El Museo Nacional y Centro de Investigación de Altamira se ha sumado este domingo a una iniciativa europea para dar a conocer la Edad del Hielo a través de una vídeo-instalación, que combina los formatos artísticos con la ciencia prehistórica y permite a sus visitantes, a través de códigos QR, acceder a otros centros para conocer la fauna que convivió con los habitantes de esa época.

En esta iniciativa participan museos y sitios patrimoniales de Francia, Italia, Alemania, Croacia, Bélgica y España, todos ellos pertenecientes a la red Ice Age Europe, informa el Museo Altamira en un comunicado.

El Museo Nacional y Centro de Investigación de Altamira, como miembro fundador de esta red, se ha sumado a la jornada con la vídeo-instalación "Tejiendo redes en la Edad del Hielo", una propuesta cultural de 'El Efecto Galatea'.

Este vídeo artístico, creado por Bárbara Domínguez de la productora La Doncella audiovisual, ofrece a través del entrelazado de imágenes una red con un doble significado simbólico. Por un lado, muestra la importancia de estos sitios patrimoniales y, por otro, trata de concienciar obre la necesidad de preservar el patrimonio de la Edad del Hielo mediante el desarrollo de programas de valorización, el intercambio de las mejores prácticas para la gestión de sitios y la exhibición en museos, fomentando, así, la colaboración entre todos sus miembros.

La segunda de las propuestas de Altamira es la exposición virtual, a través de su página web, con la que los espectadores podrán conocer las primeras formas de vida europeas a través de las colecciones de los diferentes museos y sitios arqueológicos de la red Ice Age Europe.

Podrán tener acceso a los mammuts del PrehistoMuseum de Bélgica, el cráneo de oso cavernario de la cueva de Scladina (Bélgica), el cráneo del tigre dientes de sable del yacimiento de la Gran Dolina de Atapuerca, los restos de caballos conservados en el Museo de la Prehistoria de Solutré (Francia) o las garras de pigardo europeo del yacimiento de Kaprina (Croacia).

También podrán conocer los colgantes de conchas de la cueva de Fumane (Italia), la pequeña figura de mamut en marfil de la cueva de Vogelherd o el hombre león de Hohlenstein (Alemania) ambos de hace más de 40000 años, o el arte rupestre con figuras de caballos, ciervos y bisontes de las cuevas de Santimamiñe (Vizcaya), de Ekain (Guipúzcoa) o Altamira (Cantabria).