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El Diario de Cantabria

Apertura «testimonial» del comercio cántabro en la jornada de ayer

Solo las peluquerías y los centros de estética tuvieron una vuelta al trabajo con cierta normalidad, eso sí, con gran demanda y tomando muchas medidas de seguridad para evitar posibles contagios por la COVID-19

Una peluquera con un cliente en Santander en el día de ayer, en la conocida como fase 0 de la desescalada. / josé Ramón
Una peluquera con un cliente en Santander en el día de ayer, en la conocida como fase 0 de la desescalada. / josé Ramón
Apertura «testimonial» del comercio cántabro en la jornada de ayer

Los comerciantes, que desde ayer pueden abrir sus negocios utilizando el sistema de cita previa, optaron en su gran mayoría por mantener la persiana echada de momento, mientras que las peluquerías registraron una alta demanda que provoca listas de espera. En el centro de Santander fueron pocos los empresarios que se animaron a abrir sus establecimientos, aunque muchos, sobre todo del sector de la restauración y de venta de ropa, se acercaron a sus locales para ir acondicionándolos. Solo las peluquerías y los centros de estética han tenido una vuelta al trabajo con cierta normalidad, eso sí, con gran demanda y tomando medidas de seguridad para evitar el contagio por la COVID-19.

Entre que han pasado casi dos meses desde la última vez que se pudo ir a cortar, teñir o tratar el pelo, y que las peluquerías todavía no tienen a todos sus empleados trabajando por los Expedientes de Regulación de Empleo, fue una mañana de mucho trabajo en estos establecimientos. Ataviado con mascarillas y guantes, el personal de las peluquerías ha tomado muchas precauciones para evitar el contagio del virus teniendo en cuenta que se trata de un servicio en el que el contacto es casi continuo.

La consigna en algunos centros es que haya un empleado por cliente, con sus pertenencias bien guardadas en fundas de plástico, que son pulverizadas con desinfectante para evitar la propagación del virus. El resto de establecimientos, como norma general, no subieron ayer lunes la persiana, aunque sí que se vio a varios empresarios comprobar en sus locales cómo afrontar la vuelta, por ejemplo en la zona de Cañadío. Es momento ahora, según explican, de pensar en cómo aplicar las medidas decretadas por el Gobierno central para la fase 1 a sus negocios y comercios, que están limpiando y organizando para su reapertura, en muchos casos a partir del 11 de mayo. Esa fecha supondrá la posibilidad de abrir las terrazas hosteleras al 50 por ciento. También regresaron los locales de comida para recoger, aunque la fórmula que durante estas semanas ha adoptado buena parte de los restaurantes es la del servicio a domicilio, por lo que también se ha visto a bastantes repartidores de comida en sus motos. Las tiendas se preparan para abrir y algunas, como Lamoi, un comercio de ropa situado en la céntrica plaza del Príncipe, han optado por adquirir una máquina de ozono para desinfectar su establecimiento, una decisión que otros comerciantes también se están planteando.

Sus propietarias, Cristina y Marta, señalan la necesidad de dar confianza y seguridad al público y en este sentido ven un buen aliado en el ozono, que según la Organización Mundial de la Salud es una de las respuestas más efectivas ante el coronavirus. «Es fácil de usar y sirve para desinfectar la tienda, desinfectar la ropa y desinfectar el suelo», explican sobre este pequeño aparato, que tiene un precio cercano a los 180 euros.

Por su parte, el responsable de Lera Electrodomésticos, Imagen y Sonido, en la calle Rualasal de Santander, explica a Efe que durante semanas ha estado vendiendo a través de internet y por teléfono porque sus productos del hogar son «de primera necesidad». «Si a alguien se le rompe la lavadora tiene que poder comprar otra», apunta.

Desde ayer, esta tienda funciona con la puerta cerrada y mediante el sistema de cita previa, lo que no ha evitado que la clientela haya acudido el primer día «a buen ritmo», según señala el comerciante. Además, seguramente favorecido por el buen tiempo, este lunes se ha visto en la calle a más gente de lo habitual, produciéndose colas en supermercados, entidades bancarias y en algunos establecimientos como estancos o herboristerías. Otra de las cosas que salta a la vista es que cada vez más ciudadanos llevan mascarilla cuando salen a la calle.

Por otra parte, los autónomos cántabros piden a las administraciones que, además de facilitar el material necesario para la reapertura de negocios tras la crisis del coronavirus, «agilicen» también la información con las medidas y obligaciones para retomar las actividad, pues la «incertidumbre ha retrasado miles» de aperturas este lunes, primera jornada de la fase 0 de la desescalada.

«La falta de información sobre las medidas de seguridad y la incertidumbre de cómo va a responder el consumidor han retrasado la apertura de miles de establecimientos cántabros que ya podían abrir sus puertas», señala la Unión de Trabajadores Autónomos (UTAC) de Cantabria en un comunicado, en el que recuerda que pueden levantar ya la persiana salones de estética, peluquerías, centros de fisioterapia, ferreterías, ópticas o centros de reparación.

