchas remeras a bordo que podrían dar forma a algo, pero sólo fue un paréntesis. Aquello se marchó tan rápido como llegó. En el caso de que este año se pudiera disputar la histórica regata, que se antoja complicado, posiblemente no haya versión femenina. Y sería una pena después de lo que hubo que pelear por crearla. Incluso hubo que enfrentarse a la negativa del anterior presidente de la Federación. Cuesta mucho abrir una puerta y muy poco cerrarla.

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