OFICIOS MUSEO
El legado de un sastre artesano será ahora su museo
15:54 31/08/20
Hinojedo, 30 ago.- Neftalí Herrero Marcos fue durante medio siglo uno de los sastres más reconocidos, legado que ahora se recupera en forma de museo impulsado en su casa familiar para mostrar una profesión artesana ejemplarizada en este salmantino de nacimiento que hizo historia en Cantabria.
Repartidos por su museo se pueden contemplar los útiles empleados en el proceso de confección "a la manera tradicional" desde la cinta métrica, varias tijeras, máquinas de coser y planchas de todas las épocas y demás útiles de la profesión, esa que tras más de 60 horas de trabajo es capaz de alumbrar un traje hecho a medida.
También se expone al visitante una colección de maniquíes de hombre y mujer que se utilizaban para las pruebas así como numerosos trabajos y vestidos presentados en certámenes de moda nacionales e internacionales, a los que Neftalí Herrero era llamado para mostrar algunas de sus habilidades en el trato de paños y telas.
Los trabajos terminados por este artesano de la moda, o los que estaban en proceso salidos de la sastrería de Neftalí para vestir a las representantes de Cantabria en los certámenes de moda nacionales, también pueden verse ahora en su museo junto a los chaqués para célebres personalidades, aquellos que fueron toda una referencia en el vestir para cientos de novios y padrinos.
El museo está en la localidad cántabra de Hinojedo, en el municipio de Suances, y puede visitarse de manera gratuita mediante reserva previa en el correo electrónico [email protected] o el teléfono 656921614, con aforo limitado a cuatro personas por visita, martes y jueves de seis a ocho de la tarde, en dos turnos de una hora.
"El oficio de sastre ha sido toda mi vida" asegura el ya octogenario Neftalí Herrero en una entrevista con EFE, en la que rememora la etapa dorada de su profesión, cuando se estableció en Torrelavega y había 33 sastres que tenían abierto taller al público, de los cuales hoy no queda ninguno.
Su museo recoge utensilios y materiales de esa etapa de su vida, primero cuando abrió su primer negocio en un entresuelo de Cuatro Caños (Torrelavega) en 1966, después el traslado a la Plaza Mayor en 1982, cuando inauguró su segundo taller en la calle Cádiz, de Santander, ante la avalancha de trabajos que tenía y su jubilación en 2003.
Junto a ello, el museo dedica un apartado al manual para la enseñanza de la sastrería y la modestería, el popular SAYMO, un método creado en 2003 por Neftalí y su esposa que aún se usa y que recopilaba una amplia información de la profesión artesana al detalle, tanto escrita como gráfica.
Este manual contenía también detalles del trabajo que nunca antes se habían desvelado de forma tan didáctica y que con el tiempo se ha convertido en un método "referencia de culto" tanto para profesionales como para aficionados a esta profesión, de la que a Neftalí no le gustaría se perdiesen sus conocimientos.
El objeto de SAYMO es, y sigue siendo hoy tras casi dos décadas de la primera edición, permitir una personalización de la ropa adaptada a la necesidad y a la morfología del cliente, así como los detalles que cada cliente solicitaba, porque los cuerpos no son iguales y tampoco simétricos.
Ese amor a la sastrería está en el origen del actual museo y también en la creación hace unos años de la asociación Oficios Olvidados a Recuperar, un colectivo creado en Hinojedo por Neftalí y su esposa, Ángeles Pechero, para intentar evitar la desaparición de su querido oficio, del que en la región ya casi no quedan discípulos.
Pese a su edad, Neftalí, quien fuera considerado "líder del bien servicio" y "máster internacional a la imagen", sigue siendo referencia de muchos sastres de todo el país, que le llaman para consultarle sobre algunos trabajos específicos dada la maestría reconocida durante medio siglo en el trato con los paños.
La fiel compañera de sastrería durante muchos años, su esposa, Ángeles Pechero, asegura que el cliente que encarga trajes a medida "sabe lo que quiere y aprecia el resultado, porque un traje artesano es para toda la vida, sin obsolescencia programada".
