24.04.2024 |
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Preocupación por el estado del centenario tejo de Casar de Periedo

El Tejo de Periedo. / Saja
El Tejo de Periedo. / Saja
Preocupación por el estado del centenario tejo de Casar de Periedo

Un grupo de vecinos de la localidad de Casar de Periedo, población perteneciente al municipio de Cabezón de la Sal, han mostrado su preocupación por el estado del centenario tejo de Periedo, situado junto a la iglesia local de San Lorenzo, un edificio del siglo XVI.

El singular árbol de unos 10 metros de altura y al que se le estima una edad de entre 500 y 600 años, tras los últimos vendavales, se ha inclinado alarmantemente hacia el Este, haciendo temer por su caída. La falta de grietas en el suelo hace pensar a algunos que las raíces no se han movido.

La presidente de la Junta Vecinal de Casar de Periedo, María Jesús Guerra, ya se ha puesto en contacto con la Dirección General de Biodiversidad del Gobierno de Cantabria para envíe a técnicos para estudiar la situación del ejemplar y, en su caso, decidir las medidas preventivas a adoptar.

Los tejos han sido tradicionalmente árboles emblemáticos de Cantabria, convirtiéndose en la especie más emblemática y simbólica de la Comunidad. Desde la antigüedad se les ha venerado, estando presentes en muchos de sus rituales. Por algunos autores clásicos, como Plinio y san Isidoro de Sevilla, sabemos que los antiguos pobladores de la zona sacrificaban a los ancianos no aptos para la guerra con veneno extraído de las hojas de este árbol y se suicidaban de igual forma cuando preferían la muerte a ser esclavizados. Es una de las especies más robustas y longevas entre los vegetales, llegando a alcanzar los mil años de edad.

Es habitual encontrarlos en las plazas de los pueblos, en cementerios, iglesias y palacios, pues se les consideraba árboles ‘testigo’, lo que ha permitido perpetuar ese halo de misterio y sacralidad que envuelve todo lo relacionado con la especie.

Entre las localidades cántabras de Lebeña y Peñarrubia se encuentra la Braña de los Tejos, una pequeña meseta con extraordinarias vistas sobre los Picos de Europa, la Montaña Palentina y las sierras costeras de Asturias y Cantabria con abundancia de ejemplares esta especie. Allí se cree hubo un campamento de cántabros que llegaron huyendo de la invasiones romanas. Además de zona de pastoreo el lugar ha sido objeto de extracciones de mineral de blenda y, también, de carboneo.

Preocupación por el estado del centenario tejo de Casar de Periedo
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