19.04.2024 |
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La Escuela de Comercio se construyó en 1908 con una donación de Petra Igareda

Edificio que alberga la Escuela de Adultos de Cabezón de la Sal. / Saja
Edificio que alberga la Escuela de Adultos de Cabezón de la Sal. / Saja
La Escuela de Comercio se construyó en 1908 con una donación de Petra Igareda

Posiblemente, muchos de los vecinos de Cabezón de la Sal no conozcan el origen del edificio que hoy acoge la Escuela de Adultos y la Escuela Taller de Cabezón de la Sal, que se levanta en el barrio de La Pesa. Pues esta singular construcción se levantó en el año 1908, gracias a la donación de Petra Igareda Balbás (Santibáñez de Carrejo, 1824-Cádiz, 1887), que donó parte de su fortuna para dotar a la villa de una Escuela de Comercio.

María Eugenia, Pedro y Petra fueron los tres hijos de Francisco Igareda, que vino de Pesués, para casarse con Vicenta Balbás, vecina de Santibáñez. Formaron su familia en casa de sus mayores en el barrio Argudín, de Carrejo, donde tuvieron la triste experiencia de ver morir a María Eugenia, con tan solo 12 años. Su amor a la tierra lo dejaron claro ya que al morir, dejaron 100 escudos para los pobres de Cabezón de la Sal y 80 para los de Pesués y Roiz. Vicenta murió en Cabezón de la Sal en 1867 y Francisco de repente en Torrelavega. Sus restos se enterraron en el antiguo cementerio de La Fuentanuca en la villa de la sal.

Petra de joven se trasladó con su hermano Pedro a Cádiz, reclamado por unos familiares, e hicieron allí fortuna dedicados al comercio del vino y a los coloniales. Sus bienes los donaron a su pueblo para mejorar la educación de los niños y a la atención de los ancianos.

Petra dejó en su testamento 3.000 reales para su reparto entre los pobres de Carrejo y Santibáñez. También dejó dinero para comprar ornamento litúrgico en la iglesia de Santibáñez. Su donación más destacada fue la Escuela de Comercio, que, antes de ser ocupado por la Escuela de Adultos, fue sede de la Escuela de niños, una vez que abandonaron las aulas del actual edificio de la actual casa consistorial.

La Escuela de Comercio se levantó cumpliendo los deseos de su fundadora para preparar a los jóvenes en ese aspecto. Es en 1888, un año después de la muerte de la donante que sus albaceas acuerdan la creación de un centro destinado a iniciar a los alumnos en las actividades económicas, que se debe poner bajo la advocación de San Pedro. Debía contemplar además de las aulas, un museo escolar, una biblioteca, espacios para el aseo y retretes, campo de juegos con cobertizo y gimnasio. Otras dependencias como despacho para los maestros e incluso habitación para ellos y almacén completaban las necesidades de un edificio con función educativa.

El edificio presenta un cuerpo central que se asienta sobre unas gradas y tiene dos alturas. Se emplea la piedra en fachadas. La cubierta, a dos aguas, es de teja árabe. Los vanos de madera aparecen enmarcados en sillería y en la parte inferior del alfeizar se decoran con motivos cuatrilobulados en el segundo piso. Sobre el cuerpo central se ha dispuesto un airoso remate que contiene la placa que indica el nombre de la fundación y la función del edificio. Se cierra con verja de hierro y pilastras de cantería sobre murete. Se proyectó posiblemente por el arquitecto Emilio de la Torriente dada la similitud con el Asilo de Carrejo.

Petra falleció en 1887 y fue enterrada en Cabezón de la Sal, en el cementerio de La Fuentanuca, en el pabellón que ella misma había mandado construir, con la orden de reunir en él los restos de sus padres, su marido y su hija. Su fortuna personal, después de pagar a la fundación de la escuela de comercio y todos los demás legaos, se valoró en 6 millones de pesetas. Hoy, los restos de la familia Igareda descansa en el panteón situado al lado derecho junto a la puerta del cementerio de Navas, en cuyo espacio «está el punto final de la historia de los Igaredas de Santibáñez, Carrejo y Cabezón, actores importantes de nuestra pequeña historia en los siglos XVII, XVIII y XIX», según ha dejado escrito en uno de sus libros sobre Cabezón de la Sal, el ex cura párroco Ricardo Aguirre Gutiérrez, Hijo Adoptivo de la villa.

La Escuela de Comercio se construyó en 1908 con una donación de Petra Igareda
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