30.04.2024 |
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ASESINATO BARBATE

"Esto deberían ponérselo en bucle, en sus despachos, al ministro del Interior y al director general de la Guardia Civil"

El video, de 12 minutos de duración, muestra a los agentes de la Guardia Civil enfrentándose a seis narcolanchas en alta mar, mientras intentan persuadir a los narcotraficantes de detener su avance
Uno de los detenidos llegando a los juzgados en Barbate, Cádiz. EP / Francisco J. Olmo
Uno de los detenidos llegando a los juzgados en Barbate, Cádiz. EP / Francisco J. Olmo
"Esto deberían ponérselo en bucle, en sus despachos, al ministro del Interior y al director general de la Guardia Civil"

El puerto de Barbate, en Cádiz, fue testigo de una tragedia que dejó marcada a toda una comunidad. Dos guardias civiles, Daniel y Miguel Ángel, perdieron la vida el fatídico 9 de febrero cuando una narcolancha embistió brutalmente su embarcación. Casi dos meses después, las cámaras de seguridad incorporadas en los cascos de los agentes han desvelado la cruda realidad de ese violento ataque, convirtiéndose en pieza clave para la Fiscalía y otras autoridades en su búsqueda de justicia.

En un desgarrador video de 12 minutos de duración, se observa cómo los agentes, claramente identificados como miembros de la Guardia Civil, intentan persuadir a los narcotraficantes mientras son atacados en alta mar.

El video comienza con el operativo zarpando a toda velocidad del puerto de Barbate en busca de seis narcolanchas que se refugiaban en la zona debido a las condiciones climáticas adversas. Una de estas embarcaciones, involucrada en el trágico incidente, se destacaba por su tamaño y potencia, contando con cuatro motores según testimonios presenciales.

En la oscuridad de la noche, una de las lanchas se aproxima prudentemente a la zódiac de la Guardia Civil, mientras que otra pasa más cerca, alertando a los agentes. Desde tierra, intentan aturdirlos con un puntero láser azul, mientras los agentes claman desesperadamente por ayuda.

El momento crítico llega cuando la primera lancha impacta contra la embarcación de los guardias civiles. Gritos de desesperación llenan el aire: "¡Disparad al aire!", "¡Van a por nosotros!", "¡Quillo, saca el arma!". Tras siete embestidas, una de las lanchas, de 12 metros de eslora, arrolla la zódiac, acabando con la vida de dos agentes casi instantáneamente. Dos guardias civiles más resultaron heridos, uno de gravedad y otro de manera leve.

La narcolancha, tras el brutal embate, emprende la huida, deteniéndose primero cerca de la playa de Alcadeisa y luego en el puerto de Sotogrande. La Guardia Civil, días después, logra detener a ocho personas presuntamente involucradas en el incidente, seis de ellas tripulantes de la narcolancha y dos que se habían desplazado en vehículo para recogerlos en Sotogrande.

La reacción de Pérez-Reverte

La reacción de Arturo Pérez-Reverte  es contundente y visceral. Sus palabras reflejan la indignación y la impotencia ante la trágica pérdida de vidas y la brutalidad del ataque sufrido por los guardias civiles. Al citar las desgarradoras frases pronunciadas durante el incidente, Pérez-Reverte subraya la urgencia de que las autoridades responsables, como el ministro del Interior y el director general de la Guardia Civil, enfrenten la cruda realidad de la violencia a la que se enfrentan sus agentes en el cumplimiento de su deber.

El autor propone, de manera simbólica pero potente, que el video del ataque y las angustiosas palabras de los agentes heridos se reproduzcan en bucle en los despachos de las altas esferas de la política y la seguridad del país. Este gesto no solo busca conmover y sensibilizar a aquellos que tienen el poder de tomar decisiones sobre la protección y el apoyo a las fuerzas del orden, sino también recordarles la responsabilidad que tienen para garantizar la seguridad y el bienestar de quienes arriesgan sus vidas en el cumplimiento de su deber.

"Esto deberían ponérselo en bucle, en sus despachos, al ministro del Interior y al director general de la Guardia Civil"
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