A la hora de comprar un ordenador hay que tener en cuenta muchas cosas: uso que se le quiera dar, características y funcionalidades que se necesiten, presupuesto con el que se cuenta, etc. Por otra parte, si se trata de una herramienta de trabajo las exigencias aumentan considerablemente, no es lo mismo comprar un PC para ver series o jugar a videojuegos que para estudiar o trabajar en remoto.

Ahora bien, ¿dónde es mejor comprarlo? ¿Son fiables las tiendas de informática online? ¿Es mejor comprarlo en una tienda física? Esta última conlleva muchas ventajas como poder ver y tocar el producto o incluso probarlo, pero también obtener consejos, poder hacer preguntas o incluso contar con un servicio de asistencia técnica en caso necesario.

Pongamos por ejemplo que se está buscando una tienda informática en Santander que ofrezca experiencia y profesionalidad además de fiabilidad, en ese caso, lo mejor es acudir físicamente al establecimiento y recibir de primera mano las impresiones e información que se necesiten.

Ventajas de comprar por los cauces tradicionales

Las tiendas físicas han ido cediendo protagonismo a las tiendas virtuales en los últimos años y se ha acelerado durante la pandemia actual de Covid-19. No obstante esto no significa que el comercio electrónico suponga la desaparición total de las tiendas de toda la vida. El hecho de que gigantes como Amazon o AliExpress estén vendiendo más que nunca desde sus plataformas online no quiere decir que vayan a desplazar a todas las tiendas con presencia física del planeta.

Si bien es cierto que la tendencia a digitalizar todos los aspectos de la sociedad es algo por lo que apuestan las empresas e instituciones, los seres humanos seguimos prefiriendo el trato directo con otra persona para según qué cosas. Una de ellas puede ser la compra de un ordenador portátil, sobre todo si necesitamos que nos guíen o nos resuelvan dudas informáticas para poder tomar una decisión.

Aunque ese mismo ordenador podríamos adquirirlo vía internet si tenemos muy claro lo que necesitamos, en muchos casos carecemos de los conocimientos necesarios para elegir uno u otro de entre tantos modelos y marcas diferentes que hay en el mercado. En este punto es donde entra en juego la importancia de contar con otra persona que nos pueda aconsejar durante el proceso de compra.

Por tanto, una de las principales ventajas de comprar en una tienda física es poder recibir información relevante que nos ayude a escoger el artículo que más nos convenga. Tratándose de ordenadores hay que tener en cuenta muchas cosas: ¿qué es mejor Windows o Mac?, ¿qué sistema operativo es más conveniente?, ¿cuál es el mejor procesador?, ¿cuántos gigas de memoria tiene que tener?

Eso son solo algunos ejemplos, pero luego también entra en juego la versatilidad, comodidad, rendimiento, la resolución de pantalla, la conectividad y cómo no, el presupuesto. Sin todos estos datos difícilmente se podría tomar la decisión adecuada y para ello se necesitan conocimientos o en su defecto, horas de búsquedas en internet para asimilar tanta información con el consiguiente gasto de tiempo y quebraderos de cabeza.

Otra ventaja de comprar en un establecimiento físico es que algunos ofrecen servicio técnico, de forma que si el ordenador presenta cualquier avería basta con llevarlo a la tienda y dejarlo para que lo reparen. Este servicio puede estar incluido en el precio o puede pagarse aparte, pero sea como fuere, es una ventaja poder contar con él.

Además, el servicio al cliente es mucho mejor cara a cara que por email o por teléfono. En este sentido, muchas tiendas online no ofrecen respuestas a todo lo que buscamos, la información de las características del producto puede ser escasa o imprecisa. Teniendo a alguien del otro lado tendremos una rápida respuesta que solucionaría todas las dudas.

Por otra parte, como ya se ha mencionado al principio de este artículo, poder ver y probar el artículo directamente es algo que el comercio electrónico nunca podrá emular por más que se esté invirtiendo en Metaverso y simulaciones virtuales. Como la experiencia directa no hay nada y en eso las tiendas físicas ganan muchos puntos frente a las virtuales.

Siguiendo con las ventajas, hay que añadir también que en el método de compra tradicional no hay costes de envío ni de recogida. Al ser nosotros mismos quienes vamos físicamente a recoger el objeto en cuestión, nos ahorramos un dinero en gastos de envío y aduanas en caso que el producto viniera del extranjero.

Por último, el sistema de devolución, así como los métodos de pago, son siempre más seguros pro el método tradicional que a través de pasarelas de pago virtuales. Esto no quiere decir que comprar por internet sea inseguro, hoy en día se ha adelantado mucho en este campo, no obstante en una tienda física es menos probable que se cometan estafas o robos de datos.