24.04.2024 |
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SEGUNDA DIVISIÓN

Anecdóticos fantasmas

Íñigo asegura que haber comenzado la nueva aventura en Segunda División como terminó la última es una anécdota | Se queda con el dominio del equipo hasta el minuto noventa

Íñigo, pugnando con Haissem durante su buen debut en Segunda División. / RRC
Íñigo, pugnando con Haissem durante su buen debut en Segunda División. / RRC
Anecdóticos fantasmas

Es fácil que aparezcan fantasmas del pasado cuando se repite una historia tantas veces sufrida. El aficionado del Racing se cansó de perder partidos que no merecía perder en el descuento o, al menos, en los últimos minutos de los partidos la última vez que su equipo pasó por Segunda División. Si los encuentros hubieran durado entonces ochenta en vez de noventa, seguramente se habría salvado, pero no funciona así. No se puede elegir. El fútbol es como es pero lo que despertó viejos terrores fue lo sucedido el pasado domingo, cuando el conjunto cántabro disputó la primera jornada de su nueva temporada en la categoría de plata. Volvió a suceder lo mismo y claro, uno se asusta. No se puede repetir la historia. De hecho, el club ha demostrado, al menos a la hora de confeccionar la plantilla y de crear el organigrama deportivo, que ha aprendido de todo lo sucedido entonces para no caer en viejos errores.

El mismo Fernández Romo quiso después del partido borrar de un plumazo la posibilidad de centrar la atención en esos fantasmas del pasado porque, como recordó, prácticamente no queda nadie en el equipo de aquella fatídica campaña 19-20 que incluso acabó en pandemia. Obviamente, no estaban ni él ni sus compañeros en el cuerpo técnico y tampoco ningún futbolista. Sí jugó algunos minutos de aquel curso Marco Camus pero sólo cuando el Racing ya había consumado su descenso, casi más pensando en futuro que en presente o para que el entrenador, cuando ya salía gratis, se pudiera colgar para siempre el cartel de haber sido quien le hizo debutar por si se convierte en estrella mundial.

Es algo en lo que ha insistido Íñigo, el capitán del equipo que se comportó en su debut en Segunda División como si llevara toda la vida jugando en esa categoría. Funcionó tan bien como lo venía haciendo en Segunda B o Primera RFEF. Una vez dejado atrás ese partido contra el Villarreal B, puso su grano de arena para ayudar a espantar esos fantasmas del pasado poniendo también el acento en que son «un grupo nuevo con una mentalidad nueva y con entrenadores también nuevos». El Racing es el mismo pero quien defiende sus intereses sobre el terreno de juego son otros. Los vicios de unos no tienen por qué ser los de los otros.

«Es verdad que ha dado la casualidad de que hemos empezado igual, pero no tiene nada que ver ni el grupo, ni la temporada, ni el nivel de la competición, ni nada», insistió el medio centro de Ampuero. En su opinión, que contra el Villarreal B se les fueran los puntos en el descuento no deja de ser «anecdótico» porque, de hecho, percibe que la plantilla está «mentalizada para seguir trabajando y seguir creciendo» y que, además, «va a saber jugar esos últimos minutos sin que se repita esa historia».

Con todo, más allá de esa anécdota que supone haberse dejado todo el botín en el tiempo extra en una jornada tan simbólica como es la primera, supuso para el equipo «una decepción». Pero, sobre todo, «por el resultado», ya que de todo lo demás se llevó buenas conclusiones el capitán cántabro. «Llevamos el control y el peso del partido y supimos manejar los tiempos del encuentro hasta el último minuto en el que nos hacen el gol», destacó Íñigo. Es por ello por lo que se fueron a casa «decepcionados por el resultado», ya que tiene claro que merecieron más. Ante eso, es consciente de que sólo queda «aprender de estos errores y seguir trabajando y creciendo para que no vuelvan a pasar».

Los dos goles y, sobre todo, el primero, que fue el que cambió el rumbo de la historia, llegaron con el Racing jugando con diez, ya que Unai Medina no pudo seguir y estaban agotadas todas las ventanas de los cambios. Fernández Romo aseguró tras el partido que con el de Basauri en el campo no habría llegado el 0-1 al menos en esa jugada mientras que Íñigo considera que es «anecdótico» que llegara con el lateral derecho lesionado. «Fue un desajuste y una circunstancia del partido que nos ha pasado», añadió. Otra cosa de la que hay de aprender.

Insistió el medio centro cántabro en poner en valor que fue el Racing quien llevó «el control del juego de las dos áreas». Valoró positivamente lo que sucedió sobre el terreno de juego hasta el minuto noventa porque, a la hora de analizar qué es lo que pudo faltar, reconoció que pudo faltar «acierto en el último pase o decisión a última hora cerca de su portería». Es el ‘punch’ del que habló el mismo Fernández Romo.

Precisamente porque pareció claro que el resultado no hacía justicia a lo sucedido sobre el verde, los goles del Villarreal B y, sobre todo, el primero de ellos, supusieron un tremendo golpe anímico para los jugadores del Racing. Su capitán confiesa que fue «un mazazo importante» pero, aún así, aún dispusieron de una buena ocasión para haber empatado y haber corregido el desarrollo de la historia. De hecho, nació a partir de un gran pase del de Ampuero a Aritz Aldasoro que éste no acertó a definir bien. «No esperábamos ninguno que el partido fuera a acabar con ese resultado por lo bien que había ido, por lo que a nivel mental hizo mucho daño», recalca el medio centro cántabro. Es un golpe del que hay que levantarse porque el próximo sábado toca afrontar otro partido más. Y será un partido complicado porque si el Racing se estrenó en casa ante un recién ascendido como él, continuará en el campo de un recién descendido como es el Granada. Y después llegará otro equipo con ambiciones como el Oviedo, por lo que le vienen curvas al conjunto cántabro.

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