Si miramos cómo ha evolucionado el mundo en estas primeras dos décadas del siglo XXI, nos encontraremos con la gran importancia que tiene aprender una lengua extranjera para tener una vida profesional mucho más amplia y exitosa, así como también una mayor comprensión y desarrollo espiritual para adentrarse en la diversidad de un mundo tan distinto e hiperconectado al mismo tiempo. En ese sentido, muchos planes educativos ya contemplan la obligatoriedad de la enseñanza de un idioma internacional en las escuelas primarias e incluso en el prescolar.

Un reciente estudio realizado por Pripley, una empresa especializada en procesos educativos en relación al aprendizaje de idiomas, ha destacado que los países que cuentan con este factor preparan mejor a sus ciudadanos a los desafíos de la vida moderna. “Este estudio pretende revelar cuáles son los países mejor clasificados en Europa y más allá a la hora de ofrecer a sus ciudadanos las mejores oportunidades para mejorar su segundo idioma y desarrollar su potencial profesional y personal”, afirmó en esa dirección Kirill Bigai, director general de Preply, quien a su vez no dudó en aseverar que “Aprender un segundo idioma es un recorrido que requiere tiempo, paciencia y dedicación. Los ciudadanos que nacen en países en los que el aprendizaje de idiomas forma parte del marco curricular nacional tienen una gran ventaja”.

De esta manera, y teniendo en cuenta una gran lista de factores, Pripley analizó la presente situación de 27 naciones europeas, ordenándolas de mejor a peor en lo que a contexto beneficioso para aprender una segunda lengua se refiere. Dentro de ese listado, España se ha posicionado en el número 12, por detrás de la mayoría de los países nórdicos pero por encima de países con culturas y contextos similares, como es el caso de Italia.

Entre las cuestiones que entraron en juego para este estudio, por ejemplo, podemos encontrar la presencia de la diversidad lingüística, uno de los puntos fuertes para la cultura española que en su sitio web de Gobierno cuenta con la opción de seis idiomas distintos. Otro factor que se ha tenido en cuenta es el del acceso a las nuevas tecnologías y las velocidades de descarga, el cual ha dejado en manifiesto la necesidad de inversión que posee España en ese terreno si aspira a poder disputar con los países nórdicos.

Para comprender mejor el análisis de Pripley, debemos subrayar que los 18 factores estudiados se han repartido en siete categorías, las cuales son: las ya mencionadas diversidad lingüística y el entrecruzamiento de las tecnologías, además de la cantidad de idiomas oficiales de cada país, el nivel de competencia que se tenga en un segundo idioma, el multilingüismo, el acceso a la educación de idiomas a nivel escolar y la utilización de subtítulos o doblajes en las películas y material educativo. Las siete categorías tuvieron el mismo peso a la hora de ser evaluadas, con el fin de transparentar la decisión final que posicionó a Luxemburgo como el mejor país para aprender lenguas, seguido de Suecia, Dinamarca y Finlandia.