La berrea, la época de celo de la población cervuna, se encuentra estos días en todo su esplendor en los montes de la Reserva del Saja y se prolongará hasta el comienzo de la segunda semana de octubre.

La época de celo de los  venados es objeto de atención de cazadores, naturalistas y simples curiosos, que se adentran en  los montes al amanecer o al anochecer para contemplar ese espectáculo de las luchas amorosas y el aparejamiento de los animales salvajes. En todas las comarcas de la reserva cántabra se están dejando oír los bramidos de los ciervos.

El característico sonido gutural que los ciervos en celo emiten para llamar a las hembras y marcar territorio, que se oye a kilómetros, es la música habitual en estas fechas.

Aprovechando la brama, se lleva a cabo un plan de caza de la especie, en el que se permite abatir un total de  67 venados, en la modalidad de rececho, del  1 de septiembre al 28 de febrero. Cuatro son de trofeo, 47 no medallables y 16 selectivos.

Las batidas se desarrollan 4 en terrenos del municipio de Camaleño, 2 en Pesaguero, Vega de Liébana y Cabezón de Liébana y una en Cillorigo de Liébana.

Las autorizaciones venatorias han  sido adjudicadas por los ayuntamientos y juntas vecinales mediante subasta, de acuerdo con el reparto que ha hecho la Administración regional atendido al censo venatorio.

Los permisos tienen una validez de dos  días consecutivos para la incursión montuna, si bien, se advierte, que en caso de adversa climatología el rececho se podrá prolongar una jornada más.

Con el celo, los venados abandonan las espesuras del bosque para buscar zonas más llanas y limpias donde poder realizar su “parada nupcial” y las luchas con otros machos que osen compartir sus hembras.

La brama comenzó a principios de septiembre, con menor intensidad en las zonas bajas. En los puertos de Sejos habitualmente se retrasa hasta el día 20.. Este año y debido a la sequía han bramado menos, hasta ahora. Estos días en los montes, a veces, los observadores interfieren  la labor de los cazadores, por lo que es necesario insistir en la necesidad de  extremar las precaucione.

Y, paralelamente,  el Parque de la Naturaleza de Cabárceno organiza visitas nocturnas para escuchar la brama, ya que en este magnífico recinto hay un buen censo de cérvidos. También, hay empresas que programan rutas, coincidiendo con la berre, por terrenos del Parque Natural Saja-Besaya.