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El Diario de Cantabria

Opciones para las personas que no pueden cuidar de sus mayores en Cantabria

Una anciana mirando por la ventana.
Una anciana mirando por la ventana.
Opciones para las personas que no pueden cuidar de sus mayores en Cantabria

Todos los días, Marisa  va a casa de su madre en la zona rural de Cantabria, Villaescusa, la saca de la cama, le da el desayuno y la viste. Cada noche, Marisa vuelve para acostar a su madre. De vez en cuando, se la encuentra en el suelo del baño.

A veces, cuando Marisa llega a la casa, su madre preocupada dice: "Oh, eres tú otra vez". Ese tibio saludo no ayuda a una rutina ya de por sí estresante, dice Marisa.

Marisa admite ser la principal cuidadora de su madre y la ha hecho sentirse deprimida, ansiosa y culpable. Tiene tres hijas que empiezan a tener sus propios hijos. Está dividida entre el cuidado de su anciana madre y estar presente mientras su familia crece.

Después de años de preocupaciones constantes, Marisa decidió finalmente que había que tomar una decisión.

"Estoy en un punto de inflexión, dice. "No puedo seguir haciendo esto, mi madre necesita cuidados profesionales”.

Las residencias de ancianos en Cantabria son la mejor opción para que el familiar este en las mejores manos y nosotros podamos seguir viviendo con normalidad nuestra vida.

Ser el cuidador principal de un ser querido que envejece es un compromiso enorme. El cuidado puede afectar a su salud u otras relaciones, o simplemente puede ser demasiado difícil emocional o físicamente. Si necesita un cambio o siente que está renunciando a su vida para cuidar a su padre o madre mayor, no significa que esté siendo egoísta o poco cuidadoso. Aprende a hablar con tu familia cuando ya no puedas cuidar a un padre anciano y necesites crear un nuevo acuerdo de cuidado.

¿Cómo decir a la familia que has llegado a un punto de ruptura en el cuidado de los padres ancianos? Cuando has decidido que no puedes seguir siendo el cuidador principal de tus padres, ¿cómo se lo comunicas a la familia? ¿Y cómo gestionas tus propios sentimientos de tristeza y culpa?

"A los demás no siempre les gustan o entienden nuestras decisiones", dice Steven Zarit, profesor del departamento de desarrollo humano y estudios familiares de la Universidad Estatal de Pensilvania y líder de un grupo de apoyo a cuidadores. "Todos tenemos límites en lo que somos capaces de hacer, y si hemos hecho lo mejor que podemos y no podemos seguir, no debemos sentirnos culpables".

He aquí algunos pasos a seguir cuando se discute con la familia un cambio en los arreglos para el cuidado.

1. Cambiar su decisión

Es normal sentirse culpable cuando se decide dejar de ser cuidador de un ser querido, pero hay otras formas de ver este cambio.

"En lugar de una decisión de uno u otro tipo, animo a los hijos adultos a que piensen en ello como: 'He estado cuidando de una manera, y ahora tengo que hacerlo de otra'. No significa que tengas que dejar de hacerlo", dice Concepción B. C., enfermera de la residencia de ancianos de Puente Viesgo.

Tal vez su ser querido requiera cuidados adicionales para los que usted no está capacitado. Si es así, la transición a un centro de atención a la memoria o a una comunidad de vida asistida puede ser lo más beneficioso que puede hacer.

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