24.04.2024 |
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Duña: La cocina de San Roque

En esta localidad del municipio de Cabezón de la Sal se elabora el cocido de garbanzos con el que se obsequia a los romeros que acuden a rezar a San Roque a la fiesta de ‘La Rueda’.

Bustablado San Roque  ollas
Bustablado San Roque ollas
Duña: La cocina de San Roque

Duña, localidad que junto con Bustablado conforman el único concejo abierto del término de Cabezón de la Sal, es el lugar donde se elabora el monumental cocido de garbanzos con el que, el 16 de agosto, se obsequia a los romeros que acuden a rezar a San Roque, en la fiesta conocida como «La Rueda».

Sus 19 habitantes mantienen la promesa, que en su día hicieron al santo por haberles librado de una peste que asoló la zona, de dar de comer a los pobres que llegaban al lugar a honrar al patrón a su capilla.

La fiesta de «La Rueda» o «Comida de los Pobres» , ancestral tradición se sigue manteniendo, ahora con los turistas y excursionistas que hasta allí acuden masivamente, renovándose la promesa hecha por los vecinos de Bustablado, Duña y Toporias.

San Roque en Bustablado reparto cocido

Allí una cofradía formada por 114 miembros sigue honrando a San Roque, como marca la tradición: la víspera en el pueblo de Duña hay la verbena y el reparto, a las dos de la madrugada, del caldo sanroqueño, procedente del guiso de la carne, que se utiliza como ingrediente en el cocido de garbanzos del día siguiente.

Antes, los cofrades se reparen la parte de la carne de la vaca que no se utiliza en el cocido. El reparto de las «cañimas», que es como se conocen las porciones cárnicas, se lleva a cabo en el portal de la casa de Maria Luisa y Yaco, que está muy próxima a la ermita de la Virgen del Rosario y de la «Caseta de los Pobres», que es el lugar en el que se prepara el cocido.

Unos días antes se compra una selecta vaca. A la adquisición del animal acuden los alcaldes de Bustablado, Sara Fernández y de Toporias, Alfonso García, así como Rafael Sánchez, que fue presidente de la junta vecinal durante 40 años, y Francisco García, exalcalde de Toporias.

Tras los actos religiosos, y una vez que los asistentes han hecho la rueda en la pradera de la ermita, comienzan a llegar desde Duña los vecinos portando una veintena de grandes pucheros con el cocido y se hace el reparto bajo los sones del pito y el tambor. Se suelen repartir gratuitamente unas 2.000 raciones del guiso sanroqueño.

Sara Fernández resalta la colaboración que encuentra el festejo en todos los vecinos. Y cita, en primer lugar, a los jóvenes que bailan los picayos. A Manuel Vallines que vigila durante toda la noche el fuego, junto con el presidente de la cofradía. Tres semanas antes de la fiesta los hombres se van a recolectar la leña para el fuego y las mujeres preparan las ollas. Isidoro Gutiérrez se encarga de pintar la rueda en la pradería, que delimita la posición de los romeros.

Duña plaza

La cofradía se rige por sus últimos estatutos fechados en 1.922, si bien, se reformaron en 1.982. La Ermita de San Roque se encuentra en una pradería entre Bustablado y Toporias. Es un edificio sencillo, rectangular, tejado a dos aguas, con la fachada abierta al exterior, pero cerrado el acceso por un enrejado que permite arrojar a su interior monedas y donativos para el Santo.

Los cofrades se encargan de cuidar durante todo el año el lugar. La presidencia de la cofradía se renueva cada año. En la actualidad preside José Antonio Romano.

Los estatutos de la centenaria cofradía de San Roque establece la organización de la procesión del santo por la pradera, señalando que a la cabeza deben ir tres niños portando la cruz procesional y dos cirios; a continuación, va el santo patrono en andas sobre cofrades, después el grupo de danzantes y panderetas cantando las coplas al santo propias de la ocasión y los sacerdotes; y en cola extensa, por último, el grueso de cofrades y asistentes sin orden alguno.

Y que la celebración de la Santa Misa se inicia una vez reintegrada la imagen del santo a su ermita. La asistencia es obligada para los cofrades y se controla por autoridades estatuidas por la Cofradía. La organización de la rueda de San Roque o «Rueda de Pobres» se establece así: Las gentes, a excepción de los cofrades, se sientan en la pradera formando un grupo circular marcado en el suelo, efectuando en su interior el baile de los danzantes al son que cantan los picayos del santo. Terminados éstos, se inicia el reparto de la comida a los sentados que se han de acomodar en una única línea circular, sea cual sea el tamaño que alcance. Primero se les da el pan, luego, los garbanzos y después la carne. Los cofrades, a quienes también obliga comer en la pradera, lo hacen en casetas aparte allí montadas para la fiesta. El cura, según la costumbre, pasará por las distintas mesas a dar su bendición. A la terminación de la comida se cantará un responso a las Ánimas en la capilla.

CONCEJO

La aldea está situada a 220 metros de altitud y es la localidad menos poblada de todo el municipio, con 24 habitantes. Se encuentra a 5 kilómetros de la capital municipal, Cabezón de la Sal. Durante el Trienio Constitucional (1820-1823), Duña, lo mismo que Bustablado, pasó a Udías. No fue hasta el año 1850 cuando se integraron en el municipio cabezonense, creado en 1835. Antes, Duña y Bustablado constituían una junta vecinal, pero, en la presente legislatura se ha transformado en concejo.

Duña tiene una dotación deportiva muy bien integrada tanto en la propia estructura del barrio como en su entorno. El complejo Ambrosio Calzada está compuesto por una bolera de bolo palma, una pista polideportiva descubierta, un parque infantil y un edificio para vestuarios. En septiembre se celebra un Concurso de Bolos «Memorial Ciriaco García «Yaco» en recuerdo del vecino

que tanto hizo por los bolos. Los lugareños acuden a rezar a la iglesia de Santa Eulalia, situada al borde del camino, en el cruce que conduce a Bustablado. Fue construida a principios del siglo XVII; presenta planta rectangular de una sola nave de tres tramos con capillas laterales, alberga un retablo romanista del XVII. A unos 300 metros al sur de Duña, por el camino que conduce a la Ermita de San Roque, se encuentra el despoblado de Doñuca, restos de una edificación derrumbada, que según la tradición oral, es donde estuvo el primer emplazamiento poblacional. La piedra de los muros de las construcciones originales fue empleada en los muros de cierre de las parcelas de este paraje.

Cabe destacar la singularidad de la explotación minera Duña-Udias, vestigio de la actividad minera de finales del siglo XIX y principios del XX. Se conservan restos del tendido aéreo que conectaba la mina con la línea de ferrocarril en el Embarcadero de Ontoria.

Una buena recomendación es realizar, la Ruta de las Nieves o la Ruta de las Minas, para disfrutar de estos paisajes y de sus pueblos. O pasear hasta un lugar escondido de Bustablado, el Bosque de castaños de Los Coborros con ejemplares que superan los 5 metros de cuerda en la base y altura entre los 10 y los 12 metros.

ACTIVIDAD AGRICOLA

Se trata de una zona de arraigadas costumbres, vinculadas a la actividad agrícola, ganadera y pastoril, y al aprovechamiento y uso de los recursos naturales disponibles en la zona.

La actividad agrícola que tradicionalmente se ha venido realizando en este territorio, siempre ha estado dominada por la necesidad de obtener forrajes para alimentar al ganado durante los meses en los que éste no podía pastar o bien en los que el pasto era insuficiente para el mantenimiento de las cabañas ganaderas.

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