Santander ha sido el escenario de un emotivo y significativo evento en conmemoración del 130 aniversario de la explosión del vapor ‘Cabo Machichaco’, un trágico suceso que dejó una profunda huella en la historia de la ciudad y de España en general. La jornada ha reunido a destacados líderes locales, funcionarios regionales y miembros de la comunidad, todos unidos para recordar a las víctimas y rendir homenaje a aquellos que perdieron la vida en uno de los episodios más oscuros de la historia de Santander.

Los actos conmemorativos comenzaron con la tradicional ofrenda floral en memoria de las víctimas. A pesar de las condiciones meteorológicas adversas, el tributo tuvo lugar en el interior de la Estación Marítima, en lugar de realizarse en el monumento en la plaza que lleva el nombre del vapor ‘Cabo Machichaco’. El obispo emérito, Manuel Sánchez Monge, dirigió una emotiva oración en honor a los fallecidos, y la alcaldesa de Santander, Gema Igual, el presidente de la Autoridad Portuaria, César Díaz, y el presidente de la Real Asociación Machichaco, Roberto García Borbolla, depositaron una corona de flores junto a los Bomberos Voluntarios de la ciudad.

La alcaldesa Gema Igual, junto a la consejera de Cultura,

Fernández, expresó su satisfacción por la inauguración del Museo Temático del Cabo Machichaco, que servirá para mantener viva la memoria de la tragedia durante todo el año. Subrayó cómo la explosión del vapor ‘Cabo Machichaco’ refleja la unidad y solidez de los santanderinos, que trabajaron incansablemente en la rápida reconstrucción de la ciudad después de la devastación causada por la explosión.

El presidente de la Autoridad Portuaria, César Díaz, destacó la importancia del museo como un recordatorio constante de la tragedia y como una herramienta para evitar que episodios similares vuelvan a ocurrir en el futuro. También reconoció la evolución en materia de seguridad portuaria y cómo eventos como el del ‘Cabo Machichaco’ serían hoy en día impensables debido a estrictos controles de seguridad.

Roberto García Borbolla, presidente de la Real Asociación Machichaco, calificó la apertura del museo como un logro para la asociación y agradeció a las instituciones locales por su colaboración en el proyecto. Destacó que este nuevo espacio museístico tiene como objetivo educar a las generaciones más jóvenes sobre esta parte crucial de la historia de la ciudad y recordar la «fortaleza» de los santanderinos al superar la tragedia.

El evento contó con la presencia de la presidenta del Parlamento de Cantabria, María José González, consejeros del Gobierno de Cantabria, miembros de la Corporación santanderina y otras autoridades civiles y militares. La inauguración del Museo Temático del Cabo Machichaco es un tributo a la memoria de las víctimas y un recordatorio de la resiliencia de la ciudad ante la adversidad.

Este museo es el resultado de un esfuerzo conjunto de la Real Asociación Machichaco y la comunidad local para rendir homenaje a las 590 personas que perdieron la vida en la explosión del vapor ‘Cabo Machichaco’. El museo, que ha sido inaugurado en la Estación Marítima de Santander, tiene como objetivo servir como un centro de interpretación y divulgación histórica, proporcionando un espacio donde los visitantes puedan comprender mejor los eventos y las consecuencias de esta tragedia que marcó un antes y un después en la historia de la ciudad y del país.

Uno de los aspectos más destacados del museo es un diorama que representa la zona donde ocurrieron los sucesos y que reproduce el estado del lugar después de la primera explosión. También se exhibe una «caja mágica» que muestra el costado e interior del buque siniestrado, lo que brinda a los visitantes una visión única de lo que sucedió en ese fatídico día. Además, el museo alberga la reconstrucción de un fragmento del casco del barco, remaches originales, trozos de metralla y otros objetos históricos relacionados con la catástrofe.

La colección documental e histórica del museo es impresionante, incluyendo relatos, historias, fotografías, publicaciones y maquetas que arrojan luz sobre los eventos que rodearon la explosión del vapor ‘Cabo Machichaco’. Entre los objetos en exhibición se encuentran dos cucharas que se rescataron de la explosión, el mango de un espadón perteneciente a una autoridad de la época y una medalla conmemorativa, donada por Rosa Coterillo, viuda del historiador José Luis Casado Soto.

El museo es un espacio dinámico que continuamente renovará sus contenidos para mantener el interés de los visitantes. Por ejemplo, se planean nuevas actividades para conmemorar el 21 de marzo, fecha de la segunda explosión que agravó aún más la tragedia.

Además de las exposiciones y los objetos en exhibición, el museo ofrece un recorrido autoguiado comisariado por el investigador naval Pedro Blanco y el especialista Manuel González Zarzuelo. Los visitantes pueden seguir este recorrido para obtener una comprensión más profunda de las circunstancias y las consecuencias de la explosión del vapor ‘Cabo Machichaco’.

