Racing 3-1 Cartagena

El Racing acaba la liga con un elegante adiós

Los jugadores del Racing celebran el go lde Cedric al Cartagena.LALIGA

 

El Racing despidió la temporada y a un buen número de jugadores que dejarán huella en el club con una solvente victoria | En 25 minutos, ganaba 3-0 | La despedida de Cedric fue lo más emotivo de la tarde

Hay que saber marcharse de los sitios. Y todos esos jugadores del Racing que dieron verdadero sentido al partido de hoy al convertirlo en una despedida lo hicieron. Fueron elegantes hasta el final. Unos profesionales. Salieron con el cuchillo entre los dientes, a dejar las cosas claras, a dejar escrito que, aunque el entrenador entienda que no, tenían nivel para seguir defendiendo los colores verdiblancos, lo que se notó en el resultado. Ahora harán todo eso en otra parte pero a buen seguro que siempre llevarán consigo la historia que protagonizaron en Santander.

Si los partidos de verano son de pretemporada, el de hoy fue de postemporada. Se notaba. Las dos alineaciones se llenaron de jugadores que no han sido habituales en los momentos clave del curso pero ahí el Racing jugaba con ventaja, ya que los suyos contaban con una intensidad que no tenían sus rivales. Querían gustar no sólo porque estaban jugando en casa, sino también porque era su último baile.

Es posible que el momento de la tarde fuera la salida de Cedric del terreno de juego a la hora de partido. Tiene contrato pero la manera de abandonar el césped dejó claro, para quien tuviera dudas, que él también se estaba despidiendo. Se le cayeron las lágrimas porque El Sardinero se vino abajo mientras ‘La Gradona’ entonaba el grito de guerra que tiene al nigeriano como protagonista. Apenas ha podido jugar este año pero sigue siendo un ídolo.

Fue un detalle ponerle hoy como titular. No podía ser de otra manera. Y el delantero, el máximo goleador de la temporada del ascenso, se fue marcando. Como tiene que ser, como han de marcharse quienes llevan el nueve a la espalda. Lo buscó y sus compañeros le encontraron. Antes de marcar, de hecho, ya se había plantado solo ante Marc Martínez, pero perdió el duelo, que después sería anulado por fuera de juego. Sólo fue un aviso. Es un especialista en ganar las espaldas de las defensas y apenas un par de minutos después lo hizo de nuevo. Y esta vez no perdonó. Fue uno de esos goles marca de la casa, de delantero caro, con una capacidad de remate que no tienen los otros delanteros de la plantilla. De hecho, es difícil encontrar una explicación a que Matheus se vaya a quedar y Cedric se vaya a ir, pero José Alberto se ha ganado el derecho a defender sus gustos.

El gol del delantero africano fue una liberación tanto para él como para todo el campo, que quería brindarle una despedida perfecta. Lo mejor fue que, aunque fuera sólo el minuto 26, su tanto ya era el 3-0. Así comenzó el encuentro, con un Racing más intenso que se metió en las entrañas del Cartagena como el cuchillo en la margarina. Disfrutó e incluso hubo momentos en los que tuvo más tiempo el balón jugando contra un equipo que, en condiciones normales, no le habría permitido olerlo. Era un día para disfrute del Racing y los jugadores que hoy vestían de morado, más pendientes de si habían metido en la maleta calzoncillos suficientes para todas las vacaciones que del partido, no quisieron molestar demasiado. Al menos, en el primer tiempo.

Cedric no sólo se fue con un gol en su cuenta, sino también con una asistencia. Fue quien le regaló a Mario un balón plácido para que, llegando desde su posición, lo rematara de primeras a la misma escuadra derecha de Marc Martínez. Vaya golazo anotó el canterano para estrenar su cuenta. Y es que, además de para los que se marchaban, también era un día importante para los jóvenes valores a quienes José Alberto mira con lupa. Y en ese grupo también estaba Yeray, que jugó mucho más enchufado que en sus últimas apariciones y que anotó el segundo. Se topó con un balón en su zona favorita para el remate y, con la ayuda de un defensa, que cambió la dirección del balón, anotó un gol que, en parte, le permite terminar el curso con buen sabor de boca.

El Racing disfrutaba, se sentía cómodo, mientras que el Cartagena no encontraba el ritmo adecuado. De hecho, hasta el minuto 34 no hizo trabajar a Parera, que  volvió a ponerse bajo palos. Fue un remate sin demasiada fe que atrapó sin problemas el balear. Con todo, el portero tendría también su momento de lucimiento cuando, a cuatro para el final, presumió de reflejos ante un cabezazo a boca jarro de Ortuño. Nadie duda de que ha sido un elemento capital para la permanencia del equipo.

Los hombres de José Alberto no anotaron todos sus lanzamientos a portería pero casi. A poco del final, Íñigo Vicente se encontró con campo para correr hacia delante, arrastró a los dos únicos defensores visitantes y en el momento oportuno le regaló un mano a mano contra el portero a Pombo, pero éste perdonó. En ese momento, el Cartagena ya había puesto el partido 3-1 porque se presentó en el segundo tiempo con mayor intensidad y en la primera acción del mismo anotó mediante un cabezazo inapelabe de Pablo, que aprovechó un error de marca.

Salió el Cartagena con ganas de meterse en el partido o, cuando menos,  de evitar una sangría y lo consiguió. No quiso ser el tonto de la fiesta. El Racing ya no jugó tan cómodo en la segunda mitad aunque, en verdad, el encuentro en general ya fue víctima del carrusel de cambios y del sentimentalismo que arrastra toda despedida. Y de eso iba el encuentro, de decir adiós a un grupo de jugadores que resultó fundamental para que el conjunto cántabro esté hoy en Segunda División. No merecían irse en la sombra ni entre bambalinas y lo hicieron manteniendo el tipo y ofreciendo al respetable otro buen partido de fútbol en Los Campos de Sport, en el lugar donde se cimentó todo. Se acabó la temporada y lo ha hecho con una segunda vuelta como local para el recuerdo que se cerró con una quinta victoria consecutiva en casa. A ver si continúa a partir de agosto. Ahora, a descansar.