MÉJICO
El origen cántabro de López Obrador, el jefe de Sheinbaum: que contradice su anti-españolismo
El origen cántabro del presidente mexicano Andrés Manuel López Obrador es un aspecto poco conocido, pero fundamental para entender su historia familiar y su relación con España. Su abuelo paterno, José Obrador Revuelta, nació en Ampuero, un pequeño pueblo en la provincia de Cantabria, en el norte de España, y emigró a México a principios del siglo XX. Como muchos españoles de su generación, José Obrador dejó atrás una España empobrecida en busca de mejores oportunidades en tierras americanas, donde finalmente echó raíces y formó una familia.
Este legado español en la sangre de López Obrador contrasta drásticamente con el discurso anti-español que el presidente mexicano ha sostenido durante su mandato, y que ha alcanzado niveles históricos con su insistencia en que España se disculpe por los abusos cometidos durante la colonización. En su intento por destacar el indigenismo y una narrativa de emancipación frente a los "opresores", AMLO ha sido muy crítico con la historia de la conquista española y con las relaciones bilaterales contemporáneas entre ambos países.
No obstante, este resentimiento hacia España parece tener raíces más profundas y personales que las meras tensiones políticas. Aunque López Obrador no ha dado detalles claros sobre las razones de su antipatía hacia la tierra de su abuelo, algunos analistas sugieren que podría estar relacionado con algún conflicto o experiencia familiar que habría marcado al clan Obrador en México. Esa herida personal podría haber derivado en el complejo sentimiento de rechazo que López Obrador profesa hacia la cultura y la historia española, pese a su propio origen español.
El presidente ha declarado en varias ocasiones que siente "odio a los españoles", una confesión que ha impactado en el ámbito diplomático, especialmente durante su gobierno, en el que ha exigido que la Corona y el Gobierno de España pidan perdón por la colonización de México. Estas afirmaciones han generado un creciente malestar entre los sectores más conservadores y también entre quienes ven en sus palabras una incoherencia, dado su propio linaje español.
Federico Jiménez Losantos, en su habitual tono mordaz, ha señalado en múltiples ocasiones las contradicciones del discurso de López Obrador. Según el periodista, el presidente mexicano no es más que un producto de esa historia mestiza que tanto critica, y su propia familia tiene raíces profundamente arraigadas en España. "El presidente mexicano, López Obrador, bien podría haber sido un camarada de Miguel Ángel Revilla, o incluso el mismísimo Revilla", bromeaba Jiménez Losantos en referencia a las raíces cántabras de AMLO.
La historia de la familia Obrador en México es un reflejo de lo que ocurrió con muchos emigrantes españoles que llegaron a América en busca de nuevas oportunidades. Sin embargo, la forma en que López Obrador ha manejado este legado ha sido, cuando menos, contradictoria. Lejos de reconocer los lazos históricos que unen a ambos países, ha optado por profundizar en una narrativa confrontacional, lo que ha tensado enormemente las relaciones entre México y España durante su mandato.
La reciente exclusión del Rey Felipe VI de la ceremonia de toma de posesión de la nueva presidenta de México, Claudia Sheinbaum, es solo el último episodio en esta saga de desencuentros. Aunque las razones oficiales de la exclusión no se han explicado en detalle, muchos lo interpretan como una muestra más del desprecio personal de López Obrador hacia España y su monarquía, un desprecio que parece heredado de una cuestión personal más que de un análisis político riguroso.
Es curioso cómo una figura pública con raíces tan profundas en España ha llegado a ser uno de los principales críticos de ese país en la actualidad. Algunos señalan que su retórica anti-española no es más que una herramienta política para desviar la atención de los graves problemas internos que enfrenta México, como la violencia desenfrenada, la corrupción y la pobreza. En lugar de confrontar estos desafíos de frente, el presidente parece estar más interesado en revivir viejas rencillas históricas.
Lo que resulta evidente es que, más allá de los discursos y las posiciones políticas, el abuelo cántabro de López Obrador dejó una huella profunda en la vida de su familia. Ese legado, aunque aparentemente rechazado por su nieto, es innegable. La historia de José Obrador Revuelta, el hombre que dejó Ampuero para empezar una nueva vida en México, sigue viva en la figura de su nieto, aunque este se empeñe en negar esa parte de su identidad.