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El Diario de Cantabria

Mazcuerras contaba con nueve molinos a mediados del siglo XVIII

Ocho de ellos se abastecían de las aguas del río Saja desviadas a la altura de Santa Lucía a través de un canal único

Canal de uno de los molinos. / a. del saja
Canal de uno de los molinos. / a. del saja
Mazcuerras contaba con nueve molinos a mediados del siglo XVIII

El municipio de Mazcuerras llegó a contar con 9 molinos a mediados del siglo XVIII, según da cuenta el Catastro de Ensenada, de los que 8 se alimentaban de las aguas del río Saja captadas en un canal único que se abastecía a la altura de la Hoz de Santa Lucía. La utilización de la aguas con fines de molienda generó frecuentes disputa entre los vecinos de Cabezón de la Sal y de Mazcuerras, cuyos conflictos obligó a intervenir a la Justicia.

Estos molinos «corrientes y molientes» funcionaban con las aguas del azud de casi 6 kilómetros de longitud, que volvían al Saja en Villanueva de la Peña, y constituían un gran sistema hidráulico unificado. El conjunto de construcciones levantadas para moler principalmente maíz, se vieron sometidas a los desbordamientos del río -llenas, llaman los lugareños- que arrasaban casas, campos y molinos, llegando a invadir el pozo de la sal. Una de estas llenas, la de 1834, destruyó el puente de Santa Lucía y todos los de madera que existían.

El catedrático de la Universidad de Cantabria José Angel Sierra en su trabajo ‘Dos notas geográfica historia apoyadas por fotografías aéreas’ explica que la gestión supracomunitaria del agua quedaba reducida a la vía judicial o, en todo caso, a las concordias entre concejos. Las ordenanzas de éstos recogían sistemáticamente las prescripciones en la materia, señalando labores de vigilancia, conservación de la vegetación de ribera o mediante la reconstrucción de presas y defensas. En el Catastro de Ensenada se refleja, por ejemplo, que el concejo de Cos, con 50 vecinos, «se ocupa en el reparo de las presas para detener las avenidas a fin de que no se aneguen y destruyan los prados y mieses de este pueblo ocho días cada un año». El de Mazcuerras, con 214 y mucha más línea de ribera, «se ocupa en los reparos de la rivera del Rio Saxa, treinta días cada año en los meses de agosto y septiembre, para liberar las haciendas de las avenidas». A la reparación de caminos concejiles solo dedicaban 3 días al año. Por su parte, el concejo de Ontoria-Vernejo se limitaba a mencionar «cupos de puentes y muelles».

Disputas. Los conflictos por el uso del agua eran frecuentes. Así en 1622, los concejos de Cos y Mazcuerras presentan denuncia contra los de Ontoria y Vernejo ante la justicia del valle, porque estos habrían construido «una presa muy grande en el Varoca» para echar las aguas hacia la parte de su concejo con los perjuicios consiguientes», mientras que los de Ontoria y Vernejo replicaban que más bien habían sido los vecinos de Cos y Mazcuerras los que, con anterioridad, habían «atravesado ciertas presas en el Rio de Saxa» impidiendo «seguir el dicho Rio la madre antigua, por lo que Ontoria-Vernejo se había limitado a construir la presa para defensa de su rivera» para que el río no se metiese en los concejos si viniera otra llena que «les llevaría sus casas y moliendas, prados y heredades, y causaría el despoblamiento de los dichos lugares».

Alegaba, además, que, si no se ponía remedio a la intervención de Cos y Mazcuerras, lo peor estaba por llegar con el invierno, «que era cuando muy de ordinario venían las avenidas y crecidas de aguas».

En 1629, Cos, por su parte, aludía a una concordia de 1522, alcanzada al parecer tras una gran avenida, que ocasionó desgracias a «niños y personas» en la que se recogía el derecho «de poder fortalecer sus riberas con piedras céspedes y otros baluartes que les conviniese» no atravesando todo el río como había hecho Ontoria y Vernejo.

En 1632 el pleito, finalmente, se zanjaba temporalmente por medio de una nueva concordia entre hombres buenos de todas las partes, a fin de evitar lo «subidos gastos» que hubiese supuesto continuarlo en la Real Chancillería de Valladolid.

Así las cosas Ontoria-Vernejo se comprometió a «fortificar mantener e sostener ahora y en todo tiempo del mundo» la presa de Sajuca «desde la mitad de la madre del rio a la parte del dicho concejo de Ontoria». Por otro lado, obligaba a Mazcuerras a desarmar otras presas en Coiño y en la graja de Cos.

Mazcuerras contaba con nueve molinos a mediados del siglo XVIII
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