Dos años de cárcel al conductor que atropelló a un joven y no le socorrió
08:19 08/06/21
La Audiencia de Cantabria ha condenado al joven de 19 años, que fue juzgado por atropellar con el vehículo que conducía a otro de su misma edad y no socorrerle, a una pena de dos años de prisión, 4.320 euros de multa y la privación del derecho a conducir vehículos a motor durante un año.
En una sentencia contra la que cabe recurso de apelación ante la Sala Civil y Penal del Tribunal Superior de Justicia de Cantabria, al conductor, que fue juzgado por un Jurado Popular que le declaró culpable, se le atribuyen un delito de lesiones por imprudencia menos grave y otro delito de omisión del deber de socorro.
Según el relato de hechos, el acusado circulaba "a velocidad excesiva y por encima de la permitida en la vía", la Avenida de los Infantes de Santander, que era de 50 km/hora.
En la sentencia se recoge que no consta que el acusado se percatara de la presencia de dos peatones que circulaban sin vestir elementos reflectantes por parte de la calzada, dado que la vía carecía de acera transitable.
Estas personas, al oír el ruido del motor del vehículo conducido por el acusado, que se encontraba acelerando, intentaron apartarse.
El conductor, a su vez, los trató de esquivar en el último momento y llevó su coche hacia la izquierda, a pesar de lo cual atropelló a uno de ellos con la parte delantera de su vehículo.
Tras el impacto, "miró por el retrovisor y se percató de que había una persona en el suelo y que la luna de su vehículo se había agrietado", pero, pese a ello, siguió su marcha y se dio a la fuga "sin tan siquiera bajarse a comprobar la existencia y estado de la víctima".
La sentencia añade que "no consta que el acusado cuando se ausentó del lugar lo hiciera conociendo, o cuanto menos estando en disposición de conocer, que el peatón podía haber sufrido lesiones graves y que necesitaba una asistencia urgente".
Como consecuencia del accidente, la víctima se encuentra en coma vigil o estado vegetativo permanente debido a una grave alteración de las funciones cerebrales superiores que le impiden desarrollar la mínima actividad de la vida diaria sin ayuda y supervisión de terceras personas.
CONDUCÍA SIN SABER SI TENÍA EL PERMISO RETIRADO
A la hora de determinar la condena por el delito de lesiones imprudentes menos graves, explica el magistrado presidente del Tribunal del Jurado en su sentencia que la pena de multa impuesta es "proporcional a la gravedad de los hechos y a las circunstancias concurrentes": velocidad excesiva, que el conductor se encontraba acelerando, que no constan frenado ni maniobra evasiva.
También alude "a las circunstancias personales del acusado", que ya había sido sancionado en tres ocasiones por infracciones en la circulación, dos de ellas por conducir superando las tasas de alcoholemia en el mismo año, "hecho que no puede sino considerarse de extrema gravedad".
Además "conducía el vehículo sin conocer si tenía el permiso retirado", tal y como reconoció en el juicio.
Por ello, entiende el magistrado que corresponde aplicar la pena en su grado máximo: doce meses de multa, que fue lo pedido tanto por el Ministerio Fiscal como por la acusación particular.
La sentencia considera "proporcional" la pena de dos años de prisión por el delito de omisión del deber de socorro, tal y como la Fiscalía y la acusación particular solicitaron.
Y ello por la gravedad de lo sucedido "y, fundamentalmente", por la forma en que el acusado abandonó el lugar de los hechos, dejando "completamente abandonada a la víctima pese al brutal impacto del atropello".
Finalmente, la sentencia no se pronuncia sobre la responsabilidad civil pues los representantes del perjudicado alcanzaron un acuerdo con la compañía aseguradora del vehículo que conducía el acusado y la víctima ya ha sido indemnizada. ![Publicidad 171034]()
En una sentencia contra la que cabe recurso de apelación ante la Sala Civil y Penal del Tribunal Superior de Justicia de Cantabria, al conductor, que fue juzgado por un Jurado Popular que le declaró culpable, se le atribuyen un delito de lesiones por imprudencia menos grave y otro delito de omisión del deber de socorro.
Según el relato de hechos, el acusado circulaba "a velocidad excesiva y por encima de la permitida en la vía", la Avenida de los Infantes de Santander, que era de 50 km/hora.
En la sentencia se recoge que no consta que el acusado se percatara de la presencia de dos peatones que circulaban sin vestir elementos reflectantes por parte de la calzada, dado que la vía carecía de acera transitable.
Estas personas, al oír el ruido del motor del vehículo conducido por el acusado, que se encontraba acelerando, intentaron apartarse.
El conductor, a su vez, los trató de esquivar en el último momento y llevó su coche hacia la izquierda, a pesar de lo cual atropelló a uno de ellos con la parte delantera de su vehículo.
Tras el impacto, "miró por el retrovisor y se percató de que había una persona en el suelo y que la luna de su vehículo se había agrietado", pero, pese a ello, siguió su marcha y se dio a la fuga "sin tan siquiera bajarse a comprobar la existencia y estado de la víctima".
La sentencia añade que "no consta que el acusado cuando se ausentó del lugar lo hiciera conociendo, o cuanto menos estando en disposición de conocer, que el peatón podía haber sufrido lesiones graves y que necesitaba una asistencia urgente".
Como consecuencia del accidente, la víctima se encuentra en coma vigil o estado vegetativo permanente debido a una grave alteración de las funciones cerebrales superiores que le impiden desarrollar la mínima actividad de la vida diaria sin ayuda y supervisión de terceras personas.
CONDUCÍA SIN SABER SI TENÍA EL PERMISO RETIRADO
A la hora de determinar la condena por el delito de lesiones imprudentes menos graves, explica el magistrado presidente del Tribunal del Jurado en su sentencia que la pena de multa impuesta es "proporcional a la gravedad de los hechos y a las circunstancias concurrentes": velocidad excesiva, que el conductor se encontraba acelerando, que no constan frenado ni maniobra evasiva.
También alude "a las circunstancias personales del acusado", que ya había sido sancionado en tres ocasiones por infracciones en la circulación, dos de ellas por conducir superando las tasas de alcoholemia en el mismo año, "hecho que no puede sino considerarse de extrema gravedad".
Además "conducía el vehículo sin conocer si tenía el permiso retirado", tal y como reconoció en el juicio.
Por ello, entiende el magistrado que corresponde aplicar la pena en su grado máximo: doce meses de multa, que fue lo pedido tanto por el Ministerio Fiscal como por la acusación particular.
La sentencia considera "proporcional" la pena de dos años de prisión por el delito de omisión del deber de socorro, tal y como la Fiscalía y la acusación particular solicitaron.
Y ello por la gravedad de lo sucedido "y, fundamentalmente", por la forma en que el acusado abandonó el lugar de los hechos, dejando "completamente abandonada a la víctima pese al brutal impacto del atropello".
Finalmente, la sentencia no se pronuncia sobre la responsabilidad civil pues los representantes del perjudicado alcanzaron un acuerdo con la compañía aseguradora del vehículo que conducía el acusado y la víctima ya ha sido indemnizada.
