La Comisión de Cultura del Ayuntamiento de Santander ha tomado la decisión de otorgar la Medalla de Oro de la ciudad a la Fundación Asilo San Cándido en conmemoración de su centenario. La alcaldesa de Santander, Gema Igual, anunció esta distinción después de que la Comisión de Cultura aprobara por unanimidad el dictamen para otorgar este reconocimiento.

La propuesta será presentada al Pleno de la Corporación, programado para el viernes, donde la alcaldesa felicitará a la entidad en presencia de miembros del Patronato de la fundación.

La decisión de conceder esta medalla tiene como objetivo reconocer la labor social realizada por la Fundación San Cándido desde sus inicios como una entidad benéfica hasta su evolución actual como una moderna residencia con 296 plazas y un centro de día para 70 personas.

La alcaldesa destacó la importancia de la Fundación Asilo San Cándido en Santander debido a su larga historia, su trayectoria y la calidad de la atención que brinda a los residentes y usuarios del centro de día.

La Medalla de Oro representa un reconocimiento a la dedicación y profesionalismo de todos los que trabajan diariamente para satisfacer las necesidades de las personas mayores. Además, refleja la consideración de Santander hacia el Patronato, el equipo directivo y los trabajadores por convertir a San Cándido en un centro con una alta cualificación asistencial y un compromiso constante con la mejora de sus instalaciones y servicios.

La Fundación San Cándido, que cumple 100 años de existencia, ha tenido una trayectoria centenaria en la ciudad desde que fue oficialmente constituida en 1924. A lo largo de los años, ha experimentado diversas etapas de desarrollo y crecimiento, ampliando su capacidad y diversificando sus servicios para adaptarse a las necesidades cambiantes de la comunidad.

Desde sus inicios, la Fundación Asilo San Cándido ha desempeñado un papel fundamental en la atención y el cuidado de las personas mayores en Santander y sus alrededores. Su historia se remonta al 27 de marzo de 1924, cuando se firmó oficialmente el acta de constitución de la Fundación San Cándido.

En sus primeros años, el Asilo de San Cándido se estableció como un lugar para el recogimiento de inválidos de trabajo y paralíticos. Este proyecto benéfico fue financiado por doña Emilia Herrera Vindel, quien dejó establecido en su testamento la creación de una fundación benéfica particular para el asilo.

La casa y finca de su propiedad heredada de sus hermanos, Adela y Cándido, en Cajo, se convirtieron en el hogar de esta institución. Doña Emilia quiso que el asilo se denominara "de San Cándido" en memoria de su hermano y de su padre, ambos llamados Cándido. Además, encomendó la gestión del asilo a las Hermanas Carmelitas Terciarias Descalzas, posteriormente conocidas como Carmelitas Misioneras.

En sus inicios, el asilo tenía capacidad para albergar a 22 residentes y era un centro mixto, aunque después de la Guerra Civil Española, se reservó exclusivamente para mujeres. Durante décadas, las Religiosas Carmelitas Misioneras estuvieron al frente de la residencia, ofreciendo su servicio pastoral y de voluntariado.

Sin embargo, a finales de 2013, las religiosas dejaron la Diócesis y, por tanto, su presencia en la Fundación, debido a la falta de relevo y a la avanzada edad de las hermanas. Desde entonces, la gestión del centro ha sido asumida exclusivamente por la Fundación San Cándido.

En 1986, se produjo un hito importante en la historia de la Fundación con la inauguración de un nuevo edificio anexo con capacidad para 95 residentes. Este edificio fue construido gracias a la colaboración de la Fundación Marcelino Botín en terrenos cedidos por la Fundación San Cándido.

Esta ampliación significativa permitió a la Fundación atender a un mayor número de personas mayores y mejorar la calidad de sus servicios. A lo largo de los años, la Fundación ha continuado su compromiso con la excelencia en la atención a los mayores, buscando constantemente formas de mejorar sus instalaciones y servicios.

En 2005, la Fundación San Cándido asumió la gestión exclusiva de la totalidad del centro, lo que le permitió tener un mayor control sobre sus operaciones y una mayor capacidad para implementar mejoras. Desde entonces, ha mantenido un enfoque centrado en el bienestar y la comodidad de sus residentes, así como en la creación de un ambiente acogedor y familiar.

Además de sus servicios de residencia, la Fundación San Cándido también ha diversificado su oferta con la apertura de un centro de día en 2008. Este centro ofrece atención diurna a personas mayores que requieren cuidados y compañía durante el día, pero que pueden regresar a sus hogares por la noche.

El centro de día cuenta con una capacidad para 80 usuarios y ofrece una amplia gama de actividades y servicios diseñados para promover el bienestar físico, mental y emocional de sus participantes. Desde su apertura, ha sido un recurso invaluable para las personas mayores y sus familias en la comunidad.

En 2015, la Fundación San Cándido dio un paso más en su compromiso con la comunidad al abrir un Centro de Educación Infantil con 38 plazas. Este centro ofrece un programa de actividades intergeneracionales que permite a los niños y niñas interactuar con las personas mayores, compartiendo experiencias y creando vínculos intergeneracionales.

Este enfoque innovador no solo beneficia a los niños y niñas al proporcionarles un entorno educativo enriquecedor, sino que también enriquece la vida de las personas mayores al brindarles la oportunidad de compartir su sabiduría y experiencia con las generaciones más jóvenes.

En la actualidad, la Fundación San Cándido continúa siendo un pilar fundamental en la comunidad de Santander, ofreciendo servicios de alta calidad y mostrando un compromiso inquebrantable con el bienestar de las personas mayores. Su centenaria trayectoria es un testimonio de su dedicación y su impacto perdurará en la ciudad durante muchos años más