La importancia de este museo va más allá de la memoria de la tragedia. El museo es un tributo a la historia de Santander y un recurso valioso que enriquecerá el Anillo Cultural de la ciudad. La elección de la fecha de inauguración, coincidiendo con el aniversario de la explosión, subraya la importancia de recordar y aprender de los eventos del pasado para construir un futuro más seguro y próspero.

El evento reunió a una amplia gama de personalidades, desde funcionarios regionales como la consejera de Cultura, Turismo y Deporte, Eva Guillermina Fernández, y el consejero de Economía, Hacienda y Fondos Europeos, Luis Ángel Agüeros, hasta líderes locales y miembros de la comunidad que compartieron un profundo respeto por la historia y la memoria de Santander. Su presencia refleja la importancia de esta inauguración y el deseo de mantener viva la memoria de esta trágica catástrofe para las generaciones futuras.

Una trágica explosión que marcó a la ciudad en 1893

La tragedia del Cabo Machichaco fue un evento devastador que ocurrió el 3 de noviembre de 1893 en Santander, España. Se debió a la explosión de un barco llamado «Cabo Machichaco», un vapor de bandera alemana que se encontraba en el puerto de Santander para cargar un cargamento de mercancías, incluyendo sustancias químicas peligrosas. Este desastre ha quedado marcado en la historia de la ciudad y el país debido a su magnitud y sus impactantes consecuencias. El barco Cabo Machichaco estaba cargado con productos químicos y materiales peligrosos, incluyendo aceite de trementina y ácido sulfúrico. Las condiciones de seguridad a bordo eran extremadamente precarias, y no se habían tomado las precauciones necesarias para manejar estas sustancias peligrosas de manera segura.

El 3 de noviembre de 1893, un incendio se desató en el barco debido a una serie de factores, como la falta de mantenimiento adecuado y una mala gestión de las sustancias inflamables. El fuego se propagó rápidamente y alcanzó los productos químicos almacenados a bordo, lo que provocó una explosión de gran magnitud que devastó el puerto de Santander y sus alrededores. La explosión causó una gran cantidad de muertes y daños materiales. Se estima que 590 personas perdieron la vida en el desastre, aunque algunas estimaciones sugieren que la cifra podría haber sido aún mayor. Además de las vidas humanas perdidas, la explosión destruyó edificios, barcos y otras propiedades en un área extensa alrededor del puerto. Se dice que las explosiones se escucharon a más de 100 kilómetros de distancia.

Las consecuencias de la tragedia del Cabo Machichaco fueron profundas. Se llevaron a cabo investigaciones para determinar las causas y las responsabilidades del desastre. Se descubrió que hubo negligencia en la seguridad marítima y una falta de regulaciones adecuadas para el transporte de mercancías peligrosas. Esto llevó a una revisión de las normativas y al fortalecimiento de las medidas de seguridad en el transporte de productos químicos peligrosos.

Además de las medidas de seguridad, el desastre tuvo un impacto significativo en la psique colectiva de la ciudad y del país. La tragedia dejó una profunda cicatriz en la memoria de los santanderinos y en la historia de España en general. Se erigieron monumentos conmemorativos en memoria de las víctimas, y cada año se recuerda el evento con actos conmemorativos.

La tragedia del Cabo Machichaco sirvió como un recordatorio impactante de la importancia de la seguridad en el transporte de productos químicos y mercancías peligrosas, y como un ejemplo de las trágicas consecuencias que pueden derivarse de la negligencia en este ámbito. Esta catástrofe marítima sigue siendo un hito en la historia de Santander y un recordatorio de la necesidad de la seguridad en el transporte marítimo y la gestión adecuada de sustancias peligrosas.

La tragedia del ‘Cabo Machichaco’ y el Hospital de San Rafael

El Parlamento de Cantabria llevó a cabo ayer la conferencia titulada ‘Santander hace 130 años: la catástrofe del Cabo Machichaco y el Hospital de San Rafael’. El evento contó con la destacada presencia de Francisco Gutiérrez, quien fue presidente del Centro de Estudios Montañeses desde 2014 hasta 2022. Esta conferencia se enmarcó en los actos conmemorativos del trágico suceso ocurrido exactamente hace 30 años el 3 de noviembre de 1893Durante su disertación, el ponente resaltó el papel fundamental que desempeñó en ese dramático episodio el Hospital de San Rafael, que actualmente alberga al Parlamento desde 1987, pero que en aquel entonces ya tenía un siglo de historia como el hospital general principal de Santander. La presidenta del Parlamento, María José González Revuelta, subrayó que «una efeméride tan significativa brinda una excelente oportunidad para rememorar estos antecedentes históricos del edificio parlamentario actual y cómo aquel suceso impactó en la vida y el desarrollo de la ciudad».  El Hospital de San Rafael fue inaugurado en la calle Alta en 1791 y desempeñó un papel crucial como hospital de referencia en Santander hasta la apertura de la Casa de Salud Valdecilla en 1929.