Estos negocios suponen aproximadamente el 70% de los locales abiertos aunque, dentro del comercio tradicional que cumple la norma para retomar la actividad lo ha hecho en torno al 30%. En este sentido, la agrupación de trabajadores por cuenta propia confía en que a lo largo de la semana haya un «regreso gradual» a la actividad, y confían en alcanzar el 11 de mayo «la apertura del 100% de los negocios». En el caso de la restauración, que únicamente puede prestar el servicio de recogida en el local para consumo a domicilio, el número de establecimientos que han iniciado su actividad ha sido «muy bajo», tan solo un 7% de los encuestados en un primer sondeo.

Desde UTAC-UPTA reclaman a la administración autonómica y local que «agilicen la información» sobre las medidas necesarias para que los profesionales autónomos cántabros «tengan claras cuáles son sus obligaciones en materia de prevención del contagio del COVID-19», para trabajadores y clientes.

Además, creen que la administración debe suministrar a los empleadores el material necesario que exige la legislación para cumplir con los requerimientos en materia de salud laboral: mascarillas, geles, guantes, etc. Y «debe ser la Comunidad Autónoma la que active ayudas específicas para la adaptación de los establecimientos a la normativa obligatoria en esta etapa de reapertura».

peluquerías. Cerca de un 20% de las peluquerías y centros de estética de Cantabria reabrieron ayer coincidiendo con la primera jornada del inicio de la fase 0 de la desescalada del coronavirus. Se trata de unos 160 establecimientos de los casi 800 que hay en la región, y cuya mayor parte no ha levantado la persiana porque carecen de material de seguridad necesario para proteger a trabajadores y clientes o no les ha dado tiempo a prepararse para el retorno a la actividad, que ha sido «muy precipitado».

«No tenemos equipos de protección ni los locales preparados. No nos ha dado tiempo», señala a esta agencia Inmaculada Mata, portavoz de la Asociación Cántabra de Imagen Personal, que engloba a cerca de 200 de las 800 peluquerías y centros de estética que hay en la región.

Según ha explicado a Europa Press, los negocios que han abierto son pequeños establecimientos, a cargo de un autónomo y sin asalariados, de modo que un único profesional atiende a un solo cliente a la vez, con cita previa, tal y como establecen las normas y garantizando mejor las distancias de seguridad y asumiendo un menor riesgo de contagio. Mata cree que el plan de retorno no ha sido «adecuado. Para nada», se queja, pues a su entender se ha anunciado «de repente» y «no nos ha dado tiempo a prepararnos». «Pensábamos que íbamos a ser de los últimos en abrir porque tenemos un contacto muy directo con la gente», apunta la portavoz del gremio, para remachar que «al final hemos sido los primeros».

Recuerda también que peluquerías y centros de estética donaron material para profesionales sanitarios (guantes, capas desechables, etc) y ahora muchos están «a la espera» de que les suministren a ellos ese material. Así las cosas, la representante de la asociación cree que la mayoría de las peluquerías reabrirán a partir de la semana que viene, aprovechando la fase 1 de la desescalada.

Para finalizar, ha vaticinado que habrá «muchos» cierres de negocio, pues la forma de trabajar ha cambiado con la crisis del Covid y lo harán «con el freno de mano echado» y «con gastos añadidos» que, o repercuten en el cliente, o tiene que asumir el negocio.

BARES Y RESTAURANTES. La actividad ha sido «mínima» en bares y restaurantes de Cantabria este lunes, primera jornada de la fase 0 de la desescalada, en la que estos negocios pueden abrir para que clientes, con cita previa, recojan comida para llevar, pero no para consumir en el establecimiento. Y es que, así, «no salen las cuentas» porque «no hay nicho de mercado», explica el presidente de los hosteleros cántabros, Ángel Cuevas, que cree que el próximo lunes, 11 de mayo, con el inicio de la fase 1 y el cambio del aforo de las terrazas del 30 al 50%, el resultado podría ser «un poco mejor». Aún así, pese a esa ampliación, muchos negocios no levantarán la persiana, pues «abiertos perderán más que cerrados» al no poder utilizarse todavía el interior de los locales, es decir, barras y comedores.

Por el eso, el presidente de la Asociación Empresarial de Hostelería de Cantabria (AEHC) considera, en declaraciones a Europa Press, que la actividad se empezará a notar cuando la situación se vaya normalizando y se permita la movilidad geográfica. Será entonces cuando se podrá comenzar a «pulsar» al sector, pues hasta entonces el profesional que abra lo hará más bien para «ensayar» cómo será la nueva normalidad tras la pandemia del Covid.

Y, «de ganar dinero, nada» por ahora, pues hasta entonces solo se puede «jugar a empatar o perder, pero no a ganar», lamenta Cuevas para finalizar.

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