El museo del sastre artesano ahora ocupa varias estancias de la casa familiar pero sus promotores no quieren que se quede en eso, pues aquí "no se da puntada si hilo" y ya están en fase de recuperación más trajes, utensilios, patrones o las míticas máquinas de coser "Singer. Y es que con la aguja hemos topado ![Publicidad 171034]()
Repartidos por su museo se pueden contemplar los útiles empleados en el proceso de confección "a la manera tradicional" desde la cinta métrica, varias tijeras, máquinas de coser y planchas de todas las épocas y demás útiles de la profesión, esa que tras más de 60 horas de trabajo es capaz de alumbrar un traje hecho a medida.
También se expone al visitante una colección de maniquíes de hombre y mujer que se utilizaban para las pruebas así como numerosos trabajos y vestidos presentados en certámenes de moda nacionales e internacionales, a los que Neftalí Herrero era llamado para mostrar algunas de sus habilidades en el trato de paños y telas.
Los trabajos terminados por este artesano de la moda, o los que estaban en proceso salidos de la sastrería de Neftalí para vestir a las representantes de Cantabria en los certámenes de moda nacionales, también pueden verse ahora en su museo junto a los chaqués para célebres personalidades, aquellos que fueron toda una referencia en el vestir para cientos de novios y padrinos.
El museo está en la localidad cántabra de Hinojedo, en el municipio de Suances, y puede visitarse de manera gratuita mediante reserva previa en el correo electrónico [email protected] o el teléfono 656921614, con aforo limitado a cuatro personas por visita, martes y jueves de seis a ocho de la tarde, en dos turnos de una hora.
"El oficio de sastre ha sido toda mi vida" asegura el ya octogenario Neftalí Herrero en una entrevista con EFE, en la que rememora la etapa dorada de su profesión, cuando se estableció en Torrelavega y había 33 sastres que tenían abierto taller al público, de los cuales hoy no queda ninguno.
Su museo recoge utensilios y materiales de esa etapa de su vida, primero cuando abrió su primer negocio en un entresuelo de Cuatro Caños (Torrelavega) en 1966, después el traslado a la Plaza Mayor en 1982, cuando inauguró su segundo taller en la calle Cádiz, de Santander, ante la avalancha de trabajos que tenía y su jubilación en 2003.
Junto a ello, el museo dedica un apartado al manual para la enseñanza de la sastrería y la modestería, el popular SAYMO, un método creado en 2003 por Neftalí y su esposa que aún se usa y que recopilaba una amplia información de la profesión artesana al detalle, tanto escrita como gráfica.
Este manual contenía también detalles del trabajo que nunca antes se habían desvelado de forma tan didáctica y que con el tiempo se ha convertido en un método "referencia de culto" tanto para profesionales como para aficionados a esta profesión, de la que a Neftalí no le gustaría se perdiesen sus conocimientos.
El objeto de SAYMO es, y sigue siendo hoy tras casi dos décadas de la primera edición, permitir una personalización de la ropa adaptada a la necesidad y a la morfología del cliente, así como los detalles que cada cliente solicitaba, porque los cuerpos no son iguales y tampoco simétricos.
Ese amor a la sastrería está en el origen del actual museo y también en la creación hace unos años de la asociación Oficios Olvidados a Recuperar, un colectivo creado en Hinojedo por Neftalí y su esposa, Ángeles Pechero, para intentar evitar la desaparición de su querido oficio, del que en la región ya casi no quedan discípulos.
Pese a su edad, Neftalí, quien fuera considerado "líder del bien servicio" y "máster internacional a la imagen", sigue siendo referencia de muchos sastres de todo el país, que le llaman para consultarle sobre algunos trabajos específicos dada la maestría reconocida durante medio siglo en el trato con los paños.
La fiel compañera de sastrería durante muchos años, su esposa, Ángeles Pechero, asegura que el cliente que encarga trajes a medida "sabe lo que quiere y aprecia el resultado, porque un traje artesano es para toda la vida, sin obsolescencia programada".
El museo del sastre artesano ahora ocupa varias estancias de la casa familiar pero sus promotores no quieren que se quede en eso, pues aquí "no se da puntada si hilo" y ya están en fase de recuperación más trajes, utensilios, patrones o las míticas máquinas de coser "Singer. Y es que con la aguja hemos topado
