Los vecinos del municipio de Villacarriedo siguen su vida con normalidad pese al nuevo brote de coronavirus «inesperado y repentino» en la residencia de mayores San José, situada en Bárcena, que ya afecta a 23 usuarios de este centro y a 6 trabajadores.

En una semana este municipio cántabro de unos 1.600 habitantes ha registrado dos brotes, el primero iniciado en un bar tras una comida de cazadores y, este segundo detectado en la residencia de mayores, posiblemente relacionado con contactos con el primero.

Esos nuevos positivos en la residencia afectan, a día de hoy, a 23 usuarios y 6 trabajadores, según los datos actualizados por la Consejería de Sanidad.

Y esas personas activas en la enfermedad han sido detectadas después de los test masivos que Sanidad realizó la semana pasada a los vecinos de Villacarriedo y de diversos pueblos vecinos de esta zona de los valles pasiegos, como Selaya, en cuyo polideportivo se hicieron las pruebas PCR. El resultado de esos test fue 13 positivos entre las más de 1.200 pruebas realizadas.

Sin embargo, tras hablar Sanidad de situación «controlada», su titular, Miguel Rodríguez, dio a conocer este miércoles un nuevo brote, en este caso en la residencia de mayores del municipio que se debe a contactos del anterior.

Los mayores afectados por la enfermedad han sido trasladados a la «residencia covid» que el Gobierno cántabro abrió en agosto en Suances, mientras que los trabajadores están en cuarentena y otros usuarios y habitantes de Villacarriedo esperan nuevas pruebas PCR para ver cómo evoluciona el brote en el municipio.

Incluso, ayer, el consejero no descartó medidas más restrictivas en el pueblo si la situación empeora y se detectan más casos.

El alcalde, Ángel Sainz, prefiere, en declaraciones a EFE, ser positivo y recuerda que muchos de los casos activos la semana pasada, ya han dado negativo y la «gran mayoría» de los habitantes que se están haciendo otra vez la prueba, tampoco tienen coronavirus.

Aún así, ha asegurado que ha enviado una carta al consejero de Sanidad para informarle de su «entera disposición para tomar las medidas que sean necesarias y ofrecer la ayuda municipal en todo lo que fuera necesario». Los próximos días son claves para conocer el alcance de este nuevo brote de la covid-19 en el municipio y tras el llamamiento del Ejecutivo regional a los vecinos para tomar todas las medidas oportunas para evitar la propagación del coronavirus, los comercios y establecimientos del municipio han vuelto a registrar largas colas de gente para hacer recados y gestiones. «La sensación de lo que ves por la calle, el día a día, es que la gente hace su vida normal siempre con mascarilla, todo normal dentro de esta situación. Aunque la gente mayor es la que más miedo tiene y la que no sale tanto de casa. Tienen miedo o precaución por ver lo que pueda ocurrir», ha asegurado el alcalde.