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BUSTAMANTE BONSÁIS

Más de medio siglo de pasión por los bonsais

"Un bonsái no es de una sola persona. Los míos son de todos aquellos que a lo largo de su historia los han cultivado, diseñado, pinzado, alambrado o podado", asegura
GRAF7347. TORRELAVEGA (CANTABRIA), 21/11/2021.- El cántabro Tomás Bustamante posa durante una entrevista con Efe, en la que asegura que ha aprendido que "un bonsái siempre cuenta su historia, y el éxito de un cultivador es saber cuál es y seguirla". EFE/ Pedro Puente Hoyos
El cántabro Tomás Bustamante posa durante una entrevista en la que asegura que ha aprendido que "un bonsái siempre cuenta su historia, y el éxito de un cultivador es saber cuál es y seguirla". EFE/ Pedro Puente Hoyos
Más de medio siglo de pasión por los bonsais
Lo que empezó con la lectura de un libro sobre los "árboles en miniatura" ha acabado, cincuenta años después, en una pasión en la que el cántabro Tomás Bustamante ha aprendido que "un bonsái siempre cuenta su historia, y el éxito de un cultivador es saber cuál es y seguirla".

Este hombre que ha sido veterinario, político, escritor y, sobre todo, amante de su Torrelavega natal, comenzó en 1977 a hojear un libro sobre bonsais y medio siglo después ha expuesto sus "árboles en miniatura" por toda España, Europa e, incluso, Japón.

Ahora le toca el turno a su ciudad, donde muestra estos días los 22 bonsáis más esplendorosos de su colección personal.

Su conocimiento del bonsái le ha cautivado tanto que siente por ellos lo mismo que cuando conoció a Sharon Stone, una pasión que mantiene intacta cada vez que se enfrenta a un nuevo ejemplar para 'escuchar' qué historia le quiere contar.

Veterano cultivador es la primera vez que presenta ante sus convecinos bonsáis de tejos, hayas, membrilleros, arces o granados en plenitud otoñal.

Tras esta muestra concurrirá con su mejor ejemplar a la Tantai de Vitoria de diciembre, en enero a la Exposición Nacional de Bonsáis, de Madrid, y en febrero a la Bonsai The Trophy, de Bélgica.

"Un bonsái no es de una sola persona. Los míos son de todos aquellos que a lo largo de su historia los han cultivado, diseñado, pinzado, alambrado o podado", asegura señalando a su mimado tejo (taxus baccata) llamado 'El pequeño Buda', que ha sido galardonado en diversos certámenes por su impresionante estampa.

Además, su colección está considerada como una de las mejores de España pues, además, del 'El pequeño Buda' exhibe un magnífico ejemplar de 'Alerce del lago Michigan', un árbol en lo alto de la montaña que sigue resistiendo a los embates del viento y cuyo tronco ha sido trabajado para simular una herida causada por un rayo.

En una entrevista con Efe, Tomás Bustamante recuerda que el inicio de su afición es anterior a que el expresidente Felipe González popularizase en España el mundo del bonsái, y en estos años ha llegado a tener cerca de 200 ejemplares aunque ahora prefiere centrarse en unos pocos menos para poder cuidarlos mejor.

Expertos en bonsáis de España como Andrés Álvarez Iglesias afirman de Tomás Bustamante que, a través de la experiencia y la paciencia, ha llevado su colección de árboles a un nivel digno de los mejores exposiciones internacionales, pues su jardín "Mimosa", de Torrelavega, es "un referente" en el cultivo.

Miembro de la Asociación Bonsái de Cantabria, su experiencia y el estudio a lo largo de los años con diversos maestros, en especial el japonés Akira Shimizu, le ha convertido ahora también en maestro de nuevas generaciones de cultivadores a los cuales alecciona sobre técnicas como jin y shari, para envejecer sus mimados bonsáis.

Con ellas se logran bonsáis longevos, como su haya japonesa con más de 220 años, todavía lejos de aquellos ejemplares que contempló durante su estancia en una convención en Omiya (Japón), donde el maestro Shinji Suzuki presentó al público dos árboles de 450 años cada uno.

Bustamante es la cuarta generación en poseer este ejemplar de haya que, a su vez, él legará a otra persona que ya tiene decidida, para que pueda continuar ocupándose de él.

El trozo de Japón en Torrelavega que representa tanto su taller como ahora una exposición adquiere estos días lo más bello del otoño, como su haya europea con unas diminutas hojas de color ocre y un sustrato con un musgo con tonalidades verdes y amarillos que hacen lucir aún más bonito el árbol.

La muestra acoge a su cautivadora glicinea, al magnífico granado, al bello carpe coreano en su desnudez, al tejo japonés o el pino zuisho plagado de frondosas copas, trabajados para lograr esos troncos blancos símbolo de madurez, o un perfecto nebari (raíces del árbol en la parte que sobresalen del sustrato).

Explica que cada árbol se presenta al público en una 'escena' delimitada por dos cañas de bambú, para recrear la historia que quiere contar, cada uno acompañado de la planta de acento y un kakemono -mural-, con lo que conseguir el atrezo requerido.

Tomás Bustamante asegura que el conjunto "tiene que contar una historia", pues lo mismo que un escultor saca aquello que la piedra lleva dentro, él plasma en sus árboles lo que ve en ellos y lo recrea para que sea aún más visible.

Resalta que el cultivo del bonsáis requiere "mucho mimo" durante todo el año y una alta dosis de paciencia que, dice no tener, pero que consigue gracias al trabajo con estos árboles, pues regarlos todos los días, cambiar la maceta cada cierto tiempo, podar y pinzar las ramas, abonar... son todos trabajos necesarios y constantes.

Más de medio siglo de pasión por los bonsais
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