Edificios emblemáticos de Cantabria

Algunos han sido renovados para darles un uso diferente al que tenían en un principio, otros han permanecido cumpliendo con su propósito original a lo largo del tiempo

 

Cantabria es una de las comunidades autónomas con mayor patrimonio artístico y arquitectónico. Sus edificios más emblemáticos atraen la mira de expertos y amantes de la arquitectura de todo el mundo. Algunos tienen siglos de antigüedad, otros algunas décadas, pero todos comparten el honor de formar parte de la riqueza patrimonial de la región.

El patrimonio artístico de una ciudad, región o país es la suma de su patrimonio cultural e histórico, y mediante este se consigue percibir información de épocas antiguas que ayudan a comprender mejor la historia además de disfrutar de su valor artístico.

 

 Conservar el patrimonio es conservar la historia de un pueblo de ahí su gran importancia.

Partiendo de esta premisa, la restauración, remodelación y rehabilitación de los edificios históricos se hace imprescindible para todos aquellos pueblos que quieran proteger su identidad. En algunos casos dándoles usos diferentes a los edificios primigenios y en otros respetando su propósito original, pero siempre respetando su historia.

 

Las construcciones más relevantes

En Cantabria hay muchos edificios emblemáticos, algunos datan del siglo XII y otros son del siglo XX. Cada uno de ellos tiene la belleza única y particular de su época, pero todos merecen la devoción y admiración que se les profesan.

 

La Colegiata de Santillana del Mar

En una villa preciosa de esta región se puede visitar la colegiata más famosa de toda la geografía española. Data de mediados del siglo XII y tiene su origen en la expansión del monasterio de Santa Juliana. Fue declarada Monumento Nacional el 12 de marzo de 1889 y en 2015 fue incluida en uno de los bienes individuales patrimonio de la Unesco.

 

Gran Casino el Sardinero

Inaugurado en 1916 en la misma localización que un antiguo casino que databa de 1870, este segundo edificio compaginó la ruleta y el bacará con los bailes de salón. Durante la posguerra fue cerrado casi en su totalidad, solo se usó su teatro como sala cinematográfica de arte y ensayo. En 1978 se restauró y volvió a abrir como casino de juego ofreciendo al público un restaurante, tres comedores, dos bares, una cafetería, una sala de fiestas, una sala de exposiciones y una sala de juego. Aunque no ofrece live casino con su famosa ruleta relámpago de vivo, los visitantes de casino pueden divertirse con ruletas electrónicas, blackjack, póker y máquinas de azar.

 

El Palacete del Embarcadero

Situado en el paseo marítimo, se trata de un edificio proyectado en 1920 y acabado en 1932 para dar servicio a la familia real durante sus vacaciones veraniegas, aunque posteriormente se usó como estación de pasajeros. Más tarde se convirtió en sede del cuartel de la Policía Armada. En 1985 fue reinaugurado como sala de exposiciones y conferencia y en la actualidad forma parte del Proyecto Pereda, un gran eje cultural que se está formando en torno a los Jardines de Pereda, y que todos los santanderinos esperan sea uno de los principales focos de atracción turística de calidad de la ciudad.

 

Mercado de la Esperanza

Esta joya arquitectónica abierta por primera vez al público en 1904 como Mercado tras ocho años de construcción, fue construido sobre los terrenos del antiguo Convento de San Francisco, desamortizado en 1837. Dedicado fundamentalmente a la alimentación, fue declarado monumento histórico-artístico en 1977. Se trata de un edificio de indudable valor arquitectónico construido a base de piedra, hierro y vidrio que enamora a todo el que lo visita.

 

El Capricho Gaudí

Ideado como chalet de veraneo para la familia del marqués de Comillas, Gaudí proyecto este edificio con influencia mudéjar y orientalista, caracterizado por piedra en la parte baja, ladrillo visto y cerámica vidriada superponiendo las líneas curvas con las rectas. Fue construido entre 1883 y 1885, cayendo en abandono durante la Guerra Civil y siendo declarado en 1969 Bien de Interés Cultural. En 1988 fue convertido en restaurante por sus nuevos dueños y en 1992 comprado por un grupo japonés, hasta que en el año 2009 se convirtió en museo.

 

El Palacio de la Magdalena

Construido entre 1909 y 1911 como residencia de verano para Alfonso XIII y Victoria Eugenia fue vendido a la ciudad en 1977 y declarado Monumento Histórico-artístico en 1982. Entre 1933 y 1995 se rehabilitó para convertirse en uno de los principales atractivos turísticos de la ciudad hasta el día de hoy.

 

Centro Botín

Este centro de arte fue inaugurado en junio de 2017 y diseñado por Renzo Piano consta de 6000 metros cuadrados de superficie de los cuales 2.500 están destinados a salas de exposiciones. El resto del espacio se destina a áreas educativas, zona comercial y de restauración. El edificio es un referente de modernidad, no en vano su diseñador atesora un premio Pritzker de arquitectura.

Hay muchos más edificios y construcciones dignas de ser tenidas en cuenta en Cantabria, no obstante, con este repaso por algunos de sus edificios más emblemáticos solo cabe recordar la importancia de conservar el patrimonio cultural de los pueblos.