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El Diario de Cantabria

El edificio que alberga la Biblioteca Municipal se construyó en 1804

Por encargo de Juan Domingo González de la Reguera para destinarle a escuela gratuita de niños

Biblioteca municipal de Cabezón de la Sal. / Saja
Biblioteca municipal de Cabezón de la Sal. / Saja
El edificio que alberga la Biblioteca Municipal se construyó en 1804

El edificio que actualmente ocupa la biblioteca municipal Conde San Diego de Cabezón de la Sal fue construido en el año 1804 para destinarle a escuela gratuita de niños, con las aportaciones de Juan Domingo Gonzalez de la Reguera (Comillas, 1720 - Lima, 1805), oriundo de Comillas, pero vinculado familiarmente a la villa de la sal.

Ahora que el Ayuntamiento tiene la intención de trasladar al centro de lectura las antiguas escuelas del barrio de La Pesa, una vez que salga de allí la Escuela de Adultos, parece oportuno recordar a su fundador, que hizo su carrera eclesiástica en Perú, donde llegó después de haber hecho sus estudios en la Universidad de Salamanca. Fue obispo de Santa Cruz de la Sierra y después nombrado Arzobispo de Lima. Murió siendo Caballero Gran Cruz de la Real Orden Española de Carlos III.

Un año antes de su muerte hizo en Cabezón de la Sal, la tierra de sus antepasados, «dos fundaciones que han dejado huella en nuestra pequeña historia y que merecen el recuerdo y el agradecimiento de todos»: la escuela gratuita para todos los niños de Cabezón de la Sal, en el edificio que hoy acoge a la biblioteca municipal en la planta superior y el salón parroquial en los bajos. Al maestro le dotó un sueldo de 3.200 reales anuales.

Según refleja Ricardo Aguirre en su libro ‘Cabezón de la Sal en los siglos XVII, XVIII y XIX’ también estableció 9 dotes de 2.000 reales cada una para muchachas del pueblo, que no tuvieran medios económicos para casarse. El Patronato que creó para hacer cumplir sus voluntades estaba presidido por Marina González de la Reguera y Fernández de la Reguera dueña de la casa que tuvo en el barrio de La Pesa.

Según dice Ricardo Aguirre, hay documentación sobre el nombre de la chicas que entraban en el sorteo de las dotes y el nombre de las agraciadas. El sorteo se hacía el 15 de agosto y se cree fue el origen del canto de la ‘Salve de las Doncellas’, que se sigue cantando por el grupo de danzas local, después de dejar la imagen de la Virgen del Campo en la iglesia parroquial después de terminar la procesión.

Los Fernández de la Reguera en los siglos XVII y XVIII tuvieron gran protagonismo, como refleja Francisco de Sota, célebre cronista de Carlos III, afirmando que la familia disponía de sepulcros propios «muy antiguos y autorizados por estar cubiertos con losas a diferencia de los comunes y honores de precedencia en los asientos del mismo templo».

La importancia esta familia cabezonense se refleja en que Lope Fernández de la Reguera y Guerra, que sirvió al emperador Carlos V en la conquista de las Islas Canarias, fue Caballero del Orden de Calatrava; que otro de sus descendientes, Pedro Fernández de la Reguera, natural de Ibio, fue Capitán de Infantería y Alguacil Mayor de la Inquisición de aquel país.

La familia tenía casa en el barrio de La Pesa, conocida como la casona de La Cajigal, que tiene en su fachada el escudo de armas de los Fernández de la Reguera bordeado con la leyenda «salga do saliere, llegue don llegare». En 1736 la casa tenía «24 varas de frente, 16 de fondo y 8 de alto; lindaba a todos los vientos con tierras propias y portalada». La portalada fue desmantelada hace una treintena de años para su traslado y colocación en una finca de Comillas.

La propiedad contaba en el recito con la capilla de Nuestra Señora de los Remedios, ya derruída, que fue construida en 1665, por encargo de María Fernández de la Reguera, que dejó capital para su sostenimiento y para que se celebrasen en ella tres misas semanales perpetuamente.

El edificio que alberga la Biblioteca Municipal se construyó en 1804
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