La crueldad se cebó con el Laredo en el primer partido de su ansiado regreso a Segunda B, después de 30 años de ausencia, al morder el polvo “in extremis” ante el Amorebieta (2-1). Un gol de Aimar en el minuto 94 privó al conjunto cántabro de un meritorio punto que habría premiado el esfuerzo sobre el césped de Urritxe.

El equipo entrenado por Manu Calleja empezó sin complejos, aprovechando el espacio entre los centrales y los laterales con las referencias de Juáncar y Saúl por los costados. Ante ello, el Amorebieta opuso una tupida defensa de tres centrales y dos carrileros, y fue creciendo en el partido. Pedrero tuvo que intervenir a los 14 minutos para despejar a córner un disparo de Irazabal. Seguín disparó alto desde la frontal pocos minutos después.

En los diez últimos minutos del primer tiempo, llegó el turno de los delanteros locales. Primero, Orozco estrelló un cabezazo en la madera. Apenas dos minutos después, en el 38, Obi adelantó al Amorebieta con un disparo raso ante la salida del portero Pedrero. El 1-0 fue muy protestado por el Laredo, ya que el asistente arbitral había levantado previamente la bandera y luego rectificó. Vinatea recibió cartulina amarilla por protestar la decisión arbitral.

El colegiado Calvo Martínez también amonestó al entrenador visitante, Manu Calleja, antes del descanso por continuar con las protestas. El Laredo salió encorajinado y con otra actitud tras el descanso. Al poco de la reanudación, Juáncar disparó muy desviado desde la frontal un contragolpe guiado por Saúl. Manu Calleja dio entrada a Riky, Álvaro y Felipe de manera simultánea. Un minuto después de la triple sustitución, el recién entrado Felipe igualó la contienda mediante un tiro lejano que entró tras tocar el portero Saizar y golpear en el poste. No obstante, el cuadro cántabro se replegó demasiado a raíz del 1-1 y el Amorebieta lo aprovechó para avanzar metros. Orozco perdonó la vida al Laredo en dos ocasiones: un mano a mano ante Pedrero y, a tres minutos para el final, disparando fuera con el portero por fuera del marco. Las pérdidas de tiempo del Laredo en los minutos finales no significaron la pesca de un valioso punto.

El Amorebieta se llevó los tres puntos al borde del pitido final. Una falta colgada desde el centro del campo se envenenó hasta impactar en el larguero y Aimar aprovechó el rechace para meter la pierna y deshacer las tablas con el 2-1.